60 días para hablar y callar cuando se debe, ni antes ni después

Y es que a 60 días para las elecciones municipales y regionales, son muchas las meteduras de pata que por varios sectores y a diferentes niveles, se están cometiendo. Es más, como ciudadano entiendo las que se encuadran dentro de agradar a todo el mundo (algo bastante difícil), pero las que se realizan por desconocimiento o ignorancia son las imperdonables. Y de todas estas hay, para muestra un botón.
El Gobierno Regional sustituye la nomenclatura de las “VACACIONES DE SEMANA SANTA”, por la de “DESCANSO ENTRE TRIMESTRES”. ¿Qué se puede conseguir con esto? ¿Algún voto de anti-católicos intolerantes que no soporta que esos días sean festivos por motivos religiosos? Pues si les molesta, que vayan a trabajar esos días, pero que no fastidien a los demás.

Lo curioso: rectifican (no necesariamente por sabios) y pierden 2 votos de los intolerantes y otros tantos de los simpatizantes pero católicos. Bochornoso.

Pero si en el Gobierno Regional se cometen estos “pequeños” fallos por querer agradar (espero), a nivel local no da uno crédito de lo que lee o escucha. El candidato a la alcaldía, Pepe Valverde, nos invita dentro de sus propuestas electorales a “recuperar el Parque de la Atalaya”, ya que debemos suponer que él lo dejó en pésimo estado y sin que nadie lo tocara la última vez que lo visitó o que oyó hablar de él (hace ya unos cuantos lustros). La realidad es que en La Atalaya, ya se han realizado varias actuaciones para la mejora del Parque durante los últimos cuatro años. Pero no pasa nada, al día siguiente decimos que lo que quería decir era lo que no dije y asunto arreglado.

Este sería mi ejemplo de metedura de pata por ignorancia (o, en el mejor de los casos, por no residir en Ciudad Real desde tiempos inmemoriales).

Pero sin ahondar en la herida, todo lo que he señalado en el artículo y siempre desde mi humilde punto de vista, no es ni sorprendente ni nuevo. Es un ladrillo más dentro de una estrategia política de un partido que antepone el “nombre”, el “cargo”, y el “amiguismo”, a la realidad de una ciudad que no quiere que la gobierne una persona que no ha tenido contacto con sus conciudadanos, no sabe lo que se necesita y dónde es más necesario y lo más importante, confunde la política local (actuaciones a nivel municipal que son necesarias para que los ciudadanos mejoren en su calidad de vida), con la política particular (aquella que se fundamenta en los intereses particulares de uno o un grupo de personas reducido, que la utilizan en su beneficio propio sin tener en cuenta a los demás).
Apañados estaríamos.

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