Ciudad Real: La Asociación de Estaciones de Servicio homenajea a Valeriano Villajos Palomares

La Asociación Provincial de Empresarios de Estaciones de Servicio, presidida por Isabel Rodríguez Teruel, ha celebrado la tradicional cena de hermandad del sector, en la que se ha premiado y rendido reconocimiento a un empresario del sector. En esta ocasión, el homenajeado ha sido Valeriano Villajos Palomares, del que la presidenta destacó su dilatada trayectoria y su apoyo siempre a este sector, desde El Robledo (Ciudad Real), donde está su estación de servicio.
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La empresa de Valeriano Villajos comienza en 1961, cuando CAMPSA le nombra agente detallista para la venta al detalle de aceites, grasas y productos mixtos, domiciliado en El Robledo. En este establecimiento, que ha contado con numerosas anécdotas, se vendían además repuestos, maquinaria, bicicletas y muchos ciclomotores. La fábrica Derbi (eran los años de gloria de la marca con Angel Nieto) invitó a Valeriano a visitar sus instalaciones en Barcelona, por el gran número de ciclomotores vendidos, y el jefe de ventas le comentó, sorprendido, “que al ser un pueblo tan pequeño, debió haber vendido uno en cada casa”.

1967 es el año de inicio de la Estación de Servicio, construida en la carretera, que era de piedra, a las afueras de El Robledo. Como estaba situada prácticamente en el campo, tenía huerto en la parte posterior. Un verano paró a repostar el cantante Antonio Molina en un espectacular Mercedes que había conocido mejores tiempos, y al ver sandías y melones, quiso comprar algunas. Se le regalaron y él correspondió con una generosa propina al empleado. Ahora la gasolinera ya ha quedado en el medio del pueblo.

En una ampliación posterior se hicieron obras de excavación para poner nuevos tanques subterráneos, pero aquello sí que era un surtidor, pero de agua y hubo que instalar bombas de extracción durante varios días para sacarla.
Valeriano Villajos comenta que los boquereles automáticos de los aparatos surtidores fueron una innovación bastante práctica. Hasta entonces, había que llenar los depósitos “de oído” y no fueron escasos los baños de gasoil.

Hoy, en la era de Internet, “podemos tramitar los pedidos, consultar los precios, en fin, gestionar la empresa de una manera que sería impensable hace no tantos años, cuando sólo había un teléfono en todo el pueblo. Pero se vendía combustible y no era necesario vender otras cosas para mantener el negocio”, finaliza.

Por su parte, la presidenta de la Asociación también, en sus palabras, manifestó la difícil situación del sector y agradeció a patrocinadores por su apoyo en esta celebración y, a los asociados, destacó su profesionalidad y esfuerzo, además de la importancia de la unidad empresarial.

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