¿Igualdad conseguida o hipocresía machista?

Juan Fernando Ruiz Claver. Concejal del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Ciudad Real.- De todos es conocido que mañana día 8 de Marzo se conmemora el Día de la MUJER; y pongo mujer con mayúsculas como termino esencial que aúna a todo el género femenino, dejando a un lado la distinción entre mujer trabajadora o mujer madre o cualquier otro adjetivo que concrete su calidad o cualificación.

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Esto cobra sentido en nuestra actual sociedad española, profundamente machista todavía, necesitada de eventos que recuerden a los ciudadanos lo que tendría que estar grabado a fuego en el sentir de cada uno: que mujeres y hombres somos iguales sin adjetivos ni condiciones.

O al menos, eso pensamos algunos, puesto que no deja de sorprender que en un encuentro radiofónico que, bajo el paraguas de tertulia, se suele convertir en un discurso partidista de quien representa al gobierno de esta ciudad, el portavoz del equipo de Rosa Romero, Don Pedro Martín, comience diciendo que no entiende el sentido esta celebración cuando la MUJER no necesita actualmente de esta reivindicación porque ya no hay una discriminación real entre hombres y mujeres.

Puso el concejal como ejemplos rotundos de esta afirmación que la vicepresidencia del gobierno nacional la ocupa una mujer; que la presidencia del gobierno regional también es una mujer y que la alcaldía de Ciudad Real también la regenta una fémina. Estos son a su entender los datos rotundos que demuestran que ya todo ha cambiado: ¿igualdad real?

No pasaba un día desde estas declaraciones a las reivindicaciones plasmadas de forma tan acertada como rotunda por la Concejala de Igualdad del Grupo Socialista, Prado Martínez, quien, recogiendo el sentir de todos los colectivos de mujeres de nuestra capital, con dureza refería los datos reales de esta “ficticia igualdad” antes referida: diferencia salarial, discriminación laboral, dificultades en el acceso a puestos de responsabilidad, falta de medidas para la conciliación de la vida laboral y familiar; asunción de las tareas del hogar y el cuidado de los hijos…son una realidad que hoy tiene que asumir la mujer frente al hombre, lo diga quien lo diga. Hablamos de datos reales, de informes contrastados y de una situación social que solo quienes siguen instalados en el rancio machismo social imperante se niegan a reconocer.

No entendemos entonces como representando al mismo partido, la Señora Lola Merino destaca que “…las mujeres de Castilla la Mancha tienen en el P.P. un fiel aliado…” Puede que incentivar a la mujer a ocupar puestos de responsabilidad como el de “pastora”, tal y como ha planteado la Señora Merino, en su condición de presidenta de Amfar (con el respeto que nos merece la profesión de pastor y cualquier otra, más en estos momentos) sea la solución necesaria.

Cualquiera vale, si como dice su portavoz municipal, esto hoy no es necesario.

Y no hemos mencionado aún el mayor de los problemas; la más dramática desigualdad: el maltrato a la mujer; la manifestación delictiva de una enfermiza posesión de un ser hacia otro llevada hasta las últimas consecuencias. ¿Se puede afirmar que esta tremenda aberración social que cada día cuenta con mayor número de casos, no necesita un gesto de reivindicación?

Aparquemos la demagogia barata y pongamos los pies en el suelo reconociendo que queda mucho por hacer, y que cualquier iniciativa que sirva para situar a la mujer en el estatus de igualdad real que le corresponde tiene que contar con el apoyo incondicional de todos.

 

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