No lamente, ¡condene!

Sigo aturdido con la cara de incredulidad que involuntariamente se le dibuja a uno cuando piensa “¿realmente he oído lo que he oído?” desde que escuché el otro día a la ministra de trabajo, la inefable Fátima Báñez. Decía la susodicha que lamentaba la muerte de Amaya Egaña, la mujer de Barakaldo que se quitó la vida cuando iba a ser desahuciada. Una inevitable asociación de ideas me trajo a la memoria a la izquierda abertzale que se niega a condenar los asesinatos de ETA limitándose a lamentarlos.

Cualquier persona con un sano sentido moral entiende que el maquinista que llevaba prisioneros al campo de exterminio es tan culpable como el dirigente que firmó la orden de gasearles; sin ninguna duda la cuestión de grado es lo de menos, siendo malvada cada una de las partes de la maquinaria que, como colaboradoras necesarias, trabajan coordinadas para garantizar el genocidio. Así un cerrajero que fuerza la puerta del hogar de una familia indefensa en una ejecución del desahucio es un hijo de Satanás y otro que se niega es una persona decente; igualmente, un director de banco que denuncia por impago a una familia a la que previamente engañó con falsas sonrisas, técnicas comerciales inmorales y mucha letra pequeña es un asesino en potencia y, por el contrario, un director que abandona el banco por cuestiones de conciencia es un buen ser humano. Ustedes sabrán disculpar mi maniqueísmo y tono didáctico.

En el sistema educativo castellano-manchego sucede algo parecido. La Consejería de Educación culpa a otros de verse obligada a esquilmar los centros educativos, y esos otros culpan a los de más allá eludiendo responsabilidades ad nauseam en un desalmado ejercicio de encadenadas prosquinesis entre politicastros que prefieren verse humillados para mantener su statu quo en vez de erigirse en referentes morales defensores de la educación y de la ciudadanía. ¡No hay servilismo más vergonzoso que el voluntario!

Si alguna pieza del engranaje se negara a cumplir su cometido destructivo se acabaría con esos planes demoníacos diseñados por las mafias financieras. De este modo cualquier gerifalte secundario que informa a un centro educativo que debe despedir profesores es tan culpable como el ocurrente ministro que maquinó el decreto y, por el contrario, un director de colegio cuyos escrúpulos morales le impiden pasar por el aro de la desfachatez -y por tanto dimite- está practicando la bondad y la magnanimidad, virtudes ambas que si se extendieran llenarían de esperanza a la cada vez más hundida Castilla-La Mancha.

Los mezquinos que manejan los resortes del poder lamentan los desahucios y los repugnantes recortes en educación, pero carecen del arrojo moral, la decencia y la formación intelectual para condenarlos. Ninguno es capaz de erigirse en espíritu del pueblo y extirpar el sadismo-de-Estado. Ellos obedecen a sus respectivos superiores ignorando que en la cumbre de la jerarquía internacional hay gentuza codiciosa que si conocieran personalmente les repugnaría tanto como un violador, un pederasta o un traficante de armas. Trabajan para ellos ajenos a su catadura moral.

La huelga general es un mecanismo democrático y constitucional que no se limita a lamentar sino que condena, es como un tornillo que se niega a enroscarse en la maquinaria envilecida dificultando el funcionamiento de millones de piezas que en modo zombi cooperan para la maldad. Por consiguiente condeno las lamentables políticas de los personajes que dirigen la educación castellano-manchega y, en consecuencia, haré huelga el miércoles catorce de noviembre. ¡No debemos, no pagamos! ¡No lamentamos, condenamos!

http://www.rafaelrobles.com

@RafaelRob

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6 COMENTARIOS

  1. Si Amaya Egaña se tira por el balcon por la presión de su marido es violencia de genero.
    Cuando es la Banca la que presiona y te empuja por la ventana le llaman suicidio.

  2. Sr. Rafael, tengo un familiar cercano que lleva más de dos años parado, se la ha acabado la ayuda, y entre la familia estamos aportando lo que podemos para que siga pagando su hipoteca, además de darle todo nuestro cariño y comprensión para poder superar la depresión en la que se encuentra.

    Creo que nadie puede ponerse en el lugar del otro cuando toma una decisión como la de Amaya y otros muchos, seguro que habrá otros problemas añadidos para que una persona decida en un momento quitarse la vida (he oído y leido en prensa que tanto ella como su marido estaban trabajando), pero es igual,sigue siendo lamentable.

    Se puede echar la culpa a quién se quiera, cada uno puede buscarlos a su alrededor; pero comparar a la ministra Bañez con los que apoyan a los asesinos de ETA, me parece de sinverguenzas y de miserables.

  3. Hola ciudadrealeño:

    Se dirige usted a mí en unos términos de todo punto injustificados, además sin dar la cara, protegido por el anonimato. Se fundamenta usted en la falacia de la ignorancia del argumento para dedicarme dos insultos. Cuando usted lanza un «comparar a la ministra Bañez con los que apoyan a los asesinos de ETA» parece que da a entender que yo he dicho que la ministra va con una pistola por la calle o algo por el estilo. En realidad debería usted haber dicho: «comparar las palabras de la ministra Bañez con las palabras de los independentistas (no hablo de terroristas) que juegan con los verbos lamentar y condenar». No es lo mismo. No conozco otro ejemplo tan claro como el de algunos de los representantes políticos abertzales en el que el uso de los términos «lamentar» y «condenar» supongan una diferencia moral, algo que es perfectamente aplicable a la ministra en el caso que nos ocupa. Ella debería haber condenado la ley hipotecaria y a las instituciones financieras, no limitarse a lamentarse.

    Siento la situación por la que pasa su familiar, pero a pesar de todo él es afortunado por tener una familia que le ayuda económica y afectivamente. Lamentablemente no siempre es así y el Estado debe tener mecanismos más allá de las redes de apoyo familiares.

    Un saludo cordial

    Hola José Ángel:

    Me gusta la comparación que hace, un saludo cordial.

    • Sr. Rafael:

      1º) Ud. no habla de independentistas, habla de la Izda. Abertzale que no condenaba los asesinatos de ETA; es decir Batasuna, es decir terroristas (así declarados por la UE).

      2º) Si Ud. no estaba comparándola con los terroristas, no tiene porque darse por aludido por los calificativos que pongo, y si es así, no me retracto.

      3º) No me importaría salir del anonimato en absoluto si no hubiera empezado mi comentario con la situación de mi familiar, al que sí quiero mantener en el anonimato.

      Un cordial saludo.

      • Hola ciudadrealeño:

        1. Le recuerdo que Amaiur no ha condenado los asesinatos de ETA, son independentistas de izquierda (es decir, abertzales de izquierdas, significa lo mismo) y ninguna institución los considera terroristas porque si no no podrían tener representación parlamentaria.

        2. Ahí tiene usted razón. A veces la contigüidad induce al error en la comprensión, por eso la publicidad juega con ella para vender sus productos.

        3. Esta razón es absolutamente comprensible.

        Un saludo cordial

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