Alumnos de los colegios de Ciudad Real y provincia están aprendiendo ideas básicas sobre discapacidad y accesibilidad

Cocemfe Oretania Ciudad Real está desarrollando durante todo el mes de noviembre  unas charlas constructivas sobre accesibilidad y discapacidad en coordinación con el programa ‘Educando en Valores’ de Obra Social La Caixa. Intensos días donde la técnico de accesibilidad de la Federación ciudadrealeña, Ana De Frutos, ha dado a conocer a pequeños y jóvenes de 3º de primaria a 3º de la ESO conceptos básicos sobre accesibilidad y discapacidad. El principal objetivo es concienciar a los más jóvenes sobre cómo se debe tratar y ayudar en el caso de que lo necesite, a una persona con discapacidad. La actividad está enmarcada dentro del programa de acciones que la entidad está realizando con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad.

“Lo importante es invisible a los ojos”. Con estas interesantes palabras, prestadas de la obra literaria ‘El principito’, De Frutos iniciaba a los más pequeños en un valor fundamental en cualquier sociedad, la igualdad. “Las personas con discapacidad tienen que reivindicar continuamente que son iguales a los que no la tienen”, incidía. “Por ello hay que trabajar por crear entornos accesibles, porque aunque no lo creamos, a lo largo de la vida todos cambiamos, y necesitamos una ciudad que nos permita desplazarnos”, proseguía enlazando sendos conceptos, discapacidad y accesibilidad.

Tras esa introducción, llamó la atención de los jóvenes alertándoles del mal uso del lenguaje que la sociedad suele tener para con el colectivo. “Muchas personas desconocen que la palabra ‘minusválido’, ‘incapacitado’ o ‘inválido’ están mal dichas, y es algo que se transmitió a través de una ley. Siempre hemos de hablar de ‘personas con discapacidad’ porque primero hablamos de las personas y luego de la discapacidad. Recordad siempre la frase con la que hemos iniciado la conferencia, somos iguales, tanto en derechos, como en deberes”, expresaba la técnico en accesibilidad.

Seguidamente, el alumnado diferenció de la mano de la profesional, los diferentes tipos de discapacidad que existen. “Hay personas con discapacidad física, otras la tienen orgánica, también los hay con discapacidad intelectual, sensorial o mental”, explicó. “Cada una de ellas ha de ser tratada de una manera diferente”, agregó. Los siguientes minutos, De Frutos enseñó cómo hay que tratar a una persona con discapacidad visual “a la hora por ejemplo de cruzar un paso de peatones, siempre hemos de preguntarle, y durante el trayecto hablarle, sin olvidar la despedida porque recordad que no nos ve”, matizaba. “En cambio, cuando tratamos con una persona con discapacidad auditiva, lo más importante es que nos vea la cara, porque ellos son muy buenos lectores de labios. Siempre que estemos con ellos es fundamental la expresión corporal”, comentaba.

Así llegó  a la discapacidad física, que dio cabida a otro concepto fundamental, la accesibilidad. “Todas las personas necesitamos espacios accesibles, pero las personas con discapacidad aún más”. De esta forma, empezó a poner ejemplos sobre los problemas que suelen existir en las ciudades y poblaciones y que suelen hacer a este colectivo más vulnerable y dependiente. “¿Qué hacemos con esta persona que está en una silla de ruedas y no llega al cajero?”, preguntaba Ana a través de una fotografía. Los chicos contestaban con múltiples opciones hasta que daban con la solución. “Sería tan sencillo como bajarlo a su altura, las personas normales se bajarían para usarlos y ellos podrían acceder también”, comentaba alguno de los alumnos.

Y es que la accesibilidad es un concepto que beneficia a cerca del 40% de la población, más aún si se tiene en cuenta que dentro de pocos años, España será el segundo país más viejo del mundo. Por ello, hay que aprender a conjugar el diseño con la funcionalidad. “Tenemos que tener un entorno físico accesible, porque sin él, no podemos acceder al entorno social”, argumentaba De Frutos, haciendo especial hincapié en la se ha de elaborar una cadena de accesibilidad fuerte y estable para crear una sociedad más justa, porque “somos una marea de gente, todos diferentes, remando al mismo compás”, finalizaba.

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