La escuela pública se desangra (opinión)

Ángel López . Grupo Provincial de Educación de PSOE Ciudad Real.- En reciente reunión de directores de los centros educativos de la provincia de Ciudad Real con responsables periféricos de la Consejería de Educación, se nos ha amargado el final del curso escolar con una catarata de medidas de austeridad y recorte de derechos en nuestro sistema educativo que, en algunos momentos, debieron parecer las noticias como puyas taurinas a un morlaco de escuela pública que se desangra a borbotones. Ya ven, los toros elevados a interés cultural y la educación degradada a esa tontería de “con menos se hace más”.

La reunión la presidieron “los servicios periféricos”, noticias de tanta transcendencia no las expuso ningún político responsable de la educación regional .Están bien pagados pero ninguno dio la cara siendo tan “meritorias” las novedades. Se parapetan en unos argumentarios con medidas muy duras, paridas en un despacho lejano, que desean sean digeridas en el olvido y relajación propias del verano, para que resulte más dulce la vuelta al cole en el mes de septiembre.

Ni el ministro Wert ni su austero acólito consejero de Educación castellano-manchego se dignaron a bajar al ruedo provincial a explicar cómo no hay 3.000 millones de euros para la educación de este país, pero sí es posible disponer de siete veces más de dinero para rescatar una entidad de ahorros. ¿Quién rescata a nuestra Educación? Que no me vengan con el retrovisor de la herencia, no nos aplican medidas económicas, nos aplican medidas ideológicas. Es verdad que tienen mayoría absoluta, legítima, por supuesto, pero van a lo suyo. Les recordaría el argumento que ya nos dejó el filósofo Seneca. “Todo poder excesivo dura poco”. O aquel otro, del escritor Fischer: “La educación es el proceso de pasar un conjunto de prejuicios por el gaznate”.

Se gestiona el sistema educativo por el gaznate ideológico, haciéndonos tragar eso de que “la educación concertada llegará donde no llegue la pública”, como dijo el consejero hace pocos días; “la educación infantil es algo asistencial”, como exclamó el ministro a las pocas horas de su toma de posesión. Y se han puesto manos a la obra: subida de ratios hasta que se abran las costuras de las aulas y supresión del profesorado de apoyo en infantil, generalizado en todos los colegios de la provincia. Las dos medidas juntas suponen veinte años atrás en un retrógrado túnel del tiempo.

Los protagonistas del sistema educativo, los que trabajamos en las aulas (profesores, alumnos y familias), estamos empezando a tener un sentimiento de que los responsables educativos desean vaciar el sistema de la autoestima que tanto necesita ya que, me temo, nos quieren hacer caminar entre el temor progresivo y la indignación contenida. La educación es un proceso complejo y el aprendizaje un logro difícil que requieren de unas condiciones: tranquilidad en las aulas, motivación del profesorado y de una autoridad moral del docente que debe percibir que es un ciudadano profesionalmente valorado, querido, bien pagado y con recursos humanos y condiciones materiales idóneas en los centros escolares.

Esta autoestima en septiembre habrá desaparecido no porque los docentes tengamos menos sueldo o más horas lectivas, ni porque degraden la dirección de los centros con menor horario de exclusividad, pues piensan que la organización escolar es una chorrada, ni porque los interinos no tendrán trabajo, ni porque se carguen la gratuidad de libros o del transporte para infantil y bachillerato, ni tan siquiera porque se carguen la diversidad o compensación de los alumnos necesitados. La autoestima tenderá a desaparecer, pues nos consideran parámetros de ahorro, austeridad, sospecha de absentismo laboral fraudulento, súbditos del sistema, números aritméticos de una cuenta de resultados .Desean que volvamos a imponer en las aulas primero, y en la sociedad después, el valor del temor. Todos los recortes nos educan, primero a los profesores, en ese valor del ansiado temor. ¿Qué más nos harán?

Especialmente letal para la escuela pública es el aumento de ratios. Con ello se incrementarán los alumnos en centros concertados y se cerrarán múltiples líneas de alumnado en los colegios públicos. En el conjunto de la provincia podríamos estar hablando del cierre de entre 50 y 60 líneas de alumnos sólo en colegios de Primaria. En Secundaria los datos pueden ser aún más negativos, ya que al aumento de las ratios hay que sumar los alumnos que dejarán de estudiar bachillerato y FP al desaparecer la gratuidad del transporte.

El aumento de ratios supone el aumento del ruido en las aulas, la desconcentración de los alumnos y su falta de atención, además de la reducción de su espacio vital en aulas de 40-45 metros cuadrados .Los cerdos están mejor atendidos, según el Real Decreto 1135/2002 sobre protección de cerdos, llegando a necesitar 2,25 metros cuadrados cada uno en determinadas condiciones. Alumnos, mochilas, abrigos y profesores necesitan un espacio para deambular y respirar, que con ratios tan elevadas habrá que acudir al método de hacer turnos.

La supresión generalizada del profesorado de apoyo en la educación infantil es algo que sólo pueden legislar aquellos que niegan la condición educativa de esta etapa escolar. A finales de los ochenta, desde múltiples Escuelas de Verano y Movimientos de Renovación Pedagógica, se mentalizó a las autoridades educativas de entonces de que la etapa Infantil era mucho más que asistencial.

El profesor de apoyo en Infantil no era un capricho: colaboraba con los tutores en las actividades de mayor complejidad, en el periodo de adaptación de los niños de 3 años prácticamente durante el primer mes, colaborando en las salidas, realizando sustituciones ante ausencias normales por la familiaridad con los niños, la coordinación del ciclo, la atención individualizada a los alumnos que lo necesitan, la llamada a los padres por teléfono ante muchos imprevistos, ya que el aula no puede abandonase por parte del tutor, y muchas funciones más.

Mantengamos la calma, con permiso del ministro y del consejero, Séneca aún es sabio. Entre el temor y la indignación, mostraremos nuestra vocación y profesionalidad laboral pero, por favor, que no nos tomen por tontos, que no nos hagan discursos oficiales sobre la calidad educativa ni sobre el mejor mantenimiento del sistema. Subir la ratio en Educación Infantil al mismo tiempo que desaparece el profesorado de apoyo en esa etapa es como legislar por decreto-ley que los cerdos vuelen al mes de su existencia.

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