El nombre de la rosa

A41No es la primera vez que tratamos del nombre de los automóviles y cómo algunos de ellos han acabado en la mitología del aficionado… Mustang, Corvette, Mini, Testarossa; sin embargo no siempre el fulgor de la fama y el glamour han acompañado a las denominaciones de los diferentes modelos.

Onanismo
Lo que es bueno en japonés puede no serlo en español como lo demuestra el cambio obligado del Mitsubishi Pajero que en nuestro país se vende como Montero por razones obvias y que no debió ir muy desencaminado cuando en el Reino Unido se denominó Shotgun. Con esa misma idea, el Seat Málaga hubo de venderse en Grecia como Gredos, toda vez que malakas en el idioma de Pericles es pajero. Más de lo mismo: Opel Cascada, un bello descapotable que para evitar segundas intenciones acaba llamándose Opel Cabrio a palo seco y eso que ya llovía sobre mojado porque en los setenta, el “tanque” de la firma alemana, el Ascona, adoptó en Portugal el insípido nombre de 1604 toda vez que en el país luso el nombre original casi se tarduce como “vagina”. Contamos entre esta lista un tanto asexuada con el Ford Corrida, un prototipo de 1976 que sólo llegó a nuestros ojos en las revistas especializadas.

0001Escatología y tacos
No siempre hay garantía de que la elección numérica sea acertada, sobre todo siguiendo las diferentes pronunciaciones de los números en cada idioma. Así, el Toyota MR-2, en francés suena sospechosamente a merde, cuya traducción vamos a omitir en aras del decoro, pero no olvidaremos los fiascos en nombre y mercado del Nissan Moco, llamado a sustituir al Cube y que por quién sabe que razones no lo consiguió, como tampoco tuvo cifras despampanantes en los EE.UU. el Mazda Laputa que, si bien para los angloparlantes era un nombrecillo más, en el caso de los hispanos debió ser todo un sinfín de posibilidades de reírse del propietario a base de ese fino ingenio chicano.0002

Más afortunados pero no para tirar cohetes son los Kia Borrego, Volkswagen Jetta y los que hay que leer rápido y con cierta mala intención como el Polo GT o el Lexus LF-A, claro que con esa mala sangre hasta el BMW Q3 acabaría siendo un nombre “rarito”.

0004Sin reglas
La regla para poner nombres a los diferentes modelos es que no hay regla, es decir, cada departamento de marketing emplea aquello que cree más conveniente y más universal, algo así pasó con el celebérrimo Ford Fiesta cuyo nombre vino determinado porque universalmente la palabra española es reconocida como signo de diversión y optimismo. Seat acuñó la costumbre de poner nombres de ciudades españolas sobre todo cuando la parte mayoritaria de la propiedad pasó a manos de VW; Citröen, tras una buena temporada con siglas y números, hizo y hace ciertas excepciones como el divertido “buggy” Mehari, en sentido estricto un Dyane o el familiar Picasso de relevante éxito europeo. 0003Lamborghini nombra a sus coches con referencias taurinas, el Golf hubo de transmutarse en Rabbit para el mercado yanqui en una época donde no podían ponerse nombres de deportes a los autos; Fiat llevó su modelaje a términos un tanto alucinógenos: pasó del Punto al Marea, aunque no se saben consecuencias flipantes. 00060007-(2)

Juanma Núñez
A41- Todo Motor

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2 COMENTARIOS

  1. Excepcional y divertido Juanma. Mientras la crisis continua cebándose con los países de la periferia de Europa, los italianos sacan al mercado, a modo premonitorio quizá -vaya usted a saber-, el Lamborghini Reventón….por otra parte, en España nos quedamos con el Audi Q3 que, por cierto, de cutre tiene poco…

  2. Nunca me había parado a pensar en esos nombres. Artículo muy divertido y sobre todo muy curioso.jajajajajjaja

    Un abrazo Juanma

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