Menos “contratos”: que la palabra dada recupere su valor, también en política

Los propios “profesionales de la política” no se fían de sus promesas por haber demostrado repetidamente que no se cumplen y, además, se contradicen sin rubor alguno. Es por esto que plantean la firma de los compromisos que recojan en su programa por medio de un “contrato” que ofrezca garantía y exigencia de responsabilidad en caso de incumplimiento.

Se descalifican a sí mismos, y muestran tal desconfianza en el cumplimiento de su propio programa que consiguen deteriorar la imagen de la Política. Y actuar así extiende la sospecha a los programas de gobierno que otras formaciones políticas presentan a las elecciones, programas que honestamente recogen las propuestas, posicionamientos, formas de hacer política para conseguir los objetivos ciudadanos que, con una gestión eficiente,  mejoren la vida de la colectividad.

De esta manera se ha presentado José Valverde, y él mismo ha alimentado la sospecha con dos ejemplos: por una parte promete un gran centro socio-sanitario para mayores en los terrenos del antiguo hospital de Alarcos. O sea, que hasta ahora la Junta de Comunidades no ha tomado la decisión de que debía utilizar esta infraestructura para cubrir las necesidades de la ciudad y ahora –si consigue la alcaldía- si va a realizar esta gran y necesaria obra.

El segundo ejemplo es el del antiguo edificio ferroviario, propiedad de la Junta de Comunidades: promete cederlo a la Asociación de Cofradías de Ciudad Real para la ubicación del futuro Museo de la Semana Santa. ¡Pero con qué cinismo se intenta despistar al espectador atento que conoce la trayectoria que ha tenido este pobre edificio abandonado a su suerte, en condiciones precarias de conservación, mientras se lo pasan de la Junta a la CCM y de ésta de vuelta a la Junta…!

Los ciudadrealeños asistimos hastiados a que el (presuntamente) distinto color político del partido gobernante del municipio y del de la comunidad autónoma sea la causa y la excusa para no haber acometido mejoras necesarias en la ciudad. Mientras, asistimos al deterioro culposo del patrimonio público que camina a la par del deterioro de la confianza de los ciudadanos en las instituciones y en sus representantes políticos. Sr. Valverde: estamos hartos de chantajes: ¿qué ocurrirá si no sale elegido alcalde el próximo 22 de mayo? ¿Acaso sus promesas no se cumplirán aún en el supuesto de que su partido continúe gobernado la comunidad autónoma? Confiamos en que su “contrato” continúe vigente, no vaya a ocurrir como con el centro educativo en el barrio del Nuevo Hospital que prometieron Ángel Amador, el anterior candidato, y José Fuentes, entonces Delegado Provincial de Educación (¿con usted de Consejero, quizás?) en rueda de prensa en 2007, por poner sólo un ejemplo que le atañe.

Las gentes de Ciudad Real necesitan salir de sus casas para recuperar la Política como parte de su vida, preocupándose de las necesidades de todos y no sólo de las propias, que quedarán mejor cubiertas desde lo colectivo. Las instituciones deben establecer los cauces para esa participación. Y la palabra dada mirando a los ojos de los más desfavorecidos debe volver a ser la garantía suficiente para cumplir no tanto las “promesas” como las necesidades reales expresadas por los ciudadanos.

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