Las dietas milagro

Cada año y previo a  la canícula estival, nos hacemos el firme propósito de perder esos kilitos de más que se acumulan en nuestros cuerpos durante los meses más fríos del año. La mayoría de los mortales de ambos géneros, ya no sólo las féminas, nos empleamos a fondo en lo que se ha dado en llamar “operación bikini” y también la mayoría, no hay más que verme, con escasos resultados prácticos.  

Pero hay personas que fruto de una marcada personalidad no sólo huyen de estas modas sino que, a fuerza de ser originales, hacen exactamente lo contrario. Algo así pasa con una persona que ha sido espejo de políticos y esencia rediviva de la caballería andante. Adalid de causas justas y flagelo de opositores. Me refiero al ínclito, al sin par José Bono quién durante unos pocos años se ha dedicado a ganar kilos en vez de a perderlos, según se ha publicado en varios medios de comunicación.

Nadie malinterprete mis palabras. Coincido con los fiscales/gobierno/PSOE en que esa ganancia de kilos se ha producido honradamente. Es lo que pasa si haces negocios provechosos y gastas poco, que ahorras. Y todos sabemos lo austero que es nuestro bienamado Bono y lo frugal de sus necesidades. Vive casi del aire en un continuo misticismo y esos kilos de más no se le convierten en colesterol que obstruye arterias sino en propiedades, inmuebles y rentas que obstruyen sus cuentas corrientes, a decir de algunos medios de comunicación. Y sigue ahorrando.

A una persona que siendo ministro de Defensa ordena una retirada vergonzosa para nuestro Ejército, y que fruto de esa “acción” se autoconcede una Cruz al Mérito Militar hay que ponerle un monumento. No me extrañaría que se la hubiese concedido con derecho a pensión porque el sacrificio heroico que supuso firmar esa retirada con grave riesgo de su integridad, así lo merecía.

Ya circula por ahí un chiste (ya saben: los españoles y su manía de hacer chistes a todo) que dice: “¿A que no sabes en qué se parecen Bono y el Aloe-Vera? Pues en que cuanto más los investigan más propiedades se les descubren”. La pena en este país nuestro es que quién investiga no son los fiscales, sino que los que investigan son algunos medios de comunicación que se están empeñando en aguarle al pobre Bono la  “operación  bikini” inversa que está practicando.

Esperamos y deseamos que nuestro presidente Barreda, alumno aventajado de Bono, no se someta al mismo tipo de dieta aunque ya se sabe eso de “dos que duermen en el mismo colchón…”

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