La Junta de Comunidades pone en peligro la subsistencia de la Universidad de Castilla-La Mancha

La situación que atraviesa la UCLM empieza a tomar un cariz realmente dramático, con serias
y graves repercusiones para toda la comunidad universitaria. Los presupuestos, ya diezmados meses atrás debido a la deuda contraída por la Junta de Comunidades con la UCLM, están alcanzando cifras peligrosamente bajas. Actualmente la deuda asciende a unos 140 millones de €, lo que está obligando a prescindir de gran cantidad de servicios que la universidad ofrecía con normalidad hasta ahora.

Las becas-colaboración, mediante las cuales los estudiantes ofrecen un servicio a la universidad y obtienen suficiencia económica para poder continuar sus estudios, se han visto mermadas tanto en número, como en remuneración. Asimismo, la beca complementaria Erasmus de la UCLM se ha reducido en más de un 50% respecto a lo previsto en la convocatoria inicial, dejando desamparados a muchos estudiantes que actualmente se encuentran en el extranjero.

La formación en idiomas, cuya demanda es más alta que nunca, ha reducido su oferta, consecuencia de la supresión de un lector de inglés en cada uno de los Campus. El servicio de deportes, por su parte, también se ha visto afectado, reduciendo su oferta habitual en el presente curso académico. Igualmente, la contratación de docentes se ha paralizado, e incluso algunos contratados no pueden ser renovados, con el consecuente deterioro de la calidad en algunas titulaciones. En muchos laboratorios empieza a escasear el material suficiente para el normal desarrollo de la docencia, y la oferta extraacadémica y cultural es cada vez más escasa. En varias actividades lectivas externas, incluso se ha comunicado a los estudiantes que deben ser ellos quienes asuman el gasto si quieren recibir esa formación.

Esta es una simple muestra en lo que a estudiantes se refiere de la larga lista de esfuerzos que está asumiendo la UCLM para subsistir, pero la situación está próxima al límite. Por si esto fuera poco, el gobierno regional ha asestado un duro golpe a la funambulista universidad a la que nos estamos acostumbrando últimamente (a pesar de demostrar su calidad al ser laureada recientemente con el Campus de Excelencia Internacional), anunciando la Presidenta de la Comunidad hace unas semanas un recorte de 53,5 millones de € en el presupuesto de la UCLM. Sumando esto a una deuda más que considerable, para la que aún no hay programa de pagos por parte de la JCCM, queda la universidad regional en una más que precaria situación.

Y no, no es excusa acusar al anterior gobierno, puesto que independientemente del estado de las cuentas, la Junta de Comunidades recibe más de 160 millones de € por parte de la Administración General del Estado para destinarlos a la universidad pública. Al menos hasta ahora. No se puede ni se debe permitir que ese dinero se derive a otros fines distintos a la universidad: la mejor inversión imaginable. Así lo demuestra el estudio que afirma que cada € invertido en la UCLM, devuelve a la sociedad castellanomanchega 1,6.

El recorte no compromete a la universidad, sino a toda la sociedad. Sin embargo, la cosa no queda ahí. A los estudiantes nos afectan otra serie de recortes anunciados (o algunos no anunciados, sino simplemente adoptados) por parte de la JCCM. Por lo pronto, se han suprimido las cuatro modalidades de becas que ofrecía año a año, como son las becas generales, de excelencia, el complemento a la beca Erasmus y las ayudas para movilidad internacional. Asimismo, se ha anunciado la supresión de las ayudas en transporte interurbano para jóvenes, encareciendo y obstaculizando el acceso a la universidad para quienes tienen menos recursos.

Igualmente, en algunas residencias universitarias están aplicando paralelamente recortes que afectan directamente a los estudiantes (llegando incluso a cortar la luz en horas nocturnas), y se prevé la reducción o incluso supresión de la subvención del 50% gracias a la cual muchos estudiantes pueden residir en estas instalaciones. También se prevé, e incluso ya se está asumiendo en algunos sectores, que las tasas y precios públicos fijados por la Conferencia General de Política Universitaria (de la que también forma parte el Consejero de Educación, Marcial Marín) aumente desproporcionadamente, reduciendo aún más las oportunidades de los jóvenes de obtener una educación superior.

Esta instantánea de la situación actual no debe ser aceptada como realidad inevitable, y ni mucho menos transigir que el estrangulamiento de la UCLM y de sus estudiantes, futuro de la sociedad castellanomanchega, vaya en aumento, sino todo lo contrario. Por ello, solicitamos a la Junta de Comunidades que los recursos destinados a la universidad pública y a los jóvenes de la región se utilicen para ese y no otro fin, y que garanticen la suficiencia financiera, no para la supervivencia de la UCLM y de sus estudiantes, sino para que su pleno desarrollo y crecimiento esté ligado al de Castilla-La Mancha.

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