Alucinatura Triatlón Manzanares, a un paso de la élite

Nota municipal.- Triatlón Manzanares corrió la maratón de Sevilla hace unos días. Esta es su experiencia, contada, en primera persona por el atleta Jesús Calle.

manzanares_triatlonExactamente a las 05:45 sonó el despertador. Abrir los ojos y pensar que debes correr 42 kilómetros hacen que se te cierre el estómago así que pensé no bajar a desayunar pero finalmente sí lo hice porque sabía que el día iba a ser muy largo hasta que llegase a meta. Después subí a prepararme, me coloqué el dorsal y la mochila con todo lo necesario para ir a recepción ya que a las 8:30 nos esperaba el autobús para llevarnos al Estadio Olímpico de La Cartuja. Allí dejamos todo en el guardarropa y nos dispusimos a calentar y a dirigirnos hacia la meta. Busqué mi cajón de salida (2 horas 45 minutos) y me fijé en que justo delante estaban los que horas después serían los vencedores de la prueba, los keniatas y etíopes, entre el resto de participantes de élite.

La salida fue muy puntual, exactamente a las 9:00 se dio el pistoletazo de salida. Empezábamos nuestra travesía por las calles sevillanas y más de 7.000 personas iniciábamos lo que esperábamos fuese una mañana satisfactoria tras tantas horas y kilómetros de entrenamiento.

Yo quería mantener un ritmo de 3:35 minutos el kilómetro. Ese tiempo era el que predominaba en mi pensamiento pero cuando caí en la cuenta de que un grupo cercano mantenía un ritmo algo más rápido me enganche a ellos ya que me encontraba bastante cómodo. En ese grupo estaban las que más tarde fueron las ganadoras femeninas de la maratón (que prácticamente “volaban”) y aguanté con ellos hasta el kilómetro 13, momento en que decidí jugármela y correr en solitario a un ritmo de 3:29/3:30. A la altura del kilómetro 15 llevaba un tiempo de 52 minutos y sabía que iba a llegar con un tiempo muy positivo a la media maratón, y eso cargaba y renovaba mi energía.

Cuando pasé por el arco de los 21 kilómetros mi reloj marcaba 1 hora y 13 minutos y un promedio de 3:29, pero me fijé en que el cronometro oficial instalado en el arco señalaba  1 hora 11 minutos. Eso me despistó y empecé a pensar que existía algún error en la medición del recorrido, pero continué mi marcha sin perder la concentración.

A pesar de correr en solitario me encontraba realmente bien. La climatología, las calles de Sevilla y el ánimo de la gente acompañaban perfectamente a los corredores a lo largo de toda la carrera. En el kilómetro 33 ya comencé a advertir las piernas cargadas y decidí bajar el ritmo, pero tampoco demasiado, ya que quería lograr una buena marca. Fue en ese momento cuando me adelantó el grupo al que me enganché al principio, con las tres etíopes a la cabeza.

Durante la carrera tomé los cuatro geles que llevaba cuando lo creí  necesario, y aunque el recorrido pasaba por las calles y monumentos más emblemáticos de Sevilla, apenas vi nada, iba sumergido en mis propósitos y en mi objetivo.

Exactamente miré mi reloj cuando me marcó los 42,195 kilómetros (el recorrido oficial) y en ese instante mi tiempo era de 2 horas 34 minutos, pero la meta se encontraba más adelante y tras cruzarla eran 42,550 kilómetros reales los que marcaba mi reloj. A pesar de que señalaba un tiempo de 2 horas 36 minutos, el cronometro oficial de la organización del arco de llegada marcó un minuto más.

Acabar una prueba de estas características y mejorar mi marca anterior en la Maratón de Málaga me dejaba repleto de satisfacción y alegría, a la vez que me invadían las buenas sensaciones. Finalmente, objetivo conseguido.

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