Los responsables del PSOE de Villarrubia de los Ojos han denunciado el «boicot» de la alcaldesa, Encarnación Medina, al tradicional acto del Primero de Mayo que los socialistas venían celebrando cada año con motivo de esa efemérides.
Una denuncia que surge tras la denegación por parte de la primera edil del Partido Popular de la solicitud de la Agrupación local del PSOE para poder asistir al cementerio y depositar un ramo de flores en honor de los ausentes “de forma educada y respetuosa”.
Una costumbre que tal y como recuerda el secretario de Organización, Luis Amancio Párraga, se venía realizando de forma anual sin problemas con este sencillo acto acompañado de la lectura de poesía y que todo hace indicar que en esta ocasión no será posible por ese “rechazo incomprensible” de la alcaldesa, «que ha desestimado la autorización solicitada desde las filas socialistas».
Por esta razón, y visiblemente contrariado, Párraga ha afirmado que “definitivamente la esquizofrenia y el desequilibrio político se han instalado en la localidad de Villarrubia de los Ojos tras la sesgada y sectaria decisión de la señora Medina”.
La negativa de la alcaldesa se hace conforme a lo previsto en el artículo 13 de la Ordenanza del Cementerio Municipal, que textualmente dice que “se impedirá la entrada al cementerio a toda persona o grupo que, por sus gestos, comportamiento u otros motivos ostensibles puedan perturbar la tranquilidad del recinto o alterar las normas de respeto inherentes a este lugar”.
De acuerdo a la interpretación que Encarnación Medina hace de la ordenanza, el portavoz y secretario general del PSOE de Villarrubia, Félix Casanova, ha asegurado que “la ‘lideresa’ local del PP «no quiere que depositemos flores, pero seguiremos luchando con la palabra, con la poesía y con la paz para defender nuestros ideales, ya que –añade- no creemos desde el PSOE que ofrecer flores y orar por los difuntos no perturba en ningún caso la tranquilidad del recinto ni altera las normas de respeto, salvo que por un prejuicio político o ideológico se consideren a los integrantes de nuestro partido como irrespetuosos o vándalos”.
Por ello, Casanova ha concluido diciendo que “sólo desde el desequilibrio político más simplón o desde el odio acérrimo al adversario podemos entender estas decisiones políticas desequilibradas, totalitarias y radicales”.
