Cuestas y costes

SJosé Riveroabíamos y conocíamos de las llamadas ‘Cuestas mensuales’, que explicitaban el repecho que acontece a mitad de etapa o jornada,  y el consecuente esfuerzo que se precisa para no perder comba y pedal. Todo ello realizado a la manera y modo de los ciclistas, que en etapas escarpadas, se esfuerzan por los remontes finales que conducen a la meta añorada aún a riesgo de padecer las llamadas ‘pájaras’.

De todas esas cuestas y remontes mensuales, la fama por antonomasia correspondía a la llamada ‘Cuesta de enero’. Designación que daba a entender las enormes dificultades para transitar por dicho mes, una vez que, vaciados los bolsillos y carteras, se hubieron realizado los dispendios  extraordinarios de Navidad y Reyes. Y ese tránsito de la cuesta, suponían estrecheces varias y moderaciones del gasto, para compensar los efectos precedentes. Pero el consuelo, era que llegado febrero, la vía se normalizaba en sus subidas y pendientes.

00tourAhora he podido escuchar que acontece otra nueva cuesta, tal como la denominada por similitud, como ‘Cuesta de septiembre’. Que quiere expresar las dificultades que se experimentan en la ‘rentrée’ por parte de las familias medias, con los gastos escolares de los hijos, disparados por las nubes. Por mucha oportunidad que se celebre en Grandes Establecimientos Comerciales, y por muchas Promociones Escolares que quieran hacernos creer y sentir en el cuerpo y en las cuentas bancarias. Lo que parece cierto, es que ha aparecido una nueva cuesta.

Por lo que hay  quien adivina que ya vivimos o nos aproximamos a un estado permanente de ‘Cuesta’. Frente a otros gestos precedentes del llamado ‘Estado de Fiesta’ hemos pasado a este nuevo y comprometido ‘Estado de Cuesta’. No hay mes sin su ‘Cuesta a cuestas’, por lo deprimido de la situación económica y por lo reiterado de gastos que van apareciendo con puntualidad y carácter extraordinario. Hemos pasado de ser cigarras cantarinas a ser hormigas muy cabreadas y endeudadas.

Así tendremos la ‘Cuesta de junio’ con las declaraciones de Hacienda; la ‘Cuesta de julio’ con los gastos extraordinarios estivales; la de Agosto con el presupuesto de ferias y fiestas y los cursos de verano de los chicos; la ‘Cuesta de septiembre’ con la mencionada ‘rentrée’ maléfica; los gastos de octubre con la reposición del armario de otoño y la revisión del dentista; la ‘Cuesta de noviembre’ con el pago del IBI y las matrículas de los gimnasios ; la ‘Cuesta de diciembre’ anticipada por la expansión de los gastos insostenibles del mes de enero; la prototípica y seminal ‘Cuesta de enero’; la ‘Cuesta de febrero’ con los gastos extraordinarios de Carnaval y las facturas del masajista; los problemas de marzo y sus gastos, con la túnica de Semana Santa o con la escapada de unos días; la ‘Cuesta de abril’ con la comunión del niño; y ya para acabar, el dispendio floral del  mes de mayo y las sesiones extras de rayos UVA.

Vamos, que a la vista del viaje habría que dejar de citar  las cuestas mennuales y quedarnos con una gran cuesta anual, a lo ‘Alpes d´Huez’ o a lo Gallibert. Que no hay quien las remonte, sin ser un profesional de las remontadas.

Periferia sentimental
José Rivero

Relacionados

5 COMENTARIOS

  1. Lo que siempre me pregunto ante las rebajas y las rebajas de las rebajas y «rebajones»…hasta del 70%…es el margen que han tenido cuando no había tantas cuestas y no rebajaban nada.
    Lo malo es que las cuestas y las rebajas siempre son relativas. Depende de la cota económica de salida y la de llegada.La última que acabo de subir y bajar ha sido la de la Serrezuela hace un momento, pero ha sido en coche, osea que ná. Saludos José.

  2. Iba a comentar algo sobre lo que cuestan las cuestas y el costo de la vida pero, joder, acabo de ver a Ana Botella con su discurso en El Intermedio y eso me acaba de hundir….

    Güi jav bin guorkin meni years for dís: for a relaxin cupofti….

  3. Olvidaste las encuestas: síntomas percibidos/sufridos,sobre cuestas (costes/cuentas) reales (también de S.M.) que algunos (como el mismo) se han encargado de engordar (la desvergüenza es también un malestar, y tiene costes); y sigo, la de los políticos, y estado mastodóntico, incansables en incrementar exponencialmente la carga (cuesta) fiscal, debido a los gastos otrora desaforados (y de aforados y presuntos, hoy) y que no hay más remedio que pagar: esa deuda pública (20.000 por cada españolito o casi 100.000 por hogar medio), o el déficit, que no aumenta (o sí), pero por disminuir servicios públicos adquiridos, y que, recortados, recaen, como no, sobre los bolsillos particulares,.. y así todo. Parece, nos dicen, que todo ese desplome retrocede, aunque es como aquél gran paso, al abismo, que el chiste ponía en boca de Franco. De modo que los globos de ese estado (actitud) de fiesta se han pinchado y ahora solo falta soplar, o resoplar ante nuestro particular Tourmalet (en-cadena-dos en meses) o el Angliru (puntual, día a día) que se nos viene(n)encima…

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img