Nuestra salud siempre necesitó atención

Recuperando lo pasadoEstanislao Z. Navas.- El desequilibrio social y económico que mostraba la sociedad más allá del medievo se veía claramente reflejado con mayor distancia a la hora de encarar las hambrunas y epidemias de épocas pasadas en sus diferentes estamentos. Así, estos desequilibrios requerían de algún elemento corrector que realizase funciones asistenciales y de sociabilidad, esto es, lo que hoy en día constituiría el ámbito de los servicios sanitarios y asistenciales. Este elemento lo constituyeron las cofradías y los hospitales.

De este modo, aunque las cofradías ya en el medievo tenían un origen religioso, su papel sociológico venía a existir ya en el otrora enclave de Alarcos, siendo posteriormente trasladadas a la nueva Villa Real. Ejemplos de ello serían aquellas enclavadas en el distrito de San Pedro y conocidas como la de San Bartolomé y de la Caridad, asociadas a labores asistenciales de penados y ajusticiados por la Hermandad Vieja de la ciudad, aunque la misma surgiese a posteriori.

HGUCR
HGUCR

Es, por ello, que en la villa medieval existían varias cofradías enclavadas en cada una de las parroquias existentes: San Pedro, Santa María y Santiago.

De la primera de ellas mencionar la cofradía de San Juan – denominada en otras ocasiones como de San Juan de los Viejos, en 1413 ya estaba creada y gestionada por García Pérez del Peral -, la de San Miguel – o también llamada de San Miguel de Septiembre, que, junto con otras, compraría el fonsario de los judíos, asociada a la anterior, y gestionada por Juan López-, la de Todos los Santos – que junto a las anteriores llevaría a cabo la compra del fonsario judío, y a su cabeza se encontraba Lorenzo García Sevillano, y en 1444 Fernando García -, la de San Francisco – fundóse en 1392 en el convento homónimo, compuesta de hidalgos, aunque a buen seguro no en exclusiva -, y la de Nuestra Señora Santa María de Valvanera – creada sobre el año 1441, cuando fueron confirmadas sus ordenanzas, lo que supone una creación un poco anterior -.

En la parroquia de Santa María, se cita la cofradía del Santísimo o del Corpus Christi – siendo fecha de fundación es desconocida -, la de las Ánimas – igualmente de fundación desconocida, aunque aparece citada en los procesos inquisitoriales -, la de Nuestra Señora de la Asunción – que también recibía el nombre de los tejedores y posteriormente de la de la cera, siendo constatado su componente gremial. Ello remite a una antigüedad en la que su lugar era preeminente en la ciudad aunque su fecha de fundación sea desconocida -, y la de Santa María de la Pedrera – organizada y operativa a principios del siglo XV, pues uno de sus donantes, fray Sancho Sánchez de Ávila, comendador de Benavente y Almadén, en 1438 ponía algunas condiciones para donar algunas casas suyas y otros enseres al convento de Calatrava, y de incumplirse pasarían dichos bienes <al cabildo de los omes buenos de la cofradía de Santa María de la Pedrera>, de la que era cofrade. Existe una probable vinculación con el hospital homónimo que funcionaba en la ciudad y que según constata Díaz Jurado y transcribe el Sr. Almenara, había sido trasladado a dicha calle procedente del distrito de San Pedro, zona de origen de su fundación -.

Y en el barrio de Santiago, la homónina del titular de la iglesia, la de Santiago – fundada por Velasco Pérez de Chinchilla y su mujer Ana de Torres en 1339 y compuesta exclusivamente por caballeros hidalgos -, la de San Antonio Abad – ligada a la Orden de San Antón y al hospital que tenía dicha orden en la villa, y que fuese fundada supuestamente hacia 1262, fecha considerada algo temprana – y la de San Lorenzo – o de San Llorente según los procesos inquisitoriales, que parece fue creada al menos en el siglo XV, aunque no se pueda concretar ni fecha exacta ni a qué parroquia pareció estar vinculada -.

Cada una de las mismas hallábase integradas sobretodo por caballeros e hidalgos, teniendo su sede en la iglesia o ermita parroquial correspondiente, ya que sería el lugar donde se organizaban actividades periódicas tanto de culto como asistenciales y de sociabilidad.

En el caso de aquellas cofradías que desarrollaban tareas asistenciales a través de hospitales, cabe indicar que su número iría en aumento a lo largo del último siglo del medievo. Ejemplos de esta actividad asistencial, diferenciándose por sus collaciones, tenemos los siguientes:

a)    En la collación de Santa María, los de la Pedrera, San Andrés, de Alarcos, de San Sebastián y de San Miguel.

b)    En la de San Pedro, el conocido más como de San Blas, y el perteneciente a la Hermandad. De este último, por su singularidad cabría decir que esta institución pareció que comenzase a pensar en crear dicho hospital aunque la constancia acreditada obedece a las gestiones y puesta en marcha del proyecto allá por 1485. Sería en 1489, no exento de dificultades, cuando con la adquisición de unas casas se estableciese dicho hospital y comenzasen las obras de reparación y acondicionamiento del inmueble, situación que aún duraba en 1492 y que posteriormente se tendría que intervenir nuevamente por las inundaciones de principios del siglo XVI. Paralelamente a su construcción, y de forma igualmente lenta, se dotarían de los enseres necesarios(camas, sábanas, mantas, jergones, etc.). También se gestionaba el enterramiento de los que fallecían. Y, en suma, se trataba de un refugio de pobres y transeúntes, para los que se acondicionaría igualmente. Otros aspectos sanitarios eran cubiertos pues al menos desde comienzos del siglo XV se contaba en la villa con algunos físicos y cirujanos, además de boticarios y otro personal. Profesionales todos ellos encargados de la sanidad pública, que eran pagados por el Concejo municipal.

Casa de la Caridad
Casa de la Caridad

Del de San Blas cabe señalar que se había fundado en 1473, y según señala don Inocente Hervás y Buendía “estuvo donde hoy los números tres y cinco de la calle de Ballesteros (actual de General Rey). Había en él establecidas dos camas para acoger a los pobres viandantes, teniéndose por su fundador a Juan Flores, por llevar también su nombre. En el año 1573 se instituyó en el mismo una Cofradía en honra del Santo Patrono, a la cual, se entregó la administración de esta casa. En el último tercio del siglo XVIII se hallaba completamente arruinado y convertido en solar, sin otra edificación sino un cobertizo, que habitaba una pobre que cuidaba de la lamparilla del Santo, que tuvo siempre sobre la puerta”.

c)    Y, en el de Santiago, mencionar el conocido como Cristo del Refugio, regentado por la orden de San Antón. Tal y como señala el citado autor, de este hospital se señala lo siguiente:

“Santo Cristo del Refugio. Fundado por una congregación de eclesiásticos establecida para este piadoso objeto, la que pedía limosna por la ciudade con el fin de allegar fondos para su sostenimiento; pero D. Francisco Treviño dejó a esta obra una renta anual de 4.000 reales, dejando entonces de pedir.

Al terminarse la Guerra de la Independencia Ciudad-Real contaba con solo dos hospitales, la Casa de Misericordia y el Refugio, administrados por la Junta de Caridad. En Enero de 1837 sustituyó a ésta la Junta Municipal de Beneficencia.”

El aumento de estas instituciones vendría propiciado no ya sólo por las epidemias de peste y otras calamidades que asolaban a la población sino por la carestía económica que dióse a finales del medievo. Esto traería como consecuencia un mayor número de pobres y generaría una mayor polivalencia en cuanto a las funciones acometidas por los hospitales, no ya sólo las sanitarias sino también de índole asistencial como el ser lugar de refugio de transeúntes necesitados y de pobres y menesterosos de la ciudad, estando o no enfermos.

El número también aumentaría debido a la dispersión de estos centros que tenían un tamaño reducido por la escasez de fondos de que disponían. Inversiones todas ellas que resultaban demasiado onerosas y que a buen seguro no abastecerían la demandad de la población, más concretamente en el tránsito hacia la modernidad, momento en el cual las calamidades se incrementarían y se inició un proceso de ruralización de la ciudad.

Este proceso de ruralización, tal como nos señala don Félix Pillet, cabe enmarcarlo en el siguiente cuadro cronológico:

“Con la llegada de los Reyes Católicos y su política de unidad de reinos, orden y sumisión de la nobleza, entre ellas la Calatrava, la ciudad perdería ya ese sentido de isla de control de la Orden; los judíos podrían continuar con sus negocios, con tal de que fueran convertidos; pero “indicativo de la afluencia a dicho núcleo de una minoría económicamente muy activa en la época medieval”, fue el hecho de que se estableciera en 1483 un Tribunal de la Inquisición, segundo detrás del establecido dos años antes en Sevilla, aunque sólo permaneció dos años, para luego ser trasladado a la metrópoli de Toledo; se sabe que durante esos años fueron procesados treinta y siete judíos vecinos de la ciudad. Esta situación de persecución de falsos conversos, finalizaría con su expulsión definitiva del país en 1492. Dos años después, los Reyes Católicos establecen una Chancillería, segunda detrás de la de Valladolid; pero once años más tarde, este Tribunal Superior de Justicia marcharía a Granada. Este hecho lo entiende Villegas como un último esfuerzo por salvar la ciudad, cuando su “actividad industrial y comercial se va deteriorando a medida que distintos acontecimientos provocan el abandono de la población… La presión fiscal ejercida en el último cuarto de siglo XV…, así como la persecución de ciertas minorías religiosas, provocan dicho abandono y la consiguiente paralización de la actividad comercial. La ciudad comenzará a caminar lentamente hacia la ruralización, perdiendo prácticamente su carácter urbano en este sector.”

Antigua Casa Cuna
Antigua Casa Cuna

A lo largo de la Edad Moderna existen varios ejemplos de esta actividad hospitalaria, tales como el Hospital de la Concepción –también relacionado con el “Colegio de Ancianos Nobles de la Purísima Concepción”-, el citado Hospital de la Pedrera, el mencionado de Santo Cristo del Refugio, el de San Juan de Dios, entre otros. De ellos cabe señalar algunos datos.

Así, del Colegio de Ancianos Nobles, el Sr. Hervás nos señala que “entre los bienhechores de Ciudad Real merece un lugar preferente el opulento cuanto noble matrimonio, el Capitán Cristóbal de Mena y Ana Mexía, feligreses de San Pedro”, que tuvieron por pérdida la de su única descendencia, lo que “les impulsó a consagrar su fortuna a obras de piedad y beneficencia”, fundándose un Colegio o Asilo allá por 1548 cuyos Patronos de dicha fundación serían “el Párroco de San Pedro, Prior de Sto. Domingo y P. Guardián de S. Francisco, a los que correspondía el cumplimiento de sus cargas, su administración y todo lo que a la misma correspondía.”

De la calle Real ya en el siglo XVIII se modificaría su ubicación, pues “en 1773 los Patronos adquirieron la casa número 2 de la calle de La Palma, adonde trasladaron el Colegio, motivando esta resolución la falta de recursos”, y “negáronse los Ancianos … a habitar la nueva residencia, siendo reemplazados con sobrada imprudencia por matrimonios pobres y jente joven de uno y otro sexo; diciéndonos a este fin Benedicto XIV: <Mejor que Hospital de Ancianos pobres y honrados le conviene el nombre de sentina o reunión de la hez del pueblo ocupado únicamente en profanar aquel lugar con bailes y costumbres impúdicas>; y ordena a sus Patronos le reconstituyan con sujeción a la mente del fundador”.

Del Hospital de la Concepción, el citado autor señala que “reina no poca confusión en las noticias que tenemos de esta institución benéfica, convertida hoy en solar. El cronista de la O. de S. Juan de Dios nos dice ser en el siglo XVII Beaterio de la O. de S. Francisco. La visita de 1775 le llama Asilo, donde tenían habitación mujeres solteras y pobres, las que recibían limosna, para atender a su subsistencia y fundación de los bienhechores de esta ciudad D. Cristóbal de Mena y doña Ana Mexía, a los que, se agregaron las memorias de D. Fernando Poblete y la de D. Alvaro Vergara. En su capilla se hallaba establecida una cofradía de la Inmaculada Concepción, cuyo piostre era el administrador del Hospital, se celebraban las festividades de la Virgen y había misa todos los días festivos”. De su ubicación casi todo son suposiciones al no existir pruebas confirmatorias, aunque parece ser que por documentación antigua “su lugar de enclavamiento era en las proximidades del Convento de San Juan de Dios, en la Calle Dorada”.

Del ya citado Hospital de la Pedrera sólo señalar que hacia 1633 parecía ocupar un antiguo caserón de la calle de Pedrera Baja, conociéndose por Díaz Jurado y Almenara que su fundación se remontaba “al principio de nuestra población”, aunque su desaparición se daría al año siguiente, permaneciendo sólo en dicho terreno una iglesita, la conocida como “de los Remedios”, de la cual ya nos referimos en el artículo “La ermita en su callejón”.

CEX, antes Casa Cuna
CEX, antes Casa Cuna

Del Hospital del Santo Cristo del Refugio parece remontarse su fundación hacia el año 1610 por una congregación de eclesiásticos que acogerían a los enfermos pobres de la ciudad, sostenido por limosnas, hasta que don Francisco Treviño y su mujer dejaran una renta anual de unos 4.000 reales que harían posible el sostenimiento del lugar sin recurrir a la piedad callejera.

En este centro se acogían los menesterosos y enfermos, existía un servicio de recogida de desvalidos para aquellos carentes de habitación que requiriesen de pernoctar –en la Plaza Mayor-, y, dedicado exclusivamente a mujeres, hallábase una capillita anexa al hospital en la calle del Refugio, de la que tomó el nombre, semiesquina a la calle del Caballo (actual calle del Progreso).

No obstante, si hay un hospital a destacar en esta época es sin lugar a dudas el que levantóse en la calle de la Dorada (hoy de Ruiz Morote) conocido como Hospital de San Juan de Dios, del cual paso a mostrar su historia de la mano del texto de don Inocente Hervás y Buendía, como sigue:

“D. Diego López Tufiño y el Lic. Antonio de Torres, del Tribunal de la Inquisición de Potosí, determinaron dedicar su hacienda a la fundación de un hospital en Ciudad Real, su patria. Muerto Tufiño fue Torres su heredero, y al regresar a España trató de la fundación con el general de la Religión de San Juan de Dios, eligiendo la Huerta del Pangino, frente a la casa que había sido Chancillería, pero viendo ser lugar bajo e insano, se fijaron en la casa principal de D. Jerónimo Muñoz Triviño de Loaysa, junto al Beaterio de la O. de San Francisco, donde fabricaron dos salas para treinta camas, al cuidado de ocho religiosos -1643-. En 1660 se dio principio a la fábrica de la iglesia, invirtiéndose en la obra más de cuarenta años. Tomó la advocación del Espíritu Santo. Se hallaba dotada de seis capellanías de cien ducados de renta anual cada una, para que no faltara la misa a los enfermos del hospital, que se hallaren en disposición de oírla (En 1678 el Ayuntamiento acordaba apoderar para pedir ante los tribunales del Patronato que sobre S. Juan de Dios habían de ejercer los dos regidores más antiguos y que habían perdido como igualmente de la Obra pía del comisario Antonio de Torres y de Juan Velarde).

El Decreto de Expulsión de las Ordenes religiosas obligó a sus moradores a abandonar el Hospital el año 1822, encargándose el Ayuntamiento de la asistencia a los enfermos, pero exceptuada la Orden de S. Juan de Dios, volvieron prontamente a su caritativo ministerio, hasta que el 9 de Marzo de 1836 fueron obligados a dejar definitivamente el Hospital, encargándose el Ayuntamiento por segunda vez de su administración; la que según orden superior había de ejercer por sí o por persona de su agrado, siendo confiado al P. exprior D. Juan José Mateos, pero como persona particular y de su confianza. Las circunstancias por que atravesó el Hospital en este tiempo fueron en extremo azarosas. Las facciones de Palillos, Sánchez y otros y las expediciones de Cabrera y Gómez, hicieron necesaria la concentración de tropas numerosas; parecía, que la Mancha atraía en aquel año todos los elementos de la lucha, que desolaba a España (Tanto en la Guerra de los Franceses como en la Civil los sótanos se utilizaban como cuadras por la caballería). Por la índole especial de la guerra daba un gran contingente de enfermos, muy superior a los elementos con que Ciudad-Real contaba, que no eran otros, que S. Francisco y S. Juan de Dios, pues las fundaciones benéficas de los siglos XVI y XVII habían desaparecido por completo. A este de S. Juan de Dios fueron destinados en ocasiones hasta 400 enfermos, siendo así, que sólo unos 70 podían hallar una mediana asistencia y abrigo. Júntese a esto, que la Intendencia militar atenta sólo a las necesidades de la campaña, descuidaba el abono de las estancias, así es que, los enfermos se quejaban y no sin razón; la comisaría de guerra formulaba fuertes reclamaciones, la Corporación municipal nombraba nuevos encargados, sobre los cuales, venía el descrédito y la ruina por falta de recursos; la Intendencia de Hacienda hubo de tomar a su cargo su administración, hasta tanto que, cesando las extraordinarias circunstancias, que afligían a la provincia, esta institución entró en su curso normal.

Hospicio en la plaza de San Francisco
Hospicio en la plaza de San Francisco

La Escuela Normal establecida, según decimos al tratar del convento de S. Francisco, reclamó de la insuficiencia del local y malas condiciones sanitarias, siéndole concedido su traslación a este edificio de S. Juan de Dios -1851- La Escuela Normal de Maestras se estableció en el año 1860, y en una y otra fecha la Diputación Provincial hizo las obras necesarias para su instalación (El exprior de S. Juan de Dios no abandonó su casa hasta su muerte. En el tiempo que fue Hospital allí vivió para sus enfermos y para su iglesia. Al instalar las Escuelas, se consideró como huésped molesto y se trató de su expulsión, pero él resistió a todos y todo lo venció con su constancia, viviendo apegado a aquellos muros, a los que había consagrado su vida entera. Cuéntase que a la traslación del Hospital a S. Francisco se le pidió cuenta del mobiliario, que había recibido por inventario en 1836, al llegar a los que faltaban, contestaba imperturbable conzumiose, cuya frase se hizo célebre entre el pueblo) En 1877 la misma Diputación cedió el edificio de S. Juan de Dios al Sr. Obispo Prior, para instalar en él el Seminario Conciliar, pero el Director de Instrucción Pública se opuso a la traslación de las Escuelas. Después se ha agitado la cuestión de la propiedad del edificio, para nosotros sin razón suficiente. Si los bienes desamortizados pasaron al Estado, éste cedió S. Juan de Dios, S. Francisco y Santo Domingo al Ayuntamiento, figurando desde la expulsión de los religiosos como bienes comunales”.

Y, por último, cabe señalarse que esta época moderna existían dos conventos de carmelitas, cuyo fundador y benefactor fuese don Antonio Galiana y Bermúdez, caballero del hábito de Montesa, y que respecto a un convento de religiosos descalzos del Carmen fundaría un mayorazgo para su sobrina, levantándose una iglesia en 1619 y prosiguiendo la edificación del convento extramuros de la ciudad, permaneciendo lso carmelitas hasta 1821 en que fue abandonado. Este lugar fue luego utilizado para hospital municipal y desde 1857 fue declarado provincial. Tras la construcción del nuevo Hospital por la diputación, se establecerían en el mismo un Manicomio Provincial y después el de infecciosos. Sin embargo, años antes de la fundación del convento carmelita, el benefactor fundador había adquirido la casa-hospitalillo de San Andrés, lugar donde se levantaría el convento e iglesia del Carmen actuales (ver artículo “Las hermanas del Carmelo”).

 Caja Rural Provincial, antes Sanatorio de Nuestra Señora del Rosario
Caja Rural Provincial, antes Sanatorio de Nuestra Señora del Rosario

Adentrándonos ya en el siglo XIX, y fruto del proceso desamortizador de 1836 se observan –tal como nos señala don Félix Pillet-, nuevas funciones en los conventos desamortizados, tal como sigue:

  1. El Convento de los Mercedarios Descalzos sería desde 1843 sede del nuevo Instituto Provincial de Segunda Enseñanza.
  2. 2.    Respecto al convento del Carmen, se acuerda según un Acta Municipal de 1845 la solicitud a S.M. para que sea destinado a Hospital, junto con su huerta, petición que no sería escuchada hasta 1857 “en que dicho Bien Nacional pasaría a convertirse en Hospital Municipal y más tarde en Provincial, para ser posteriormente Manicomio. Pero antes de que esto sucediera, el Estado intentó nuevamente, en 1848, ponerlo a la venta, según se afirma en el Boletín Oficial de la Provincia”.
  3. El Convento de San Francisco, tras ser usado como Hospital Civil, a mediados de siglo, sería posteriormente la sede de la Escuela de Maestras antes referida.
  4. El de San Juan de Dios, tras contar Ciudad Real con hospital desde 1851, pasaría a ser sede de la Escuela Nacional de Maestros y posteriormente de Maestras, quedando el edificio dividido en dos partes, en las que se impartirían clases de nivel elemental. La historia posterior ya ha sido citada líneas arriba.
  5. Respecto al de Santo Domingo, enclavado entre las calles de la Mata y Libertad, sede de la antigua Gran Sinagoga, sería adquirido por el Ayuntamiento en 1842 por su carácter ruinoso, utilizándose su piedra para la construcción en 1844 de la Plaza de Toros.
  6. Y, finalmente, citar el solar destinado a Reformatorio de Menores en el Torreón del Alcázar, el dedicado para Sanatorio Antituberculoso en La Atalaya y el no exento de polémica de la antigua Casa de la Cultura.

De este modo pues, llegamos al último tercio del siglo XIX donde había irrumpido en la ciudad el ferrocarril con una estación que se encontraba extramuros, y con una Ciudad Real que cuenta entre sus principales dotaciones con un Hospital, un asilo para ancianos y pobres, un Hospicio – la que en su día fue Casa de la Caridad, fundada en el siglo XVIII por el Cardenal Lorenzana y, posteriormente, cuartel. (actual sede del Rectorado de la Universidad de Castilla – La Mancha, (véase el artículo “El Hospital del Cardenal”), había pasado al Convento de San Francisco -, tres conventos, un matadero de reses, una central de correos y telégrafos y un banco. Todo ello es una pequeña muestra de la precaria situación en la que se encontraba la ciudad de entonces.

Delegación de Sanidad
Delegación de Sanidad

Comenzando el siglo precedente, el XX, nos encontramos ante las reformas que se iban a acometer en uno de los edificios antes citados, el Convento de San Francisco, posterior Hospicio Provincial desde 1849, y que allá por 1906 darían lugar a la aparición de la Casa Cuna entre otras reformas.

Con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera, en 1923, se abre la Maternidad – Expósitos, dando lugar a la creación del Instituto de Puericultura, a una Escuela de Maternología, además de la ampliación y mejora de las instalaciones existentes.

Desde 1927, la mayoría de servicios que albergaba el Hospicio funcionaban con regularidad, llegándose a edificar incluso un “Hogar Infantil” que acogería a los expósitos.

Hacia 1932, en plena II República, el Hospicio pasaría a denominarse “Hogar Provincial”, manteniendo las funciones preexistentes (acogida de población anciana y de niños y niñas desde los siete años). Además, en el ámbito educativo se contaba con la existencia de una Escuela de Música, Modelado y Arte Industrial, el Taller de Imprenta, de Carpintería y de otros más. Y se inaugurarían los pabellones correspondientes a la Casa de Expósitos u Hogar Infantil, la Escuela de Maternología y Salas Cuna.

En 1960, la institución provincial dejaría en manos de la Congregación Salesiana la “formación moral, religiosa, profesional y cultural de los acogidos en el Hogar”, a partir de la firma de un contrato, aunque dicha formación por la escasa dotación presupuestada tendría muchas carencias, y en el caso de la formación de las niñas se recurriría a la ayuda de las Hijas de la Caridad, responsables del Hogar.

Como consecuencia de estos cambios, en 1963 el Hogar Provincial de Santo Tomás mostrará nuevas instalaciones en las que se acogerán: la Casa Cuna – cuyas dependencias siguen albergando instalaciones de la institución provincial como el Centro de Exposiciones -, Maternidad – de la cual existe una calle homónima -, Escuela Hogar de Niños (Salesianos), Escuela Hogar de Niñas (Hijas de la Caridad), adquiriendo estas dos últimas desde 1986 las denominaciones de Hogar Masculino “Santo Tomás de Villanueva” (comunidad salesiana) y Hogar Femenino “Virgen del Prado” (Hijas de la Caridad). Además, tras la entrada en vigor de la Ley General de Enseñanza, la dirección de los Hogares pasará a manos de profesores vinculados la Ministerio, retirándose la comunidad salesiana del Hogar y firmando un nuevo convenio las Hijas de la Caridad.

Entrando en vigor la O.M. de 14 de julio de 1988, ambos centros quedarían unificados bajo un único colegio, con la denominación de “Santo Tomás de Villanueva”, cuyo funcionamiento académico se iniciaría en el curso 1988 / 89, bajo la total dependencia de la Diputación Provincial.

Al curso siguiente desaparecieron los internados y se realizaron obras que serían estrenadas en el curso 1990 / 91, entre las que aparecería una Residencia Universitaria. A partir de este momento se iría regularizando la situación del centro siguiendo las directrices ministeriales, desembocando en la firma de un convenio en 1994 entre el Ministerio de Educación y Ciencia, y la Diputación Provincial de Ciudad Real, por el que se garantizaba el sostenimiento del Centro de Educación Primaria / E.G.B. “Santo Tomás de Villanueva” – denominado Colegio Público nº 16 – hasta la cesión definitiva al Ministerio de Educación y Ciencia.

Así pues, desde el curso 1989 / 90, al desaparecer los internados y las becas de la Diputación Provincial, la población escolar del Centro iría modificándose y desde ese momento gozaría de los mismos mecanismos de admisión que cualquier otro centro público de Ciudad Real.

Antiguo Hospital Provincial
Antiguo Hospital Provincial

Otro hecho destacable y surgido de la necesidad vino a erigirse en plena posguerra, allá por 1940 cuando según señala don Félix Pillet sería necesaria la construcción de viviendas económicas porque “es notoria la falta de dinero para poderlas construir, uniéndose a esto el agobio que muestran las calles llenas de mendigos. Ante esta necesidad, el Ayuntamiento cree que la única forma de resolver el problema a las familias más necesitadas y numerosas, sería contar con materiales de derribo para con ellos intentar edificarlas.

La solución a este grave problema vino a darla el nuevo Gobernador Civil D. Jacobo Roldán Losada, que habiendo tomado posesión de su cargo en diciembre de 1944, en el verano siguiente solicitó del Ayuntamiento que, con el fin de sufragar los gastos de construcción de viviendas en la capital, cedieran terrenos municipales gratuitos para el emplazamiento de dichas viviendas. El Ayuntamiento acordó por unanimidad ceder los terrenos necesarios, propiedad del municipio, que lindan con la actual Cárcel Provincial, entre la Ronda de la Mata y la Carretera de Carrión.

Esta finca o solar fue adquirida por el municipio en 1929, registrando una superficie de 131.648 m2; la cesión se hace a nombre de la “Obra Generalísimo Franco”.

Los trabajos comenzaron en 1945; las viviendas destinadas a pobres de solemnidad, correrían a cargo del Gobierno Civil, mientras que la Diputación se ocuparía de los gastos de pavimentación.

La inauguración oficial fue el 25 de julio de 1946, en aquel momento se entregarían las primera 48 casas, al mismo tiempo que se pondría la primera piedra a otras 100 más; diez años más tarde, el “Barrio de Jacobo Roldán”, que recibía el nombre del Gobernador Civil que lo había impulsado, estaría cubierto ya con unas 223 viviendas de planta baja…

… En 1947 fue inaugurado un comedor-ropero y capilla donde estaría la Virgen del Pilar… Otro hecho importante fue la decisión de levantar un Consultorio-sanatorio con planta en forma de U, que sería de dos pisos, ocupando una superficie de 1.811 m2…”

La Barriada de Jacobo Roldán es la que hoy en día todos conocemos como Barriada del Pilar.

Tras este pequeño inciso ante la delicada situación de la población en la posguerra, nos encontramos ante la existencia allá por los años 70 de que la mayoría de los centros sanitarios se encontraban fuera de rondas. Así ocurría con el Psiquiátrico y Provincial, este último con su nuevo edificio ubicado junto a la carretera de Porzuna; frente al barrio de Pío XII aparecía la Residencia y Ambulatorio de la Seguridad Social, y junto a la Ciudad Jardín se encontraba la Clínica Privada “Coreysa”. Además nos encontraríamos con el Consultorio – Sanatorio del referido barrio del Pilar fuera de rondas, y dentro de las mismas el célebre edificio de la Casa de Socorro que sería cerrado y trasladados sus enseres a los bajos del Ayuntamiento, y, por último, el Instituto Provincial de Higiene o Delegación de Sanidad que destaca por la monumentalidad de su pórtico parcialmente atenuada por su austeridad compositiva en la que destaca un muro plano, regularmente taladrado por huecos y dispuesto con un chapado en el zócalo a modo de basamento, y una cualificación del plano noble con la disposición de una escalinata de acceso, en el eje del chaflán.

Actual Caja Rural Provincial
Actual Caja Rural Provincial

Otros recuerdos pertenecientes a este siglo y que ya no existen serían: el Sanatorio de Nª Sª del Rosario ubicado en la casa de la familia García de la Rubia y que hoy en día sigue siendo la sede central de la Caja Rural Provincial, o la primera sede que tuvieran los Marianistas cuyo edificio era un asilo de ancianos.

Ya en este siglo XXI, y siguiendo el estudio de doña Mª Ángeles Rodríguez Doménech, la función sanitaria que ejerce la capital de la provincia cabe circunscribirla dentro del ámbito regional y provincial, además de diferenciar el grado de especialización en función de la Gerencia de Atención Primaria y de la de Atención Especializada.

Así pues, la citada autora nos indica para esta función sanitaria que:

“Teniendo en cuenta el carácter universal que tiene la Seguridad Social en España y que su organización territorial viene dada desde la Administración nacional o autonómica, el análisis de esta función, desde el punto de vista espacial, está muy determinada por la organización de los servicios que dichas administraciones han establecido. Complementando este servicio estatal, existen, además, otros servicios sanitarios de carácter privado que son los destinados a la atención de funcionarios y a las consultas puramente privadas”.

De este texto se desprende la multitud de centros que nos muestra nuestra ciudad en cuanto a la atención asistencial y sanitaria se refiere.

A la cabeza de todos ellos y siendo el de mayor tamaño y dotación de servicios, se encuentra el Hospital General Universitario de Ciudad Real. El resto de hospitales del SESCAM sólo están dotados de TAC (Tomografía Axial Computerizada) y mamógrafo. Dentro de los hospitales privados el mejor dotado es Ibérica de Diagnostico (actualmente Recoletas – Capio), que adquirió la Clínica Coreysa, al tener Resonancia Magnética y Densitómetros Óseos que, como acabamos de decir, no tienen los del SESCAM, lo que explica que este organismo regional haya venido contratando este servicio con esta entidad privada y, en la actualidad lo haga esporádicamente.

Los hospitales privados atienden, por regla general, a las Mutualidades de funcionarios y de empresas, mientras que los del SESCAM lo hacen a los afiliados a la Seguridad Social, aunque dada la diferencia de dotación cada vez es más frecuente que las Mutualidades contraten con la Seguridad Social para la prestación de muchos servicios sanitarios.

A ellos habría que añadir las instituciones estrechamente vinculadas con el ámbito sanitario y asistencial – dependencias autonómicas de Sanidad y Servicios Sociales, entre otras como son las sedes ubicadas en las calles Postas y Paloma respectivamente -.

En cuanto a la localización de esta función sanitaria cabría diferenciar entre: centros de salud, hospitales y otros centros sanitarios.

La atención primaria prestada por los centros de salud requiere de una dispersión a lo largo y ancho de la ciudad que preste los servicios adecuados a la ciudadanía. Así nos encontramos con el Centro de Salud I en el antiguo Hospital de Alarcos (Avenida de Pío XII), el II se encuentra en la Calle de la Palma y el Centro de Salud III en la Calle de Severo Ochoa. Estos centros están complementados por los consultorios, situados en el anejo de Las Casas y en la Ronda de la Mata. A todo ello hay que añadir los servicios privados llevados a cabo por las distintas mutualidades que atienden, generalmente, a funcionarios y empleados de empresas no afiliadas a la Seguridad Social y que atienden en sus domicilios particulares y, por tanto, dispersos por toda la ciudad.

Dentro de los hospitales aquel que es la referencia y que cuenta con todas las dotaciones del Ministerio de Sanidad es el Hospital General Universitario de Ciudad Real, ubicado en la zona sur de la ciudad (calle de Tomeloso), obra que corrió a cargo del arquitecto Ángel Fernández Alba (1996), que dio lugar a un singular edificio que recibe las influencias del modernismo sueco y finlandés así como del propio entorno árido en el que se encuentra situado. De hecho, según el portal web inglés ARTINFO, dedicado a la promoción del arte y de la cultura global a través de internet, en el año 2006 lo situaba entre los doce mejores nuevos edificios del mundo por categorías, siendo el ejemplo más representativo de la nueva arquitectura hospitalaria.

La ubicación del propio edificio en unos terrenos que tenían una ordenación urbana reciente, vino a suponer –según señala el arquitecto José Rivero- una “conquista de espacio”.

Su planta muestra un eje longitudinal quebrado de grandes dimensiones, unos 400 metros, y está subdividida en tres unidades mediante ligeros cambios angulares. A la misma se añaden, por sus flancos, diversos espacios mostrando “un paisaje urbano interior en donde no son inmediatamente aparentes todos los caminos o las secuencias espaciales” que en él se dan.

El inmueble muestra una estructura de cinco plantas de altura que aparece rematada con casetones metálicos que acogen diversas instalaciones en la cubierta y con dos fachada: la parte trasera y la frontal. En la cara norte aparecen diversas piezas de pequeño tamaño como el vestíbulo de entrada, la cafetería, oficinas, bibliotecas, etc.,  creándose una composición volumétrica densa y que muestra una morfología urbana, lo que constituye el enlace que necesita dicho edificio para comunicarse con el resto de la ciudad. La otra fachada, que da acceso a la zona de hospitalización, está cubierta de elementos metálicos y los edificios del primer plano aparecen cubiertos de klinder rojo, piedra natural y hormigón, como es el caso de quirófanos, laboratorios, urgencias, etc.

Y por lo que se refiere a su estructura interna podemos diferenciar como elementos definitorios: los patios interiores; el sótano que recorre toda la planta del edificio como zona de ampliación del hospital y como vía rápida para prestar servicios y conectarse con otras áreas; la aparición de espacios que no tienen función definida pero que parecen estar concebidos para futuras ampliaciones según las necesidades técnológicas o humanas lo requieran; la existencia de espacios destinados a la interacción humana como la sala de internet, la tienda de regalos, las pequeñas habitaciones comunes, la cafetería; e incluso una zona de enormes rocas, que vienen a crear una asociación emocional – desde la biblioteca – con la naturaleza.

Hospital del Carmen
Hospital del Carmen

El tristemente de actualidad y conocido como Hospital del Carmen por la situación de abandono que muestra – recordando al triste fin en el que desembocó el Sanatorio de La Atalaya, y que es una prueba más de que las divergencias que enfrentan a las instituciones gubernativas redundan aún más en el propio perjuicio de la salvaguardia de nuestro patrimonio -, se ubica en la Ronda del mismo nombre, al noroeste de la ciudad y que ocupaba algunas dependencias del antiguo Hospital Provincial que, desde la década fines de la década de los ochenta, era cedido en parte por la Diputación al entonces INSALUD, y este organismo, a su vez, lo tranferiría, en el 2002, a la institución autonómica, albergando dependencias del SESCAM.

Y, también, dentro de las dependencias que se reservó la Diputación Provincial, se encuentra ubicado el Hospital Psiquiátrico (perteneciente a los Servicios Sanitarios y Asistenciales), compartiendo sede con el otrora INSALUD que albergó un Centro de Salud, y las dependencias anexas que acogen servicios provinciales como la imprenta, el Diario Lanza, etc., o de ámbito nacional como Radio Nacional de España.

Además de estos edificios de carácter público, existe en nuestra ciudad una clínica privada que tiene varias décadas de historia y que recientemente ha recuperado su espacio habitual cerca de Ciudad Jardín, continuando ubicado en la Calle de los Alisos: estamos hablando de la Clínica “Coreysa”, cuya finalidad asistencial es general, estuvo vinculada a una sociedad médica constituida por los propios médicos (Igualatorio Médico – Quirúrgico), y que en la actualidad pertenece a otra sociedad de servicios sanitarios: Ibérica de Diagnóstico y Cirugía (cuya localización se hallaba al norte de la ciudad en la calle de Toledo), y ahora Recoletas – Capio.

Finalmente, otros centros sanitarios que no requieren internamiento y que están dotados de alta tecnología en la ciudad se hallan tanto dentro como fuera de rondas y son los siguientes: el Centro de Diálisis “Nuestra Señora del Prado” (en la Avenida de las Tablas de Daimiel), la Clínica de la Mujer Hoy SL (en la Ronda de Granada), el Instituto Oncológico de Castilla – La Mancha (en la calle de Einstein), la Clínica del Prado (en la calle Diego de Almagro), por citar algunos, además de señalar que existen multitud de clínicas dentales y estéticas de carácter privado.

HGUCR
HGUCR

Todos estos servicios han convertido a la ciudad en un área de influencia sanitaria, con diferente intensidad y extensión, puesto que el HGUCR atiende sanitariamente a toda su área en ciertos servicios y no lo hace en los prestados de forma directa por los Centros de Salud y otros hospitales, a pesar de que en la situación de crisis actual las necesidades de los ciudadanos no se vean cubiertas de la forma prevista por la escasez de recursos tanto humanos como tecnológicos.

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8 COMENTARIOS

  1. Como hace Richard Sennet en ‘Carne y piedra’ es preciso realizar el recorrido en paralelo entre la Historia de la Enfermedad y el inventario de las tipologías hospitalarias y asistenciales. Hay unos orígenes rastreables en las estructuras conventuales de crugías catalanas medievales; hasta los hospitales centrales, que surgen en Milan con Filarete en el XV y que se trasplantan luego a España en los hospitales de Santiago, Granada y Tolddo. La lógica del panóptico como dispositivo de control, prolonga en el XVIII la disposición de Filarete, que se superpone con disposiciones conventuales de patio y claustro. Para llegar, finalmente, a las estructuras abiertas contenporáneas.

  2. Maese don José, de nuevo quedo rendido ante la evidencia: como diría un argentino ¡Sos un maestro! Gracias de nuevo por tus apuntes y tu sapiencia. Un saludo

  3. Felicidades Estanislao por el «largometraje» que dice Gassol. Además del intersantísimo texto, hay dos fotos que ha sido emocionante ver. Me han llevado casi cuarenta años atrás. Váis a convertir MCR en la enciclopedia culiparda por excelencia. Bueno, quito váis y pongo habéis.

    Gracias!

  4. Una de las facetas que más me gustan de «MiCReal» es la gran variedad de temas culturales y sociales que aquí podemos disfrutar leyendo y tú Estanislao formas parte activa de este gran equipo.
    La verdad y para no mentir, siento «sana envidia» por tus trabajos y sobre todo por la exquisita documentación que siempres acompañas,
    Eres un historiador nato y me alegro de tenerte como compañero de «puertas, murallas, calle y callejas» de este Ciudad Real en el que cada vez queda menos por disfrutar y cada vez hay más de añorar.

  5. Gracias Luis, pero el privilegio es mío de poder contarlas gracias al equipo de Eusebio y Santos y todos los colaboradores y a las alabanzas recibidas entre las que siempre no faltan las tuyas.
    Un abrazo

  6. Me gustaría obtener más información acerca del Hospital Nra Sra de Alarcos, como la fecha de su construcción o los motivos de su cierre.
    Muchas gracias.

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