La alquimia cómica de «Vaya par de 3», en el Teatro Ayala de Daimiel

Daimiel Noticias.- Marcos Arizmendi y Pedro Reyes presentan este viernes en el Teatro Ayala de Daimiel un espectáculo en el que los humoristas onubenses combinan sus dos estilos y con el que aseguran dos horas de carcajadas. Las entradas, a un precio de 10 euros, ya están a la venta en Frutos Secos Morales. La cita, a partir de las 22:00 horas.daimiel_arizmendi

Una mezcla explosiva. Así podría denominarse la asociación de los humoristas Marcos Arizmendi y Pedro Reyes, que llevan su espectáculo «Vaya par de 3» este viernes al Teatro Ayala, a partir de las 22:00 horas. Dos de las principales figuras de la comedia en nuestro país, «garantía de calidad», en palabras del concejal de Festejos, David Gómez-Cambronero.

Los propios protagonistas adelantaban en los micrófonos de Radio Daimiel esta «mezcla de estilos opuestos» con la que, aseguran, arrancarán las carcajadas de los asistentes durante cinco horas: «las dos del espectáculo más otras tres después». Un ejercicio, que, según Arizmendi, que ya visitara la localidad durante los pasados carnavales, «viene muy bien después los excesos de las Navidades».Y es que «reir», asegura, «adelgaza».

Dos grandes cómicos de contrastada trayectoria, sobre todo en el caso de Reyes, que comenzaba su carrera junto a Pablo Carbonell, con el que apareció en programas televisivos como «La Bola de Cristal» en la década de los 80. Según explica Reyes, son ya más de treinta años en contacto con el público que exigen, como asegura el propio humorista, de «mucho estudio y evolución», ya que «el humor, como la gente, cambia con los años».

La actuación en Daimiel es la primera del 2014 para el dúo. Después, les espera una extensa gira que llevará el espectáculo «Vaya par de 3» por localidades como Albacete, Guadalajara o Ayamonte.

Las entradas, a un precio de 10 euros, ya están a la venta en Frutos Secos Morales. Por supuesto, tanto Reyes como Arizmendi, animaban a todos los daimieleños a acudir a un espectáculo que calificaban como «un tiro», eso si, «sin matar a nadie».

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