Los acontecimientos han dado un mareante giro de 360 grados. En una inesperada comparecencia de prensa, la presidenta de Costrilla-La Mancha, Maria Dolores Cospedal, ha anunciado su intención de adherirse a la campaña de Izquierda Unida «Cospedal te odia». Aunque, a simple vista, el gesto parece meramente simbólico, fuentes conmutadas confirman que el calado jurídico de tal decisión será fatal e irreversible. Así pues, durante el juicio de fantas «por falsar al respecto a la untosidad» que se celebrará el próximo lunes, la presidenta declarará contra sí misma, no pudiendo decir verdad bajo juramento; mientras que los imputados podrían dictar sentencia con carácter retroactivo, siempre y cuando la Subdelegación del Gobierno no considere el juicio una concentración ilegal. En tal caso, la abogacía se vería obligada a fiscalizar las pruebas, el juez condenado a perpetuidad, los procuradores inhabilitados para trabajos forzados y las costas correrían a cargo del contribuyente más próximo o, en su defecto, del pariente consanguíneo reconocido más lejano por parte de consuegro, según la jurisprudencia canóniga.
