¿Quieres tener tu propio huerto ecológico? En Manzanares ya tienen uno

Dos vecinas del barrio Parque del Polígono llevan manteniendo un huerto ecológico en las zonas verdes de su comunidad desde hace diez años. En él cultivan productos como tomates, pepinos o hierbas aromáticas, cuidadas únicamente con agua y productos naturales.

La idea de este huerto ecológico surgió de dos vecinas de la calle Pedro Almodóvar, en el barrio del Parque del Polígono. Según Marta Huertas, una de las encargadas de este jardín, “nadie se hacía cargo de los árboles y es un sitio solitario”, por lo que decidieron  cuidar este pequeño terreno de zona verde de la comunidad de vecinos.

Lo primero que plantaron fue un olivo que no tardó en crecer. Este hecho motivó a los vecinos a seguir adelante con la iniciativa de plantar otras semillas para conseguir diferentes frutos como hortalizas, frutas o hierbas aromáticas.

Las encargadas de cuidar el huerto ecológico son la vecinas del Barrio Parque del Polígono, Marta Huertas y Tomasa Torres, que iniciaron este proyecto en el año 2000. Ellas son las encargadas de regarlo, cuidarlo, cortarle las ramas que puedan dañar el resto de la cosecha o impedir que los residuos lleguen al terreno plantado. También se encargan de comprar las semillas y plantarlas, acondicionándolo lo mejor posible para que la iniciativa siga adelante.

En el huerto podemos encontrar hierbas aromáticas como tomillo, romero o lavanda, y hortalizas como tomates o pepinos. Hay plantado también un olivo, que fue la primera pieza de este huerto ecológico, un ciruelo y un cerezo.

El agua para regar el huerto la sacan las organizadoras de la actividad de la comunidad de vecinos, ya que al ser algo común, acordaron que se pagarían 0,50 euros por el gasto del agua destinada al huerto. Así mismo utilizan materiales reciclables como, por ejemplo, la valla. Para el mantenimiento de la zona verde usan posos de café, hierba luisa o menta que recolectan de todos los vecinos y las echan al jardín, según contó Huertas, una de las encargadas.

Cuando la cosecha está lista, todos participan en su recolección y hacen una fiesta, en la que se juntan e implican a los niños y niñas, puesto que intentan que éstos participen para que conozcan más a fondo el mundo de la naturaleza, sepan respetarla y se diviertan al hacerlo. Del mismo modo, los más pequeños cuidan el jardín evitando los balonazos o que la basura y los residuos se queden en la tierra.  

Los vecinos también colaboran y se encargan de parte del riego de los alcorques. Ellas son principiantes y se dejan aconsejar por todos aquellos que tienen experiencia. También el vecindario ayuda a no ensuciarlo y se acercan al jardín a ver qué flores o frutos han salido nuevos “y se alegran con ello”, explicó Marta Huertas.

Con esta iniciativa piensan seguir adelante puesto que es una forma productiva de pasar el tiempo y quieren ampliar el terreno a la zona contigua, ya que está muy solitaria y quieren seguir con el proyecto puesto que están encantadas y muy ilusionadas con él.

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