Villa Real: Del Topos al Logos (XI)

José RiveroAños atrás de las disensiones formales y estilísticas,  de su proyecto consistorial y el cierre de la ‘cuadrilonga’ secular,  Vara y Soria, había informado al Ayuntamiento sobre el estado de las murallas o sobre lo que permanecía en pie de ellas. Piensése que el mismo año de formularse el proyecto de la Casa Consistorial, José de Hosta había publicado su ‘Crónica de la provincia de Ciudad Real’, donde daba cuenta del estado real de conservación de los sueltos tramos de muralla. Vista desde lejos presenta un aspecto agradable, ya por el conjunto de las casas, murallas y avenidas, ya por su arboledas, viñedo y olivares; pero al acercarse a sus puertas causa pena el contemplar que a pesar de haber sido sus muros reparados en la guerra de la Independencia y en la última civil, lejos de hallarse en el estado que debieran, hay largos trechos en que están casi enteramente derruidos”[1]. La transcripción de diversas actas municipales que hace Sánchez Lillo[2], vienen a coincidir con lo señalado por Hosta, sobre el estado de deterioro de la empobrecida cerca.

toposlogos32 Así en la sesión del 2 de julio de 1864 se fijaba que: “Se dio cuenta de una comunicación del Arquitecto de esta Provincia, su fecha 27 de Junio último, manifestando: Primero, que al formular la denuncia del estado ruinoso en que se encontraban varios trozos de Muralla, se había concretado a hacerlo solamente de los trozos más ruinosos, pasando por alto otros que aunque bastante deteriorados, no los calificaba tan urgente, por manera que podía decirse que lo expresado en la nota de denuncia merecía en su concep­to igual preferencia y, sobre todo, para su pronta demoli­ción. Segundo: Que enterado como quedaba tan deteriorada la muralla en los sitios que expresaba otra nota, y consis­tiendo su principal daño en el quebramiento y desplome que en ella se notaba, era a su juicio imposible toda reparación que no fuera radical, y en que no hubiera que principiar demolien­do, cuya operación era de mucha necesidad el verificarla, fuera o no para reconstruirla de nuevo, si se había de evitar las desgracias que en algunos puntos pudiera ocurrir. En su consecuencia, creía de su deber hacerlo así presente a este Municipio, antes de proceder a la formación del Presu­puesto de reparación parcial que se le tiene encargado y que abrigaba la convicción de que, después que el Ayuntamiento invirtiera las cuantiosas sumas que para dicha reparación serían necesarias, tendría el sentimiento de ver que sus esfuerzos ningún resultado había producido; por cuya razón y el mucho tiempo que para hacer otras reparaciones, sería necesario, se haría precisar antes de nada proceder a su demolición, a no ser que sin embargo de todo lo expuesto, tuviera a bien el Señor Gobernador otra cosa más conveniente”.toposlogos31

Días más tarde, concretamente el 23 del mismo mes, y formado el presupuesto por Vara y Soria, referido al importe de las demoliciones necesarias, podíamos leer que en  el punto correspondiente: “Se dio cuenta de una comunicación del Arquitecto de esta Provincia, su fecha catorce del actual, acompañando el presupuesto y pliego de condiciones facultativas para verificar las demoliciones de los puntos de muralla que tenía denunciados como ruinosos y las pocas obras que han de construirse. Enterado el Ayuntamiento, acordó se proceda inmediatamente al derribo de la parte ruinosa del segundo cuerpo de la Puerta del Carmen que se. hallaba en la muralla y Calle de este nombre y de la rampa y estribo interior de la derecha del arco de entrada; así como también el arco de la-Puerta de entrada a la misma de la de Santa María; y no ajustándose con el dictamen Facultativo sobre la inminencia y gravedad de la ruina de los demás puntos que expresa el presupuesto remitido por el Arquitecto Provincial: Considerando que si desde luego se procediera al derribo de los demás puntos y que en caso puedan los terrenos por algún tiempo, la empre­sa de Consumo reclamaría inmediatamente, o la nueva constru­cción de un cerramiento o la rebaja del precio del arriendo por indemnización de perjuicios, cosas ambas de mucho coste, que el Ayuntamiento no puede soportar: Acordó igualmente que se oiga el dictamen Facultativo del Ingeniero de Provin­cia, acerca de si el estado en que dichas partes de muralla se encuentran en estado hoy tan ruinoso y de tan inminente derribo que lo exija o si podrían sostenerse por el tiempo en que termina el arriendo de los Señores de Consumo, la empresa que hoy los representa. Y por último, que ésta acorda­da se ponga en el superior conocimiento del Señor Gobernador Civil de esta Provincia”.

En octubre de 1864, se conoce además el informe elaborado por el Ingeniero-Jefe de Obras Públicas, que esgrime el Gobernador Civil, como  medio para acuciar al pronto derribo de los faldones y lienzos deteriorados de la cerca. En julio de 1868, la nueva comunicación del Gobierno Civil reconoce y solicita “la demolición del polvorín, arco de la Puerta de Calatrava y cuarto que sirve de Fielato que se inserta en el mismo, toda vez que el primero se hallaba al servicio de la Hacienda Civil, sin que nada tuviera que ver en el asunto el ramo de guerra”. Reflejando ya en parte, las disensiones habidas en la disputa de la titularidad del cuerpo de muralla y de sus consecuencias, no sólo defensivas sin fiscales; al haberse producido el arriendo de los Fielatos de Consumo a terceros, que pugnaban por la continuidad física de los tramos de cerca para mejorar su capacidad recaudatoria. toposlogos33

Al año siguiente nuevamente, se repite la comunicación de la propuesta del Jefe-Encargado de Obras Civiles, consistente en “la demolición de la Puerta de Santa María y a la derecha según se va desde la ciudad, el bastión o cubo, y la muralla en una longitud de ocho metros”. Junto a todo ello, cabe señalar las actuaciones de los años 1860 y 1861, referentes a varias adjudicaciones y acarreos de piedra, procedente de los derribos practicados en distintos puntos y enclaves. Llegando a totalizar la enajenación de dichas operaciones,  474 carros de piedra en septiembre de 1860; y 564 carros más, procedentes del tramo comprendido entre las Puertas de Alarcos y de Granada. Piedra obtenida de las demoliciones citadas, y aplicadas luego en el predraplenado y relleno consiguiente de hondones; en el aterramiento de humedales y charcones, como en los Terreros; y hasta en construcción de cimientos y de  otras obras de particulares que adquirirán piedra a bajo coste.

Quiere ello decir, que en el horizonte de esos ocho años, se había sustanciado la desaparición de buena parte del recinto defensivo; sumando las mutaciones defensivas a las fiscales, y unido todo ello a problemas diversos de titularidad y de falta de conservación material; problemas todos ellos, que darían lugar a cierta inversión conceptual del ‘gesto fundacional’ del Rey Fundador. Y es que casi coincidentes en el tiempo ambos gestos motrices, se iba a producir tanto la alteración de la secular almendra central de la Plaza principal de la ‘Grande e bona villa’, como la pérdida física del cinturón terrero que  anclaba la villa y ciudad  al territorio, al tiempo que la protegía.

Periferia sentimental
José Rivero

 


[i] DE HOSTA J. ‘Crónica de la provincia de Ciudad Real’, 1865. Página 68.

[ii] SÁNCHEZ LILLO J. ‘El recinto amurallado de Ciudad Real y puertas de acceso’. Fondo Editorial Ayuntamiento de Ciudad Real. Ciudad Real, 1982. Páginas 77.79.

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3 COMENTARIOS

  1. «….que darían lugar a cierta inversión conceptual del ‘gesto fundacional’ del Rey Fundador….».

    Cuántas barbaridades se han hecho y se hacen dando «cierta inversión» al gesto fundacional. Si el Rey Fundador levantara la cabeza…

    Gracias por la entrega.

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