Ismos

José RiveroEn 1931, Ramón Gómez de la Serna, ‘Ramón’ a secas para todos los lectores aficionados y público en general, publicaba un libro tan agitador como inclasificable, tan divertido como irreverente; denominado ‘Ismos’, que trataba en veinticinco entradas de reflejar toda la vorágine de novedades culturales y artísticas, y por ello, trataba de levantar una teoría muy personal del ‘Vanguardismo al punto’.

Un ‘Vanguardismo’ tan personal como valioso en sus exploraciones y miradas. Por ello aparecían registros conocidos como ‘Picassismo’, ‘Futurismo’, ‘Dadaísmo’ o ‘Suprarrealismo’, que era la forma dada de denominar el ‘Surrealismo’ entre nosotros. Junto a esas voces conocidas en poco o en mucho para la España de los años treinta, ‘Ramón’ incluía perlas de su cosecha personal, tales como el ‘Botellismo’, el ‘Jazzbandismo’ o el más complicado ‘Estantifermismo’. Un repertorio de novedades culturales y artísticas que permitía visualizar el estado de las calles y de las plazas de  la Europa de entreguerras, desde un plano cultural, animado y brillante, que comenzaba por el ‘Apollinarismo’ y terminaba con un raro ‘Serafismo’, dedicado a Jean Cocteau y a un supuesto universo angelical y seráfico del autor francés. Lo que vino después de la exploración ramoniana, en el plano artístico y cultural, perdió el sufijo ‘Ismo’,  y por ello, las tendencias se llamaron ya de otra forma, tales como: ‘Pop Art’, ‘Op Art’, ‘Nueva Figuración’, ‘Nueva Objetividad’ o ‘Expresionismo Abstracto’.

gomez-de-la-serna-02 En esos años movedizos, novedosos e inquietos del ‘Ramón’ republicano, otros ‘Ismos’ más combativos y menos creativos, circulaban uniformados por Europa, cual si de un fantasma alucinado se tratase. gomez-de-la-serna-06Y no eran ‘Ismos’ culturales o artísticos, sino inevitablemente continentes políticos muy armados, adiestrados e incluso acorazados. ‘Ismos’ tales como el ‘Comunismo’, el ‘Fascismo’ o el ‘Nacionalsocialismo’, que dejaron en aguas de borrajas a los superados ‘Liberalismo’, ‘Socialismo’ o ‘Conservadurismo’. Piezas retóricas e ideológicas, muy armadas, que pronto entrarían en combate, primero entre nosotros, en 1936, con sus particularidades ibéricas de ‘Republicanismo’, ‘Falangismo’ y ‘Tradicionalismo’; y tres años más tarde, en Europa entera. Que vería como los repetidos ‘Ismos’ pasaban uniformados, sólo en unos años umbríos, de designar agrupaciones culturales y movimientos plásticos, a citar banderías políticas irreconciliables y enfrentadas, con toda la sangre vertida en el horizonte.

Lo más sorprendente del cambio  de designación de los ‘Ismos’ de combate, sería que más tarde ahijarían a nombres propios reconocibles, como argumentos centrales de la leyenda virtual o como supuestos motores y artífices de la historia. Y así tuvimos ‘Ismos’ derivados de nombres propios, tales  como ‘Leninismo’, ‘Estalinismo’, ‘Franquismo’, ‘Titismo’, ‘Peronismo’  ‘Maoísmo’ o ‘Castrismo’. gomez-de-la-serna-01 En ese plano inclinado del progreso histórico, los nuevos ‘Ismos’ dejaron ser titanes de los Totalitarismos todos, para acomodarse a realidades blandas,  más democráticas y ubicables en el ‘Parlamentarismo’ occidental, que de suyo era otro ‘Ismo’ fenomenal. Y así escuchamos al ‘Gaullismo’, al ‘Kennedismo’ y al ‘Obamismo’. Incluso entre nosotros y en tiempos recientes hemos escuchado ya en esas designaciones, al ‘Felipismo’, al ‘Aznarismo’ o al ‘Zapaterismo’, como jefes de tribu y como moldeadores de tendencias. Igual que advertimos de la dificultad existente y creciente, para la invención de otras formas derivadas de los protagonistas equivalentes y actuales: así del Rajoy-‘Rajoyismo’, del Mas-Masismo, del Cospedal-Cospedalismo o del Rubalcaba-‘Rubalcabismo’.

Egomez-de-la-serna-03n ese plano inclinado de la historia, prosigue la devaluación de todos los ‘Ismos’ en una suerte alada de ‘Inconformismo’ mundial y del ‘Solipsismo’ universal. Y así, estos días triunfales de la historia  del Atlético de Madrid, hemos podido escuchar hablar del nuevo concepto social el ‘Cholismo’, que hace olvidar al desplegado con anterioridad en esa secta atlética, por el ‘Gilismo’, que combinaba prepotencia, chulería y gestiones truculentas en los territorios abandonados de la vieja política. Un  ‘Cholismo’, cual nueva filosofía futbolística, como fuera en un tiempo pasado el ‘Cruyfismo’ o el ‘Kubalismo’. Aunque en el  ‘Cholismo’ actual, subyace cierto elemento de combate sostenido contra el poder establecido del fútbol dominante, cierto orgullo de los orígenes modestos de la ribera del Manzanares y cierta necesidad de crecer ‘partido a partido’.

Otra pieza actual, y no sé si memorable, se produce de la mano de un periódico poco razonable, que habla del ‘Arriolismo’ como nuevo referente intelectual y oracular de los tiempos venideros en los predios monclovitas. Un ‘Arriolismo’, procedente del imparable sociólogo Pedro Arriola, que ha dado tesis, antítesis y síntesis a los poderes activos del Partido Popular durante años, y que ahora descubre que tras ‘Podemos’ lo que de verdad se esconde es el ‘Frikismo’, el cual tiene tendencia a arraigarse en Madrid como un nuevo rompeolas de las Españas. De tal suerte y manera, que del Madrid de ‘Ramón’, Pombo y los ‘Ismos’ más rutilantes, pasamos por ese plano inclinado de la historia, al Madrid rompeolas del ‘Frikismo’. Que no sabemos si es un nuevo ‘Ismo’ o una enfermedad especular del espíritu. Y  del ‘Arriolismo’.gomez-de-la-serna-05gomez-de-la-serna-04

Periferia sentimental
José Rivero

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