Agua por todas partes por un pacto natural

Cuando aquí abajo la Monarquía está bajo mínimos, el partido en el Gobierno tratando de quitarse el moscardón de la sospecha de cobros sobreentendidos, el principal partido de la oposición dando tumbos sin ideario concreto y sin liderazgo, con una cuerda de imputados de glamour y rh a prueba de pruebas… brozaCuando aquí abajo sigue la crisis sacándonos las vergüenzas, allí arriba la misma cosa natural ha debido compadecerse de nosotros y nos está regalando y gratis una primavera espectacular de agua, que está llenando pantanos, revitalizando ríos, reviviendo cauces y, según los expertos, llevando a un estado de salud impresionante a parajes como Las Tablas de Daimiel, Las Lagunas de Ruidera y la geografía volcánico-lagunar de Calatrava, entre ellas la modesta pero impresionante Laguna de Caracuel, actualmente en niveles casi históricos, a la espera de la bandada de patos y otras aves que también se dan cita en este paraje cuando se consagra la primavera. Las lluvias naturales están solucionando un problema generado por la artificiosidad del hombre, aunque no lo hacen definitivamente porque la solución pasa por otros usos y otra mentalidad. En la imagen se puede contemplar la Laguna de Caracuel como pocas veces y eso que aún se esperan más lluvias para los próximos días.

Otros ríos como el Guadiana o El Bullaque lucen igualmente de manera espectacular, así como el Modesto río Ojailén que corre con un cauce agradecido gracias a esta primavera pluviosa. Pero como suele ocurrir, con los pequeños detalles, en esos en los que no repara la autoridad competente (Ayuntamiento de Puertollano, Confederación del Guadalquivir, Junta de Comunidades o quien corresponda), se ningunean o se olvidan y el cuidado y limpieza de puentes y cauces, labor que aunque silenciosa y poco lustrosa de cara a la cinta inaugural ahorra más de un disgusto cuando vienen maldadas, pasan al desván de lo pendiente. Los ojos del puente sobre el rio Ojailén en el valle de minero de Puertollano están llenos de legañas y lo están desde hace más de un año. La broza acumulada es prueba de crecidas anteriores y riesgo para las que vengan. Pero es poca cosa y no merece la pena llevar a la zona tres o cuatro hombres que en una mañana deje el cauce limpio como debiera estar.

Por lo demás y según informan las agencias, la reserva hídrica de los nueve embalses de la provincia de Ciudad Real están en registros históricos. Los pantanos de la provincia acopian 435,8 hectómetros cúbicos, cifra que supera los 417 hectómetros cúbicos de máximo que registró en 2010 y los 402,7 hectómetros cúbicos alcanzados en 2011. Los siete embalses de la cuenca del Guadiana se encuentran al 81,6 por ciento de su capacidad, mientras que los dos pantanos de la cuenca del Guadalquivir están al cien por cien de su capacidad. En la cuenca del Guadiana, están desembalsando agua las presas de Gasset (6,5 metros cúbicos por segundo), Vicario (60 metros cúbicos por segundo), Puerto de Vallehermoso (19,5), Vega del Jabalón (60) Peñarroya (11) y La Cabezuela (25). En la de Guadalquivir lo hacen las presas de Montoro (44,19 metros cúbicos al segundo) y Fresneda (12,76).

Menos mal. Si a todo lo que ocurre encima tuviéramos que sumar una sequía de caballo, estaríamos sacándonos los higadillos. Al menos, la Naturaleza está siendo generosa por su parte, mientras aquí nos enzarzamos en arruinarnos poco a poco.

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