Ciudadanos en Blanco: el «no partido» de la silla vacía quiere revalorizar el voto en blanco

Un partido que se presenta para no gobernar. Un candidato que, si fuera elegido, no acudirá a su escaño de concejal y renunciará a todos los privilegios de su «no cargo». Esta es la propuesta que Ciudadanos en Blanco presenta al electorado de Ciudad Real: una alternativa de protesta ante quienes se sientan desencantados por las opciones políticas tradicionales y no encuentren un medio de expresar su disconformidad.

Ciudadanos en blanco, el «no partido» de la silla vacía, y una de las opciones que los ciudadrealeños podrán escoger en las próximas elecciones locales, inició su campaña en la Plaza del Pilar, donde coincidió durante los tres primeros días con el mercadillo medieval.

Según explica uno de los representantes de esta peculiar «formación», Gonzalo Plaza, «la propuesta de Ciudadanos en Blanco va dirigida a aquellos ciudadrealeños que se han decantado por la abstención o el voto en blanco, pero que no quieren que uno de esos políticos que no les representan ocupe su silla de concejal».

Así, Plaza ha explicado que «si uno de los candidatos de Ciudadanos en Blanco es elegido, tomará posesión del acta de concejal y no volverá más. No acudirá a los plenos, no tomará decisión alguna. No cobrará dietas, sueldos ni utilizará privilegio alguno que pudiera corresponderle por su cargo».

Plaza subraya que Ciudadanos en Blanco proporciona así «una alternativa útil al votante en blanco y al abstencionista activo, opciones ambas a las que la Ley Electoral desposee de todo valor; y  permite a los ciudadanos manifestar su descontento en forma de reducción del número de concejales».

El representante de este colectivo sostiene que el objetivo de presentarse para no ocupar la silla no cae en el absurdo: «si no se sabe a quién votar, o si el ciudadano ya ha decidido abstenerse o votar en blanco, tal vez quiera  tener la opción de que uno de esos políticos que no le convencen no ocupe su cargo de concejal; es decir, puede votar para mantener vacía su silla de concejal, para que haya un concejal menos en el Ayuntamiento estos próximos cuatro años».

«Así -prosigue Plaza- en lugar de 25 concejales, Ciudad Real tendría 24, y el otro habría sido eliminado como muestra del descontento de los ciudadrealeños con los actuales políticos, enviándoles un mensaje bien claro: o hacéis las cosas mejor, o dejaréis de ocupar el lugar destinado a nuestros representantes».

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