Caiga quien caiga: ¡Vivan los ajustes!

Asistimos atónitos a la continuación del desmantelamiento de los servicios públicos en nuestra región. Ahora se anuncia el inminente cierre de los Centros de Profesores y los Centros de Recursos y Asesoramiento a la Escuela Rural, y además, su desaparición se hace de la peor manera, insultando a los profesionales que han estado en ellos y por extensión, a los usuarios.

Sí, a esos profesores que en su tiempo libre intentaban mejorar su formación, que por lo que dice nuestro Consejero debió ser mala.

La actual Administración tiene la legalidad y los mecanismos para hacer la formación como quiera, pero difamar lo que se ha hecho hasta ahora como único argumento válido nos indica la falta de éstos del Gobierno regional y esta situación de insulto permanente no hace sino desprestigiar mucho más la labor docente. Le hemos escrito, en lo que llevan de gobierno, varias veces advirtiéndoles que navegan en la más absoluta contradicción: por un lado hablan de mejorar la consideración de la labor docente y por otro arremeten contra ellos, sin escrúpulos, machaconamente y claro, ya saben: “un ejemplo vale más que mil palabras”.

Ahora nos vuelven a dar un nuevo ejemplo, nos desmantelan los centros de profesores y de recursos a la escuela rural y nos dicen que la formación que se impartía en estos 33 centros «dejaba mucho que desear» y que han sido «muchas las quejas» que ha recibido el actual Gobierno por parte de algunos profesores, pero, ¡que barbaridad!

Esos centros que el consejero desprestigia han sido referentes para el desarrollo de planes institucionales; han ofertado una formación permanente hecha con rigor; han servido de asesoramiento a los centros para fomentar la innovación y la renovación pedagógica como elementos claves para lograr centros más preparados; han sido lugares que posibilitaban el encuentro entre el profesorado, el intercambio de conocimientos, de experiencias, de inquietudes, de propuestas, de las que todos nos hemos enriquecido; han ofrecido recursos didácticos, tecnológicos, bibliográficos, etc. que completaban y completan la tarea docente; han sido, en definitiva, el apoyo de nuestro sistema educativo y de miles de profesores que han atesorado con ellos sus experiencias.

Sí, Sr. Consejero, tienen ustedes la legalidad para hacerlo, pero díganos los criterios pedagógicos y funcionales por los que un solo centro regional va a convertirse en la panacea de la formación, que no han conseguido, según vd. los 33 que ahora funcionan, o ¿hay algo más que desconocemos y la formación pasará a ser objetivo de otras entidades?, ¿quizás cercanas a su ideología?

En cualquier caso despídalos con el agradecimiento que merece su labor, realizada con un impresionante número de actividades, de participantes, de programas desarrollados y de líneas de trabajo que reflejan el grado de eficacia y compromiso realizado. Despídalos con la dignidad que merecen la mayoría de los profesionales que han estado al cargo de la formación de los docentes y de ayuda a todos los centros y, desde luego, quiero mencionar expresamente a la zona rural a la que esta desaparición va a dejar en situación muy, muy precaria.

El tiempo nos pondrá a todos en nuestro sitio. Despídalos sin tener que recurrir al viejo truco de “por
comentarios que llegan a la Consejería”, que es el argumento más torpe y más dañino que se puede
hacer de nuestros profesionales.

Hágalo bien, Sr. Consejero, porque 25 años de intenso trabajo no merecen para nada sus insultos,
hágalo que todos saldremos ganando. Le hemos pedido la continuidad de estos centros de formación
aportando mejoras en sus líneas de trabajo y abriendo otras nuevas. No han querido, de acuerdo,
pero no tiren por tierra todo el trabajo realizado.

No he hablado de la obligada recolocación de los 50 laborales (administrativos, ordenanzas y
personal de limpieza) y de los centenares de docentes que volverán a sus centros, que lo harán
cuando falte poco más de tres meses, con el consiguiente trastorno para los centros, para los
alumnos que cambiarán de docente y por supuesto para los 280 interinos que van a ir a la calle, pero
esto Sr. Consejero no tiene importancia, para su gobierno, claro. “¡Vivan los ajustes y caiga quién
caiga!”, aunque la que realmente cae es la dignidad profesional de los docentes que ustedes están
obligados a representar y defender dignamente.

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