El Campo de Calatrava sigue dando muestras que no es más que la bóveda de un inmenso y misterioso mar subterráneo. Un nuevo géiser que arroja agua a más de dos metros de altura ha hecho aparición en Bolaños de Calatrava como consecuencia del movimiento de tierras de un sondeo.
El nuevo ‘hervidero’, arroja, además, una importante cantidad de dióxido de carbono (CO2), y es un fenómeno que ya se ha visto con anterioridad en los años 2000 y 2011, con la aparición de hervideros en los términos municipales de Granátula de Calatrava y Bolaños de Calatrava, municipios ubicados dentro de la región volcánica del Campo de Calatrava.
El alcalde de Bolaños de Calatrava, Miguel Ángel Valverde, ha visitado esta mañana junto al concejal de medioambiente, Fernando López, las zonas anegadas de agua del término municipal de Bolaños de Calatrava ante la preocupación de los vecinos por las posibles consecuencias de que el arroyo pellejero llegase al casco urbano de la localidad. Durante el periplo, se han acercado a la finca en la que se encuentra el géiser o nuevo hervidero de agua aparecido en los últimos días en el conocido como “Paraje del Prado”.
En palabras del alcalde, Miguel Ángel Valverde, “la emanación, iniciada el pasado martes, ha alcanzado una altura de dos metros de altura y tiene un diámetro de 40 a 50 centímetros, por lo que la cantidad de agua que sale es muy importante».
El alcalde ha recordado que la comarca del Campo de Calatrava, donde se incluye Bolaños, es una zona de origen volcánico y ha explicado que este fenómeno, que no se había dado en el término municipal en cien años, responde a esta circunstancia.
En este sentido, ha indicado que el hecho va a ser estudiado por el Grupo de Investigación Geomorfológico, Territorio y Paisajes en Regiones Volcánicas de la Universidad de Castilla-La Mancha (GEOVOL).
Valverde ha señalado que los propietarios de la finca han realizado una zanja para reconducir el agua hasta el arroyo Pellejero, que discurre a muy pocos metros, y que acaba vertiendo sus aguas en el pantano del Vicario, cerca de la capital de la provincia, a unos 30 kilómetros.
Aunque el alcalde de Bolaños ha dicho que las fincas colindantes no se están viendo afectadas en demasía, sí ha manifestado que hay sembrados afectados e la zona, en su mayoría, cereal.
El agua del géiser está llegando al arroyo Pellejero puesto que el paraje del Prado, una zona con una alta absorción, está saturada debido a las intensas precipitaciones de las últimas semanas con unos niveles freáticos muy elevados.
Alerta el alcalde bolañego de que las constantes lluvias están haciendo aflorar corrientes desconocidas en la zona. La que más preocupa a la localidad es la del cauce del arroyo Pellejero procedente de Almagro. El agua ya ha sobrepasado la ciudad del teatro clásico y se aproxima al casco urbano Bolaños, una situación desconocida en los últimos 80 años.
Por esta razón, el Ayuntamiento de Bolaños de Calatrava y la Confederación Hidrográfica del Guadiana, están expectantes ante el avance del arroyo y estudiarán medidas si éste no cesa.
Una región volcánica
Según Rafael Gosálvez, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, en la región volcánica del Campo de Calatrava, a cierta profundidad del terreno, existen importantes concentraciones de dióxido de carbono (CO2) que pueden salir a la superficie acompañadas de agua, si las bolsas que lo contienen son perforadas al realizar pozos, o sufren alguna alteración como consecuencia de la recarga de los acuíferos.
Como miembro de GEOVOL, ha comentado que algunos de sus colegas, se van a desplazar en los próximos días al lugar donde ha aparecido el hervidero para tomar datos y estudiarlo, subrayando que el Campo de Calatrava es la zona de mayor gasificación difusa que existe en todo el vulcanismo europeo occidental. Según él, “la desgasificación difusa está ligada al vulcanismo del Campo de Calatrava, una manifestación que, en ocasiones, se canaliza a través de fracturas en el terreno y fuentes naturales, dando lugar a la emisión continuada de grandes cantidades del CO2 a través de hervideros y fuentes agrias”.
En el año 2000, la perforación de un pozo para riego en Granátula de Calatrava, originó la aparición de otro ‘gran chorro de agua’, que llegó a alcanzar cerca de 30 metros de altura. El chorro, que se conoció coloquialmente como el ‘géiser de La Mancha’, llegó a estar expulsando agua durante más de seis meses y, en ese momento, se verificó que pudo arrojar a la superficie un hectómetro cúbico de agua.
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