La primera aspirante a junior empresa de la UCLM, CireBits, cuenta su experiencia

CireBits es la primera aspirante a junior empresa de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Doce jóvenes con “ilusión y motivación” integran esta “empresa de estudiantes”, como así mismo se definen, que presta servicios de software a medida a empresas a un precio más económico que el de mercado. En la UCLM existen siete asociaciones sin ánimo de lucro gestionadas por alumnos que realizan trabajos para instituciones, particulares y empresarios en el ámbito de sus estudios.uclm_junior

En 1968 tenía lugar en Francia la mayor revuelta estudiantil de todos los tiempos, cuyo espíritu y filosofía tardó poco en extenderse a otras partes del mundo. Mucho más necesitó otro movimiento, nacido también en el país galo justo un año antes de mítico mayo francés, e impulsado igualmente por estudiantes: las junior empresas.

Hubo que esperar hasta finales de la década de los 80 del siglo pasado para que las primeras asociaciones de carácter no lucrativo, constituidas y gestionados por estudiantes universitarios que ofrecen servicios relacionados con la carrera que cursan a la pequeña y mediana empresa comenzaran a funcionar en España. Siete asociaciones aspiran en estos momentos a convertirse en junior empresa en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), institución que siempre ha defendido el fomento del espíritu emprendedor y la formación práctica para una mejor empleabilidad de los alumnos, aspectos que coinciden con los objetivos principales de estas organizaciones.

Precisamente porque tenían ideas, las querían poner en práctica y aprender incluso de sus propios errores es lo que llevó a un grupo de tres estudiantes de la Escuela Superior de Informática en el Campus de Ciudad Real a crear una junior empresa. Medio año después hoy son ya 12 los miembros que integran CireBits, una “empresa de estudiantes” en la que si algo sobra es “ilusión y motivación” por aprender y ayudar con su trabajo a instituciones, empresas y particulares interesados en sus servicios, cuenta su presidenta, Ana Isabel Gómez Carretero.

CireBits es la asociación que lideró este movimiento de junior empresas en la UCLM, ya que fue la primera en fundarse. Está centrada en el desarrollo de software a medida, como el diseño de portales web o de programas informáticos adaptados a las necesidades del cliente, y en la consultoría y asesoría en tecnologías de la información. Como todo comienzo los suyos también fueron difíciles y sus socios tuvieron que llamar puerta a puerta para darse a conocer. La publicidad y el boca a boca hicieron el resto. Entre los clientes que tienen en cartera se encuentran, según explica su secretaria, Elena Rivero Alberca, empresas de ingeniería, proveedores mecánicos y hasta una fundación.

Las bazas con las que juegan las junior empresas de cara a atraer posibles clientes no son sólo “la aportación de ideas frescas y las ganas de aprender trabajando”, dos cuestiones en las que vuelve a insistir Gómez, sino también el precio “muy asequible” de sus servicios. “Al ser una asociación de estudiantes sin ánimo de lucro nosotros no buscamos tanto ganar dinero como formarnos y adquirir experiencia en aspectos que no se dan en clase, como la innovación, la creatividad, el trabajo en equipo o el desarrollo de las capacidades personales”, apunta Rivero, quien insiste en que no por ser estudiantes “trabajamos peor, todo lo contrario, porque si algo nos mueve es el compromiso y las ganas de hacerlo bien”.

Además, detrás de cada trabajo CireBits cuenta con el apoyo, la tutela y el asesoramiento del profesorado de la ESI, en especial de Ismael Caballero, quien les dio a conocer este movimiento, y de la propia dirección del centro que, además, les ha brindado un espacio en el mismo desde el que poder trabajar. El respaldo docente garantiza la calidad del desarrollo de los servicios que realizan los junior empresarios.

De ahí, puede ser, que CireBits no haya topado con “ningún empresario escéptico” con su idea, pese a considerar su presidenta que “no hay cultura de junior empresas en Castilla-La Mancha, no sólo entre el sector empresarial, sino también entre los propios estudiantes”. No obstante, indica que entre los primeros está teniendo muy buena acogida este nuevo modo de trabajo, al igual que entre los alumnos gracias al esfuerzo que está realizando la Universidad de Castilla-La Mancha por acercarlos al mundo laboral y “porque nosotros mismos nos hemos convencido de que es una forma de llevar a la práctica lo aprendido durante la carrera. Ya no hablamos de un trabajo de clase. Es algo real, del que nos beneficiaremos nosotros porque adquiriremos experiencia y capacidades personales, y las empresas, que verán cómo mejora la gestión de su negocio”.

Una de las peculiaridades de las junior empresas es que los ingresos que perciben por sus servicios son reinvertidos en los gastos que genera la misma y en la formación de sus socios. CireBits ya ha conseguido participar en cursos prácticos y asistir a charlas que, junto al trabajo desempeñado, ha permitido a sus socios “ganar en madurez y aportar eficiencia y eficacia a su trabajo”.

CireBits, que en breve conseguirá facturar 1.000 euros, uno de los requisitos imprescindibles para constituirse en junior empresa como tal, realiza sus actividades en el edificio Fermín Caballero del Campus de Ciudad Real. Los interesados pueden obtener más información a través de su web www.cirebits.es y contactar con ella a través de los correos presidencia@cirebits.es e info@cirebits.es y el teléfono 902 2014 100, extensión 96680.

Junto a CireBits, en el Campus de Albacete hay dos asociaciones que aspiran a convertirse en junior empresas, Uname y ASEFE; dos más en Cuenca, EPC Link y Comunidad University; y otras tantas en Toledo, AFA y Junys Gestión Deportiva.

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