Almodóvar del Campo: Homenaje a los colaboradores de la organización del año jubilar

Una semana después del cierre oficial al año jubilar de san Juan de Ávila en Almodóvar del Campo, las personas que han tenido algo que ver en el amplio y complicado operativo habilitado para coordinar las más de 20.000 visitas finalmente recibidas, tomaban la palabra. Lo hacían para dar a conocer en voz alta vivencias y sentimientos atesorados a lo largo de tan intenso periodo.
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Fue en un acto cálido y emotivo que llenaba el Teatro Municipal en la tarde del pasado sábado 11 de enero y en el que también intervinieron como autoridades más destacadas, el párroco Juan Carlos Torres, el alcalde José Lozano y el propio obispo Antonio Algora. De todos ellos brotaron palabras de agradecimiento por la implicación desinteresada del centenar de personas que, de una manera u otra, en unos casos con más visibilidad, han aportado su tiempo y labor a un hito histórico para la localidad.
Un hecho en definitiva que, como decía el primer edil, “difícilmente se podrá volver a repetir” y ante el cual “nuestro pueblo ha dado muestras sobradas de madurez, de organización, de apoyo y de compromiso a través de quienes, de una forma u otra, han participado, han vivido y han compartido estas jornadas con tantos y tantos visitantes”.

Lozano, por tanto, se sentía en el deber de “agradecer de forma muy especial a los voluntarios que desinteresadamente han dado calidad a las visitas, con su esfuerzo denodado y su entrega sin condiciones”. A todos ellos daba su “más sincero agradecimiento porque los acontecimientos vividos han colocado a Almodóvar en el mapa, posibilitando que nuestro pueblo sea a partir de ahora un lugar de referencia como patria chica de nuestros ilustres paisanos, san Juan de Ávila y san Juan Bautista de la Concepción, dos de los santos más importantes de España”.

Un “a partir de ahora” porque, aunque desaparece el aura jubilar y la indulgencia plenaria correspondiente, la localidad va a seguir abierta a que los visitantes que desde ahora lleguen tengan todavía este año la oportunidad de acercarse a la figura del santo doctor de la Iglesia, visitando las sedes establecidas y, entre ellas, la magna exposición del Centro Cultural ‘Casa de la Marquesa’.

No en vano, como dijo también el obispo Algora, “si San Juan de Ávila se empeñó en renovar la Iglesia, es patente que lo consiguió y que lo está consiguiendo, pero que también lo seguirá haciendo”. Y aludió a su doctrina de “humanismo cristiano” para indicar que la figura del santo almodovareño seguirá siendo decisiva en ese espíritu renovador que también ofrece el Papa Francisco y en el que “debemos profundizar, porque no nos podemos quedar solo en lo que se ha hecho hasta ahora”.

Antonio Algora puso a la fe como el principal elemento motivador para quienes han dado vida a este jubileo y agradeció también a Dios el hecho de que instituciones como el propio Ayuntamiento, entidad también colaboradora con la organización, esté regida por cristianos que ejercen como tal desde el ámbito político.

El actual párroco, por su parte, comenzó su intervención aludiendo a los dos pastores que le han antecedido en el puesto, los hermanos Tomás y Leopoldo Rivas, “que en sus veinte años de labor, han trabajado para mantener bien encendida esta lámpara”. Y acto seguido llevó su gratitud para con la Hermandad de los santos, catequistas o los propios fieles, entroncando con los voluntarios y quienes también han hecho un trabajo oculto, destacando el celo de tantos por llegar a tiempo en la obra del oratorio.

Juan Carlos Torres significó que el empuje de tantas personas le permitió allanar un trabajo que le sobrevino con la asunción de su responsabilidad parroquial y que ha sentado las bases para que Almodóvar del Campo siga haciendo gala de su condición de patria chica de estas santas referencias en el contexto de la Iglesia.

Estas tres intervenciones, seguidas por un público entregado en el que se encontraba también la senadora almodovareña Carmen Fúnez, los propios párrocos ya jubilados, integrantes de la Hermandad y de otras asociaciones de Almodóvar y aldeas, fueron las que pondrían fin a un hondo turno de intervenciones de los homenajeados, que se fueron intercalando con piezas audiovisuales para rememorar con imágenes apenas una mínima parte de lo vivido en este año, proclamación de doctorado incluida.

Hasta una decena de personas ofrecieron desde el escenario el relato en primera persona de lo que expresaba el sentir del grupo al que representaban, ya fuera desde dentro de una organización que contó con una treintena de guías y más de cien voluntarios, como entre quienes conocieron Almodóvar viniendo a peregrinar, ya fuera un matrimonio o una profesora de la UCLM, entidad a la que también se recordó al haber acogido jornadas monográficas por san Juan de Ávila.

Gracias a estos testimonios, los asistentes pudieron conocer las incertidumbres varias que se supieron resolver con fe y optimismo, antes y durante el año jubilar, los momentos más llamativos en el peregrinaje de ciertos grupos anónimos o de mayor renombre o incluso de una pareja de novios que retorna para casarse. Este último es el vivo ejemplo de esa “cosecha” que, como dijo una de las intervinientes, se espera de todo lo sembrado con tanto esfuerzo e ilusión por quienes han orquestado tan inabarcable año jubilar.

El acto del Teatro, donde se entregaron diplomas de agradecimiento a los voluntarios, tendría por epílogo la misa de acción de gracias que volvió a desarrollarse en el templo parroquial que vio el bautismo carnal y como sacerdote de san Juan de Ávila.

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