Ocho meses lleva ya Cospedal y su hueste al mando de la maquinaria pública de la región y el desempleo no para de crecer como impulsado por un cañonazo. La excusa de la herencia de la cigarra Barreda se consume como un cirio y los 236.790 parados queman.
Cuando la economía repunte, la hormiga Cospedal aparecerá presta a apuntarse el tanto. Pero, mientras eso ocurre, la presidenta popular no puede descuidarse, pues en el terrario manchego ya hay quien opina que no es tan hormiga como aparenta, sino una cochinilla disfrazada.