Podemos lograr la meta de una generación libre de SIDA

Prado Martínez. Concejala del Grupo Municipal Socialista de Ciudad Real.- Hoy, 1 de Diciembre, se conmemora el Día Mundial del Sida, enfermedad que se detectó en los años 80 y que ha pasado por diferentes procesos. Desde conocerse como la “Peste Rosa” (la mayoría de los afectados eran homosexuales), más tarde se detectó que también afectaba a drogodependientes, prostitutas y heterosexuales, lo que provocó un aislamiento social de las infectadas e infectados, hasta la actualidad, que gracias a los tratamientos antirretrovirales y medidas de higiene saludables se puede convivir de una forma normal con la enfermedad, como con cualquier otra enfermedad crónica.

Sin embargo, estos tratamientos sólo están disponibles, en su mayoría, en países desarrollados. La pobreza y las desigualdades sociales contribuyen de forma alarmante a la extensión de esta pandemia. El elevado precio de los medicamentos, hace que los países más pobres no tengan recursos suficientes para dispensarlos gratuitamente entre la población afectada, lo que impide que las personas con VIH puedan mejorar su calidad de vida.

Una generación sin VIH es posible gracias a los programas de prevención que consisten en administrar antirretrovirales durante el embarazo, parto y lactancia a las madres. Son tratamientos simplificados con muy pocos efectos secundarios para la madre y el hijo.

En Zimbabwe han conseguido con estos tratamientos reducir la tasa de contagio madre-hijo a menos de un 5%. Pero justo cuando la ciencia y los programas nacionales de los países endémicos permiten tratar más y mejor, son los fondos los que fallan. Países que financiaban estos programas, han dejado de hacerlo.

El VIH/SIDA no existe sólo una vez al año. Desde el comienzo de ésta pandemia han fallecido millones de personas. Treinta y cuatro millones viven en el mundo con el VIH. Además, los datos señalan que un alto porcentaje de nuevas infecciones se dan entre los 15 y los 25 años, sobre todo en mujeres y en poblaciones especialmente vulnerables, como son las personas que viven bajo el umbral de la pobreza y las que están privadas de libertad.

No podemos permitir que la actual crisis mundial cause más sufrimiento del que ya causa. Los gobiernos que se comprometieron a subvencionar deben seguir haciéndolo por el futuro de la humanidad.

En el Día Mundial del Sida, brindamos tributo a los millones de personas que viven con el virus del Sida y que se han hecho la prueba del VIH en todo el mundo. Las pruebas de VIH y la atención médica pueden salvar vidas.

Podemos lograr la meta de una generación libre se Sida y prevenir la transmisión del virus en millones de personas que no han nacido. No dejemos pasar esta oportunidad.

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