La eliminación del Instituto de la Mujer de CLM, ¿un hecho indiferente para la Igualdad?

Con la experiencia y autoridad que me otorga el compromiso y activismo que mantengo en la defensa de los derechos de las mujeres  durante más de tres décadas en diferentes ámbitos (el movimiento asociativo, el trabajo profesional y  el ejercicio de la política), trataré de transmitir la importancia que conlleva para el avance de las mujeres el que se creen y se mantengan los Institutos de la Mujer como estructura de trabajo estable en el tiempo.

En los países nórdicos como Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia se pusieron en marcha décadas antes que en España, estructuras gubernamentales en diferentes niveles que desarrollarían un trabajo muy positivo para la igualdad de mujeres y hombres. Resultó un referente para el movimiento feminista de España y también, en los primeros años de democracia,  para  el gobierno socialista.

En los citados países, estos organismos se mantienen y amplían sus áreas de acción a pesar de las conquistas, ya que desmontar las discriminaciones históricas sufridas por las mujeres y además estar vigilantes ante las respuestas de los sectores más reaccionarios encantados de frenar los avances, es un trabajo que  requiere un gran   interés, un gran compromiso y por supuesto, constancia por parte de los gobiernos y de todas las instituciones que los promueven.

En Castilla-La Mancha se puso en marcha hace dos décadas (1989) el organismo de Igualdad, creándose una dirección General de la Mujer en la Consejería de Cultura, que en 1991  pasó a Bienestar Social con un rango de Viceconsejeria de la Mujer durante cinco años.

Pasada una década, en 2002 se aprobó la Ley 22/ 2002/ 21 IX de creación del Instituto de la Mujer de Castilla la Mancha adscrito a Presidencia. Se recibió con gran satisfacción, pues  ello suponía dar un salto cualitativo para el desarrollo de las políticas de igualdad, asumiéndose el mandato de la Plataforma de Acción aprobada en la IV Conferencia Mundial de la Mujer (Pekín 1995), que recuerda que “los mecanismos institucionales creados, con frecuencia, ocupan un lugar marginal en las estructuras nacionales y regionales de los gobiernos, que carecen de un mandato claro y de personal y recursos suficientes, así como de apoyo de los dirigentes políticos del país”. Y recomienda varias medidas, entre otras: “crear o fortalecer mecanismos nacionales y otros órganos gubernamentales y velar por que la responsabilidad de las cuestiones relacionadas con el adelanto de la mujer recaiga en las esferas más altas de gobierno que sea posible”

Durante estos veinte años, Castilla-La Mancha ha sido en diversas ocasiones un referente para España, y en los últimos años para países de la Unión Europea, por la apuesta valiente de sus acciones y el avance de las mujeres de nuestra Región.

En la actualidad, la estructura del Instituto de la Mujer ha permitido que las políticas de igualdad impulsadas, estén siendo implementadas en las diferentes Consejerías: Diseño de compromiso de acción en todas las áreas del Gobierno (hoja de ruta); Proyecto de Ley de Igualdad; Impulso de los Estudios de Género en la Universidad; Presupuestos con enfoque de género; Plan de igualdad para empleados y empleadas públicas; Escuela de Pensamiento Feminista, entre otras.

Después de conocer que en la reciente reestructuración del Gobierno Regional debido a la crisis económica, se incluye la eliminación del Instituto de la Mujer, que queda como una Dirección General dentro de una Consejería sectorial (Empleo Igualdad y Juventud) compruebo que tal cambio no supone ahorro económico, pues se mantiene el mismo número de responsables políticas (la Directora General y las cinco representantes provinciales).

Una vez más quiero expresar que en mis años de responsabilidad política como primera Directora General de la Mujer, Viceconsejera de la Mujer y Diputada en las Cortes Regionales, he sentido siempre el compromiso, el aliento y la complicidad de los máximos responsables del Gobierno de Castilla-La Mancha para desarrollar una tarea que es compleja y no siempre bien comprendida por algunos sectores de nuestra sociedad.

Por eso creo firmemente que el Instituto de la Mujer se creó con la convicción de su necesidad, entre otras, la de consolidar los avances y conseguir nuevos logros de manera más rápida para las mujeres de nuestra Región.

Es precisamente por  lo que, en estos momentos, coincidiendo con muchas castellano-manchegas, tengo sentimientos de tristeza y me hago algunas preguntas para las que no encuentro respuestas convincentes.
Si apenas hay reducción económica, ¿por qué este retroceso a los inicios del trabajo efectivo en políticas de Igualdad que convierte a Castilla-La Mancha en la primera Comunidad que elimina esta estructura?

¿De verdad piensa alguien que tendrá la misma eficacia en la continuidad del trabajo por la Igualdad entre hombres y mujeres una Dirección General ubicada en una Consejería cuando las condiciones sociales han cambiado? 
Si firmemente se defiende esto ¿qué sentido tuvo entonces el compromiso de la creación del Instituto?

No quiero pensar que la decisión obedece a un gesto político hacia el electorado conservador que como bien sabemos, viene reclamando la supresión del Ministerio de Igualdad, ignorando y pretendiendo descalificar un Ministerio que supone una gran conquista en la lucha de las mujeres.

Dado que el gobierno Regional tiene que aprobar un proyecto de Ley que derogue la Ley por la que se creó el Instituto de la Mujer,   me pregunto  ¿Estamos a tiempo de rectificar?

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