Aviación Civil ordena la suspensión temporal de la actividad formativa de la Fundación Virtus de Puertollano

Muchos temen que Aviación Civil haya firmado hoy el acta de defunción de la Fundación Virtus de Puertollano, escribiendo el epílogo de una de las gestiones políticas más desastrosas de la historia reciente de la ciudad industrial. Este centro dedicado a enseñanzas relacionas con el sector aeronáutico no ha podido pasar con solvencia la auditoría realizada por las autoridades, que han decretado la suspensión temporal de la actividad académica por las graves deficiencias detectadas y la falta de medios para desarrollar la formación homologada. La Fundación Virtus está a punto de morir de inanición… Si no lo ha hecho ya.

El fin de Virtus era una noticia esperada a medio plazo, pero muy pocos pensaban que podría producirse tan prematuramente. Los 85 alumnos que este año cursan sus estudios están a punto de quedarse en la estacada, con toda su inversión desperdiciada, a pesar de los mensajes de tranquilidad y los acuerdos anunciados a bombo y platillo por Ayuntamiento y Junta de Comunidades para preservar la continuidad del centro hasta, al menos, la finalización del presente curso.

Según ha denunciado el representante de padres de alumnos, Juan Carlos Aragón, esta misma mañana recibía la confirmación de la mala noticia por medio de la concejala delegada y presidenta de Virtus, Eva Morales, quien ha asegurado que el resultado de la auditoría va a acarrear la “suspensión temporal” de la actividad en Virtus, por lo que este lunes, de momento, no podrán reanudarse las clases ni las prácticas en empresas.

La Fundación Virtus, según las mismas fuentes, no ha podido superar el chequeo rutinario de Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento. Esta auditoría tenía como objetivo validar la certificación EASA de Virtus como centro formativo de técnicos de mantenimiento de aviones (licencias B1.1 y B1.2). Al parecer, los responsables de Fomento han detectado graves deficiencias en la capacitación de Virtus, que vienen dadas por su confusa naturaleza jurídica y su precaria situación económica, lo que a su vez ha ocasionado prolongados impagos de las nóminas de los trabajadores y falta de recursos para mantener al personal acreditado para impartir algunas materias. A ello se añade la situación irregular que conlleva la inexistencia de una gerencia validada normativamente, tras la marcha de Félix Triguero.

El anuncio ha caído como una bomba entre los padres y alumnos, visiblemente conmocionados. Y es que todos esperaban superar sin más sobresaltos el curso que comenzó hace unas semanas. Precisamente a instancias de los padres, y ante las dudas sobre el futuro de Virtus planteadas por el propio alcalde de Puertollano, Joaquín Hermoso Murillo, Consejería de Educación y Ayuntamiento de Puertollano acordaron establecer las bases para que los jóvenes acabaran sin problemas este curso. Si, como todo apunta, el centro debe suspender ahora su labor formativa y no se garantiza económicamente su futuro de manera inmediata, la situación de los alumnos se antoja irresoluble.

Tres días desesperados

Juan Carlos Aragón asegura que el motivo de la suspensión es de naturaleza económica, y que la única esperanza que queda es que el Gobierno regional “actúe con carácter de urgencia e insufle a Virtus de la dotación económica necesaria antes de que expire el plazo de subsanación de deficiencias establecido por las autoridades, que es de tres días”.  A juicio del representante de padres de alumnos, que asegura sentirse «engañado por todos», la Consejería de Educación debería haber cumplido los compromisos acordados en la reunión celebrada el 31 de agosto.

«Nos sentimos engañados por parte de la Consejería de Educación -señala Aragón-. El perjuicio que nos van a ocasionar es inmenso. Suspender las enseñanzas y las prácticas en los aeropuertos con el curso escolar empezado deja a los alumnos en una situación de desamparo, echando por tierra el gasto económico que supone tener a nuestros hijos estudiando fuera, sin que puedan ahora finalizar sus estudios».

Hay que recordar que la Fundación Virtus, acosada ahora por las deudas, ha sido víctima de graves errores de gestión que la han conducido a una situación económica calamitosa, agravada por la alarmante coyuntura económica del Ayuntamiento de Puertollano y de la Junta de Comunidades. En los últimos meses, ambas administraciones se han recriminado mutuamente su “falta de compromiso” ante las obligaciones asumidas con Virtus como miembros del patronato de la Fundación. En este sentido, no ha faltado una demencial e inescrutable discusión sobre la supuesta naturaleza jurídica de índole municipal (el propio alcalde anunció el traspaso al Ayuntamiento de las competencias de Virtus) y la presencia real del Gobierno regional en el Patronato.

Aunque el consejero de Educación Marcial Marín, advirtió en su momento de que la Fundación Virtus «no es viable jurídica ni económicamente, ya que vulnera la Ley de Fundaciones al estar compuesta por un solo patrón” y llamó la atención sobre el remanente de la deuda a trabajadores y a la Seguridad Social”, las administraciones regionales y locales se pusieron de acuerdo para buscar una solución provisional a la falta de recursos de la institución, merced a la cual la Junta asumiría y tutelaría la formación.

Las ayudas que no llegan

Para ello, la Fundación remitió un escrito de extinción de las enseñanzas que imparte con el fin de ceder gratuitamente todas las instalaciones y recursos de Virtus a la Junta de Comunidades, proceso que, al parecer, aún no ha culminado jurídicamente. Según el consejero, la idea era mantener para los alumnos la doble titulación (el grado superior y la licenciatura de mantenimiento aeronáutico). Conseguido este objetivo, la Consejería “estudiaría la posibilidad” de crear un nuevo centro  para seguir impartiendo estudios, ya que no podía adquirir el compromiso de matriculaciones para cursos sucesivos.

En todo caso, el Gobierno regional no estaba dispuesto a asumir la deuda de Virtus, aunque sí aseguró que  se haría cargo de garantizar la formación de los alumnos y los salarios de los trabajadores. Algo, que, al parecer, no se cumplido si nos atenemos a las conclusiones del informe de Aviación Civil. Ni la Fundación ha cambiado de naturaleza jurídica, ni se ha asegurado su funcionamiento, ni ha pasado a depender jurídicamente de la Junta de Comunidades.

Todo apunta, pues, a que la penosa gestión del Ayuntamiento de Puertollano, la falta de previsión a la hora de aportar fondos por el anterior gobierno de Barreda, la inexistente respuesta económica de la actual administración regional, y la desidia en la gestión cotidiana del centro están a punto de acabar definitivamente con el sueño de convertir a Puertollano en referencia nacional de formación aeronáutica.

@santosgmonroy

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