Realidades paralelas

La rebelión de los gorriones@eusebiogarcia.- El pasado sábado coincidieron dos manifestaciones humanas antagónicas, la ira y la dicha, en la esquina en la que la calle Postas mira de reojo a la Plaza Mayor. Durante unos segundos se produjo un cortocircuito cacofónico. Tan pronto podía escucharse «gente sin casas, casas sin gente» como «hola don Pepito, hola don José», «el hueco del cajero pa que duerman los banqueros» o  «chinita tú, chinita yo».

La manifestación del 16F contra los desahucios y los recortes enfilaba las últimas calles antes de recogerse en la Plaza de la Constitución mientras, en la Carpa Municipal del Carnaval ciudadrealeño, niños y mayores disfrutaban de la fiesta infantil, homenaje a los Payasos de la Tele.

La batalla de las interferencias acabó en tablas. Mil personas gritaban de un lado y otras tantas cantaban unos metros más allá. Podían verse, rozarse, hasta entenderse, pero acabaron por ignorarse. Y es que no vivimos en una ciudad, ni en barrio, ni en una calle concreta, sino empadronados en infinitas realidades paralelas, condenados a no encontrarnos.

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1 COMENTARIO

  1. Así es. La alegría y la tristeza. El paro y el pluriempleo o monoempleo ,muy bien remunerados. El que trabaja piensa que las cifras del paro son un globo hinchado, una mentira. El que vive en una mansión cree que los que viven en chabolas no merecen algo mejor. Y algunos de los que se manifiestan tampoco saben muy bien cuál es la causa del drama. Creer y saber. Solo saben la magnitud de la tragedia los que la viven en su propio pellejo.

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