Carta dirigida a cualquier poli que la pueda leer (opinión)

Catalina Valverde.- Querido amigo:

Sí, te llamo amigo porque entiendo que una vez que te quitas tu ropa de trabajo eres como mi vecino del tercero: un novio enamorado, un padre atento a la salud y educación de sus hijos, alguien que ha de mirar de vez en cuando el saldo de su cuenta…

Ya llega el mes de mayo, y tú sabes, como yo, que va a ser duro. Por eso quisiera hacerte algunas reflexiones.

En primer lugar, decirte que, como tú ya sabrás probablemente, ese grupúsculo de personas que actúan descontroladamente en las manifestaciones, son unos pocos, no son el grueso de la gente. ¿Estás seguro de que el Poder no suelta los “perros” para tener excusas y privarnos a continuación de nuestros derechos? Es lo que pensamos muchas de las personas que tenemos las suelas gastadas de tanto manifestarnos.

Continuaré diciéndote que las personas que nos manifestamos en las calles TAMBIÉN estamos defendiendo TUS derechos, no somos EL ENEMIGO.

¿Consideras tu enemigo a un estudiante con rastas, sentado en el suelo (el perroflauta, vaya)? ¿A la joven que va con su hijo en el coche porque le quiere enseñar desde bien pequeño que hay que preocuparse de la sociedad?  ¿Esos novios que sueñan con poderse ir a vivir un día juntos? ¿Los abuelos que, cogidos de la mano, no quieren que desaparezcan los beneficios por los que lucharon? ¿El trabajador despedido que sabe que no volverá a encontrar trabajo? ¿La madre que está manteniendo hijos y nietos porque no hay trabajo? ¿El joven que se compró un piso cuando tenía trabajo y que ahora no lo puede pagar porque lo han despedido? ¿Esos son “el enemigo”? Esas son las personas que conforman el grueso de las manifestaciones. ¿No te parece desproporcionadas las actuaciones que os mandan ejecutar sobre estas personas?

Querido amigo, nosotros no queremos violencia, queremos respeto. No, no vamos con la violencia. Todavía resuenan en nuestros oídos los relatos de nuestros abuelos o padres sobre la terrible guerra civil. Y no queremos otra. No.

Muchos empezamos a ver que estamos viviendo en un sistema que no funciona, muy injusto, basado en el despilfarro y la corrupción. Y queremos una revolución. Pero una revolución pacífica. Una revolución de pequeños actos que, en su conjunto, cambien el mundo.

Me viene a la cabeza la Revolución de los Claveles. Probablemente eres muy joven y no sepas de qué hablo. Mira en internet y te informas.

¿Has valorado en algún momento que el cambio pacífico está en tus manos? Porque el Poder puede mandar lo que quiera, pero si vosotros no ejecutáis las órdenes, ¿qué pasaría? ¿Te imaginas una situación mundial en este sentido? ¿Qué pasaría? Nada. O sí… Pasaría que Ellos, el Poder, tendrían que echar marcha atrás. Esta es una crisis artificial, creada por la erótica del poder.

Sé que estás hecho de la misma materia que yo: cuerpo y alma, y también sé que tienes sentimientos. Piensa en todo lo que te he escrito. Estoy segura de que tus hijos valorarán mucho ese esfuerzo que te estoy pidiendo.

¡NO ME PEGUES, NO ME AGREDAS, YO NO SOY TU ENEMIGO!

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3 COMENTARIOS

  1. ¡FANTASTICO! me recuerda El Gran Dictador de Chaplin. Un alegato contundente a favor de la paz. Si tienes cuenta en Facebook, publíca la carta, por favor. Es muy didáctica. Gracias.

  2. Muy interesante tu comentario, si no deberíamos preguntárselo a la policía Griega, que encima de no cobrar, tienen que defender el sistema corrupto allí establecido. En España vamos camino de lo mismo, pero lo que pides es una utopía, no estaría mal, nada mal.Un saludo

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