Cartas desde Laos (y II)

MiguelAngellopez@DesdeLaos. Laos, desde donde escribo, no es tierra de exclusiones, ni es un lugar antirreligioso. En Laos nunca se ha creído que la Iglesia que más luce sea la que arde, ni se piensa que el anticlericalismo es sinónimo de violencia alguna. En lo que sí se cree es que para violentar, golpear, asesinar, humillar o, meramente, criminalizar es más fácil tener enfrente a un enemigo que a un igual. Y que la difamación nunca es ni desinteresada, ni inocente.

Una vez que la jerarquía eclesiástica católica fue capaz de entender, allá por el siglo XIX, que la democracia y el racionalismo eran conquistas históricas de voluntad  universal, el Papa León XIII enmendó la plana a Pío IX y buscó estrategias evangelizadoras “adaptadas a los tiempos”. No obstante el espíritu de Pío IX permaneció y Pío XI, el Papa amigo del fascismo, contribuyó a la condena de todo resquicio a tolerar la separación entre el Trono y el Altar, entre el poder político y el “poder” eclesiástico, hasta el Concilio Vaticano II, donde se entiende que la separación ya no es obstáculo, sino liberación. Una obra que ilustra ejemplarmente esta situación es La política de los Papas en el siglo XX, del historiador alemán Karlheinz Deschner.

Por un lado, anticlerical no es más que aquél que critica o denuncia los privilegios de una asociación de creyentes bajo el rótulo de “Iglesia”. Por otro lado, la antirreligiosidad es propia de Estados ateos que pretenden la imposición de la ausencia de creencias religiosas y sus prácticas. En Laos, por el contrario, existe irreligiosidad, arreligiosidad si se quiere, pero nunca rechazo de la religión entendido como un combate frente a la diversidad de convicciones organizadas para una convivencia compartida. Religiosidad, ateísmo, agnosticismo, indiferencia son subconjuntos dentro del conjunto que alberga la pluralidad de convicciones posibles de la conciencia.

¿Por qué no es posible entender que se puede ser católico, ateo o amante del nudismo y vivir en Laos? La clave reside en saber que Laos no es un lugar de convicciones, sino el lugar donde se organizan las convicciones, el lugar que permite aplicar la regla fundamental del Estado de Derecho: la protección de su pluralismo en pie de igualdad por medio de la libertad de conciencia. El resto no es más que difamación: diversidad de formas para legitimar componendas que habilitan las múltiples variedades de los privilegios económicos, educativos y patrimoniales otorgados a la Iglesia Católica a cambio de convertir un levantamiento militar sin aceptación popular y contra la democracia en una cruzada de salvación, terror y exterminio. Basta con leer el libro del honesto Padre Josep M. Llorens, conocido como Joan Comas, titulado La Iglesia contra la República Española.

Una última cuestión antes de comenzar: ¿por qué escribir desde Laos? La corrupción, la estafa financiera, la pobreza, ¿no poseen una urgencia inigualable? Lejos del ornato caprichoso y del oculto resentimiento, desde Laos escribo sencillamente por memoria y amor a un futuro sin sectas, por justicia y por dignidad democrática ciudadana. La prueba de esas cuatro exigencias reside en que Laos, de hecho y de derecho, se encuentra en el destierro y desde el exilio tomo la palabra. Ese es el punto de partida, estremecedor e inocente al mismo tiempo. Levantan acta de esa realidad los preconstitucionales Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede de 1976 y 1979, la Constitución Española de 1978 y la Ley de Libertad Religiosa de 1980. El resto son sucedáneos y entretenimientos.

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9 COMENTARIOS

    • Gracias HNS por tu valoración y por compartirla. Inauguras los comentarios a esta columna recién nacida. Espero estar a la altura de esa pedagogía a la que te refieres.

  1. Un país sin sectas, ni religiosas ni políticas, debe ser un gran lugar. Un país donde los presidentes, alcaldes y concejales no cierren las filas de una procesión como autoridad, lo que no impide que puedan desfilar como un ciudadano más. Y donde se respete el art. 16 de la constitución.

    Si nuestro pais se pareciera a Laos, qué gran país sería.

    • Sin duda, Pasmada. El perjuicio económico, científico, educativo y sexual del catolicismo en nuestro país, historicamente nos ha hecho pagar unos réditos que hasta la hipoteca bancaria más abusiva es una broma infantil a su lado.

  2. Para colmo en Trento nos decantamos por el catolicismo. Décadas de catecismo. En este país hasta la Biblia era pecaminosa. Y los ciudadanos sumidos en el oscurantismo y la castración sexual y mental más absoluta. Quien piense que todavía no se deja sentir la impronta nefasta de la Iglesia Católica, es que no ha mirado en su interior.

  3. Brillante artículo. El laicismo implica conciliación y convivencia, nunca enfrentamiento, de ahí que me cueste comprender los numerosos ataques que tiene que sufrir el laicismo por parte de algunos creyentes extremistas.

    • Gracias por tu valoración, Pedro. Con todo los ataques más demoledores los recibe el laicismo de parte de determinados «progres».

      • Cierto, compañero de sección. El hecho religioso es inmanente al ser humano. Al fin ya cabo hablamos de la Gran Pregunta: qué hacemos aqui y para qué. El laicismo bien entendido es la asunción clara de las donaciones a César y a Dios, en se sentido conlleva un civilizado respeto hacia las creencias, en tanto que una desafecta contestación a la Jerarquía de la Iglesia o a ésta como poder. Sin embargo a ningún creyente, y yo lo soy, se le escapa el gran misterio de la pervivencia del programa moral de un hombre (lo de Dios es aparte o quizá por eso)que anduvo por aqui hace 2000, con apenas 3 años de activismo y sin dejar nada escrito. El mismo hombre que partió en dos el tiempo de los hombres y generó andando lo siglos la cultura universalmente predominante. Me gusta tu punto de vista: un laicismo maduro que deje lascosas de Dios en las conciencias pero ¿acaso los grandes princiopios sociales no son una transverslidad laica de la enseñanazas del Maestro. El pedirgrí laico en estas latitudes viene precedido por un feorz y casi decimononico anticlericalismo.A veces pienso que la incorrección n estos tiempos de pronunciarse creyente es un acicate para plantearselo. Yo fui ateo, y descreido y los años me han demostrado que efectivamente determinados progres han hecho un daño tremendo al laicismo contemporizador. Y un ultimo dato para la Historia: los Estados que han eliminado de manera furibunda cuaqluier manifestación de trascendencia, esto es religiosa, han creado us propio Dios n medio del infierno. Stalin, por ejemplo. La influencia moral de Cristo es imperecedera. Disculpa la extensión del comentariuo y te repito que es un honor compartir sección con un articulista de tu nivel.

  4. Hacen falta más textos así en los medios de comunicación, con rigor, con respeto y con valentía, y más en los tiempos que corren. ¡Enhorabuena y ánimo!

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