La Solana: ‘La leyenda del beso’ hechiza al Tomás Barrera

La compañía profesional de María Dolores Travesedo fue la encargada este sábado de levantar el telón de la programación que conforma la XXVIII Semana Nacional de la Zarzuela con una romántica historia de amor con libreto de Enrique Reoyo, Antonio Paso Díaz y José Silva Aramburu,  y música de Reveriano Soutullo y Juan Vert, ‘La leyenda del beso’, que llenó las dos funciones programadas en el Tomás Barrera.

El barítono Antonio Torres, el tenor Ricardo Muñiz y la soprano Milagros Martín (en la segunda función, el tenor Lorenzo Mok y la soprano Guadalupe Sánchez) llevan el peso de este montaje con dirección escénica de una habitual de La Solana, María Dolores Travesedo, y dirección musical de Luis. S. Romanos.

‘La leyenda del beso’, que se estrenó el 18 de enero de 1924 en el Teatro Apolo de Madrid, es una zarzuela en dos actos que cuenta la historia de amor entre el conde Mario y la zíngara Amapola. Todo transcurre en los alrededores de un castillo señorial castellano donde vive Mario, a punto de anunciar su próxima boda, y hasta donde llega una tribu de gitanos que solicitan acampar en la zona. Entre ellos se encuentra Amapola, una bella gitana sobre la que pesa una maldición, aquel que la bese morirá. Eso no detendrá a Mario en su intención de conseguir el amor de la gitana, aunque en el camino tendrá que lidiar con algo peor, los celos de otros zíngaro, Iván, que desde el primer momento intenta convencer a la fuerza a Amapola de su amor.

Sobre el escenario, María Dolores Travesedo, bien acompañada por el reparto elegido en ambas funciones, compone una bella historia de pasiones encontradas, bien ambientada y arropada por un juego escenográfrico, basado en proyecciones de imágenes que van cambiando al antojo de la trama, que embauca al espectador casi desde el primer minuto.

Entre los números líricos más destacados de esta propuesta que lleva la firma de Travesedo, el coro interno con el que comienza la obra, un emotivo ‘Cantando amarguras’ que sirve para recoger la penurias del nómada; o la presentación de Amapola, ‘Mi canción quiere fingir la alegría’, con la que la soprano (Milagros Martín y Guadalupe Sánchez) consigue encandilar a Mario (Antonio  Torres); aunque el climax musical del primer acto es sin duda el dúo entre Iván y Amapola titulado ‘Amor, mi raza sabe conquistar’. Sin olvidar la partitura que permite lucir el poderoso registro vocal de Antonio Torres, y con el que se pone fin al primer acto, ‘¡Gran dios! ¡Es la gitana!’. En el segundo acto, destacar entre otros el número de lucimiento de Amapola  ‘Cuando bajo el cielo suena mi cantar’, el dúo final entre los enamorados , Mario y Amapola ‘Vendrás mujer’.

En el apartado de números cómicos, bien llevados por el tenor cómico Carlos Ibarra, en el papel de Gorón, destacar el ‘Ay sóplame, sóplame, sopla’ y el ‘Que vaivén tiene el fox’, en el que Gorón, con la excusa de enseñar a un grupo de zíngaras a bailar el fox-trot, consigue acercarse a ellas, a sus curvas y a sus labios.

Un clamoroso aplauso fue la respuesta del público, en ambas funciones, al trabajo de la compañía en la primera tarde lírica de La Solana en la que se consiguió el lleno del aforo del Tomás Barrera.

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