Nos da igual Barreda que Cospedal

El Sr. Barreda, afirma no ser ni altivo ni soberbio, pero declara ufano y jactancioso que no hay más alternativa que la suya (acompañada del PP, al que no deja fuera no porque no quiera, sino porque no puede).

El exceso de arrogancia, unido a la falta de autocrítica son dos peligrosos compañeros de viaje para un político profesional que se precia de guardar todas las soluciones a los graves problemas que nos aquejan, cuando en realidad lo único que guarda es la impotencia para salir de la crisis económica (las cifras de deuda y pobreza lo atestiguan), social (el desempleo es asfixiante), administrativa (ni la misma Administración conoce cuantas personas trabajan en ella, ni si faltan o sobran), educativa (las restricciones y el fracaso escolar son la nota dominante) y política (el desencuentro entre Gobierno y Oposición es algo tristemente habitual con el consiguiente daño a los ciudadanos). Y, sin embargo, sus seguidores le gritan “¡no da igual Barreda que Cospedal!” Frase poco ingeniosa aunque pegadiza, tan pegadiza como los muchos eslóganes de campaña con los que nos bombardean a diario, tan ocurrentes como vacíos de contenido.

Por su parte, Mª Dolores Cospedal sigue con su campaña, un tanto anodina y carente de imaginación, al estilo de su líder de filas, el Sr. Rajoy, con la seguridad de que va a ser la triunfadora y que no hay que hacer mucho más de lo que hace.  Cospedal no acaba de destapar cuáles son sus intenciones cuando “sea presidenta” ante los necesarios recortes de la Administración, empresas públicas y política de austeridad, piedra angular del inicio de actuaciones de cualquier gobierno que se precie.

Y el candidato de Izquierda Unida, Daniel Martínez, ha hecho uno de esos brindis al sol propios de su formación, tan alejada de la realidad como la ideología que los sustenta, afirmando en una emisora de radio que lo primero es invertir 140 millones de euros para ir acabando con el desempleo pero, eso sí, sin decir de donde los va a sacar, ni como, ni cuándo.

Ante este panorama, desde UPyD no nos queda otro remedio que decir parafraseando  al susodicho lema antes mencionado: NOS DA IGUAL BARREDA QUE COSPEDAL. Lo verdaderamente necesario es introducir en el nuevo Parlamento Regional un concepto nuevo de política: liderazgo y oposición leal, planes de progreso consensuados, orden y austeridad, y el fin de la improvisación y de los favoritismos, considerando que lo importante es actuar por el ciudadano y no por el partido.

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