Noche blanca, realidad en negro

Juan F. Ruiz, concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Ciudad Real.- Que la situación económica actual es complicada y que la crisis pasa factura a todos los sectores de nuestra población sin excepción, es una evidencia.

Que Ciudad Real está sufriendo con rigor las consecuencias, puestas de manifiesto en el continuado cierre y traspaso de los pequeños comercios y en el aumento imparable de los parados capitalinos, que suman ya más de 9.000, es una realidad.

Que las medidas adoptadas por nuestra alcaldesa, Rosa Romero, y su equipo de Gobierno para contener y mejorar esta situación son, hasta la fecha, insuficientes e inútiles, es una certeza.

Y que nuestros vecinos y vecinas agradecen y apoyan en masa cualquier iniciativa que pretenda mejorar la situación del comercio local, queda demostrado empíricamente cada vez que una de estas se produce.

Mercadillos medievales, mercadillos de los años cincuenta, (¿o fue el mismo?), ferias del stock, y ahora la Noche Blanca, han contado con el respaldo masivo de nuestros conciudadanos y ciudadanas, que, en un intento de demostrar que no se resignan a morir en el fango del tedio y la desesperación, se han lanzado a la calle para llenar con su presencia todos estos eventos.

¿Significa esto que Rosa Romero tenga motivos justificados para sacar pecho con la pancarta del “qué bien lo estamos haciendo”? Sin lugar a dudas, NO. Muy al contrario, esto solo refleja que en una ciudad importante como la nuestra, con un numero de población considerable, en la que nunca pasa nada extraordinario, ávida de programación cultural y festiva de calidad, sin soporte patrimonial que vender, cualquier propuesta de ocio que rompa la tediosa rutina cuenta con el respaldo unánime de la ciudadanía.

La tristeza es que esto solo sea la máscara que oculta el desesperado rostro de una ciudad que se muere, que pasa por momentos de absoluta falta de gestión por parte de sus actuales gobernantes, incapaces de encontrar la solución para dinamizar el pequeño comercio local y plantear alternativas reales a los problemas laborales.

Nuestro respaldo a las ideas novedosas y a la programación de actos que apuesten por la mejora de la economía local; pero nuestra censura a quienes no entienden que es el ciudadano y solo el ciudadano quien impregna de contenido con su incondicional presencia, los acontecimientos que se le ofertan, tristemente, sin que se le consulten previamente, evitando así cometer errores en el tiempo y en la forma de actuar (quiero referirme con ello a la queja de algunos comerciantes locales sobre la falta de acierto al programar esta actividad en periodo de rebajas, o la de aquellos grupos locales que esperan una llamada distinta a la que solo les anima a colaborar “de gratis” para la Administración)

Nuestra critica a quienes confunden el buen gobierno con el efímero éxito que permite colgarse una medalla sujeta al cuello únicamente con cifras de participación, siempre manipulables.

Nuestro rechazo a quienes niegan la participación y la transparencia a los vecinos y vecinas de la capital, declarando con arrogancia, incluso en Pleno municipal, que las ideas y las propuestas que Rosa Romero dictamina no han de contar con el consenso de los Consejos de Participación locales como órganos máximos de representación vecinal.

El Grupo Municipal Socialista tiene meridianamente claro que gobernar es invitar a la participación entendida esta como concepto global, no supeditada a la presencia masiva de los vecinos y vecinas en los eventos sino considerándola  como una acción real en la gestión municipal, que  permita que sea el ciudadano el que proponga, el que decida y el que apruebe las iniciativas que luego afectarán a su bolsillo y a su quehacer diario.