La asamblea de Ciudad Real desaloja provisionalmente la acampada tras una noche tensa pero con final feliz

Noche tensa en la acampada de la asamblea de Ciudad Real. A comienzos del fin de semana llegó la comunicación de la Policía Nacional, que señalaba la medianoche del domingo al lunes como posible punto y final de la acampada. Desde entonces, los momentos de tensión, las acusaciones a un aparente agitador y -finalmente- la paz marcaron un fin de semana de mucho nerviosismo, pero que por el momento no está desembocando en mayores problemas. MICIUDADREAL.ES te cuenta los detalles.

Ante la posibilidad de que la acampada fuese desalojada por la Policía Nacional la madrugada del domingo al lunes, la asamblea del Movimiento 15-M ha vivido un fin de semana de bastante tensión e incertidumbre. La comunicación de la Policía llegó el sábado por la mañana, de modo que se convocaron dos reuniones urgentes para esa misma tarde a fin de que la asamblea decidiese qué hacer ante un posible desalojo. Ambas reuniones estuvieron marcadas por cierto nerviosismo, ya que el enfrentamiento de algunas opiniones parecía complicar la llegada de un consenso o, al menos, de una votación que acabase con las polémicas.

La cita clave era este domingo, cuando la asamblea debía decidir, definitivamente, qué postura tomar ante un posible desalojo. Las opciones, en principio, parecían pasar por resistir de forma pacífica o por hacerse a un lado y permitir que la Policía levantase la acampada. Con el transcurso de la asamblea apareció una opción intermedia que satisfizo a la mayoría: dado que la acampada no había renovado las comunicaciones de asentamiento a la Subdelegación del Gobierno, la asamblea levantaría de forma provisional la infraestructura básica de la acampada (tiendas de campaña, palés…), pero los acampados harían noche en el Pilar haciendo uso del derecho de reunión. El siguiente paso de esta decisión vendría este lunes, cuando la asamblea comunicaría de nuevo a la Subdelegación del Gobierno su intención de comunicar la acampada y, por tanto, volvería a llevar las tiendas al Pilar.

A las 12 de la noche -la hora en que podría comenzar el desalojo- la plaza del Pilar congregaba a cerca de 50 personas que velaban por la seguridad de los allí presentes y por que no se diese ningún incidente desagradable. Hasta las 2 de la mañana -hora en que MICIUDADREAL.ES abandonó el Pilar-, la noche transcurría con serena normalidad: los coches de la policía merodeaban por los alrededores como cualquier otra noche, y los agentes secretos no parecían tampoco plantear ningún problema. La Policía Local apareció en un momento puntual, pero de forma totalmente cordial y para pedir a los congregados -cerca de 20 a esas horas- que bajasen el tono de voz para no molestar a los vecinos, petición a la que la asamblea accedió sin problema.

La polémica llegaría más entrada la noche, cuando, según varios asistentes, la Policía Nacional llevó a cabo ruidos desde su propio sistema de megafonía y puso música a un volumen considerablemente alto. Esta actitud ha molestado a varios de los asistentes, que ven en la Policía una intencionalidad por achacarles esos ruidos. Del mismo modo, y según miembros de la acampada, la Policía Nacional ha pedido los datos a varias de las personas que pasaron la noche en el Pilar, que temen poder ser multados.

Momentos de tensión con un aparente agitador
El fin de semana estuvo marcado por una creciente polémica: tras la reunión del sábado, varios miembros de la asamblea se mostraban públicamente molestos y dolidos por las aparentes actitudes de una persona, que, según ellos, estaba enfrentando a los acampados y al resto de la asamblea e intentando posicionar a todos frente a la Policía. Desde varios puntos de la asamblea se apuntaba a una persona concreta, que aparentemente estaba llevando a cabo unas actitudes y un discurso visiblemente radical. A lo largo del sábado comenzaron las dudas alrededor de esta persona, y ya eran varios los miembros de la asamblea que lo acusaban de intentar reventar la paz social de la asamblea o, incluso, de poder ser un infiltrado.

Los momentos de mayor tensión se vivieron en la asamblea del domingo, cuando se le intentó hacer una foto, ante la que esta persona reaccionó de forma negativa y marchándose del lugar. Varias personas se dirigieron hacia él recriminándole su actitud y acusándole de ser un infiltrado. Pese a los momentos de gran tensión, la cosa no llegó a la violencia. En cualquier caso, la Policía Nacional también apareció para evitar posibles incidentes. Pero la tensión no había acabado, ya que el manifestante insistió en permanecer en la asamblea, con el consiguiente reproche de varios manifestantes, que ya no confiaban en su integridad ni en su sinceridad. Tras las primeras acusaciones que lo tachaban de infiltrado, la situación se relajó, pero no cesaron las críticas: «No sé si será un infiltrado, pero está claro que ha venido aquí a reventar la asamblea». Aproximadamente dos horas después, el manifestante se marchaba ante los aplausos de la asamblea.

«Una ayuda para Caja Castilla-La Mancha»
Al margen de lo sucedido este fin de semana, el grupo de acción de la asamblea de Ciudad Real ha hecho público este lunes el vídeo de la acción que llevaron a cabo hace un par de semanas, que consistió en llevar a cabo una performance a las puertas de una oficina de Caja Castilla-La Mancha pidiendo ayuda monetaria para la Caja a los transeúntes:

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