Los otros cinco sentidos

Fermín Gassol Peco.- Siempre que hablamos de los sentidos, lo hacemos normalmente para referirnos a los cinco sentidos corporales. Y cuando una persona goza además de una habilidad especial para intuir, captar o realizar alguna cosa de forma admirable, solemos decir de manera simbólica que posee un sexto sentido; “fulano de tal” tiene un sexto sentido para los negocios, por ejemplo.
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Los sentidos corporales son aquellos que posibilitan la percepción de todo tipo de estímulos que vienen del exterior. La percepción es en los seres vivos algo fundamental de cara a la subsistencia. Si careciéramos de sentidos no podríamos vivir o en todo caso lo haríamos sin saber lo que somos ni cómo es el mundo. Seríamos como islas en las que no podríamos desembarcar, ni de las que tampoco zarpar; un cuerpo aislado de sensaciones físicas, una realidad viva pero sin constancia de lo que esa realidad contiene.

Sin embargo existen en el hombre o así debería ser, otros cinco sentidos que no se corresponden con las percepciones físicas sino que más bien hablan de la capacidad para hacer frente a las realidades cotidianas y sobre todo a las adversidades. Estos cinco sentidos, auténticos indicadores de nuestra madurez personal y nivel vital son, el sentido del humor, de la medida, el sentido de la oportunidad, de la orientación y de la sensibilidad. Con estos cinco sentidos suficientemente desarrollados, el hombre puede hacer frente de una manera más inteligente y atinada a todo aquello que piensa o posee, sobrellevando más levemente sus carencias y defectos; saber sobreponerse a lo negativo, administrar mejor los momentos positivos y felices de su vida y captar con más acierto el lugar en dónde se encuentra su futuro apropiado.

Estos cinco sentidos nos sirven también para huir de esa estupidez que supone forzar a la naturaleza y al tiempo nos permiten ensamblar nuestra existencia de manera idónea en el difícil hueco de la azacanada vida, para lograr, en suma, aproximarse a ser más uno mismo. Que hoy los vientos soplan fuertes, enrarecidos y equívocos. Parar, templar, mandar y cargar la suerte, solamente lo saben y pueden hacer aquellos que con los “pies enterrados en el albero de las circunstancias”, lidian a la vida, seguros de lo que quieren, “apretándose los machos” ante las adversidades.

Sin embargo lo ideal sería, que además de todos estos sentidos, tuviéramos en dosis suficientes ese otro sexto sentido al que en principio hacía referencia y que se antoja fundamental, no ya para los pequeños negocios materiales, sino para afrontar el gran negocio…de entender la vida. Ustedes como seres inteligentes ya lo habrán averiguado….“Efectiviwonder”…el sentido común.

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2 COMENTARIOS

    • …plain common sense,Luis Mario. Un saludo…y cuidado con los árboles…de los adoquines no te digo ná…menudos bloques…me han dejado «helao»…

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