Espalda

José RiveroPara el castellano, espalda es pura, lisa y llanamente un trozo de anatomía humana, esto es, la parte posterior del cuerpo humano: desde los hombros hasta la cintura. Lo que cae y se precipita desde la cintura hasta los talones, y lo que sube y asciende desde el cuello a la coronilla, merece otro nombre y otra atención.

De igual forma que los animales no tienen propiamente espalda, sino más bien dorso, que es la parte exterior del cuerpo del animal opuesto al pecho y al vientre. El dorso, por  ello, expresa una elementalidad biológica, mientras que la espalda es ya una ‘construcción cultural metafórica’. Y pese a ello, se utili­zan ambos términos intercambiados: la espalda por lo  dorsal y el dorso por la espalda y por los espaldares. Igualmente se habla de extremos frontales y de extremos dorsales, explicitando la oposición de la frente con el dorso, como si el dorso fuese aún la espalda.

r_espalda-02 Por ese dominio de lo anglosajón en nuestra lengua, cada vez más, espalda se conecta con lo trasero o con lo de atrás. Pero claro en inglés ‘back’ alude tanto a esa anatomía descrita de forma imprecisa, como a lo que se ubica en la parte trase­ra del hablante. Al margen de ‘back’, la lengua inglesa sólo cuenta con otra expresión próxima –que no idéntica – como es ‘behind’, que fija tanto el ‘atrás’ como el ‘por detrás’. Por ello ‘back’, veri­fica un recorrido desde lo anatómico a lo adverbial de lugar.

r_espalda-01Desde esta evidencia del lengua­je sólo en inglés, forzosamente, la espalda es lo trasero o lo de atrás, con todas sus implicaciones ambi­guas. Mientras que tal enunciado de espalda en castellano, no tiene la obligación forzosa de ese lugar. Una espalda expresa sólo la anatomía que el ojo no percibe directamente, y sabemos de ella bien por la información que nos proporcio­nan otros, o bien por la construcción ilusoria que nos aportan de los espejos.

Pues, pese a ese carácter metafórico de la espalda que delata lo que no vemos y sólo intuimos, contamos con otras posibilidades expresivas, propiamente adverbiales o sustantivas, capaces de asumir sobre sus espaldas (como una carga de la prueba) otras pluralidades de significados de las espaldas y de lo trasero. Así atrás, detrás, dorso, respaldo, reverso, vuelta, envés o contrahaz sugieren ámbitos conectados con la espalda, pero bien diferenciados en su tono expresivo. No decimos “me duele el envés”, para expresar la dolencia de la espalda, ni tampoco “voy al patio de la espalda” para denominar al patio trasero o patio de atrás.

Ese territorio brumoso del espacio o del “lugar que está a espaldas del que habla o de la cosa que se considera, – dice María Moliner –  o al ocupado por una cosa que está después que otra, en una serie en movimiento o en el tiempo”; recibe la denominación, ya en desuso, de ‘atrás’. La sagacidad de la Moliner prolonga las consultas de ‘atrás’ con otros propósitos más que adverbiales, verbales que tienen que ver con el retroceso; así retroceder, acular, recular, retrasar y arrecular.

r_espalda-03Todo lo cual lo expresaríamos con una única forma inglesa ‘getback’ o incluso ‘comeback’.   Como si el que regresara o retrocediera, lo hiciera andando hacia atrás. Como haría un extraño personaje de una parodia cómica, sin espalda o sin espacio posterior, distinto del espacio principal que ocupa y habita el narrador/actor en su morada frontal y desde su casa frontera. Este supremo hacedor/actor/narrador, cree que todo el espacio que determina su mirada, su acción y su verbo, es una estructura frontal plana: sin dorso y sin espalda; concebida en dos dimensiones fundamentales, que son largo y ancho, pero sin dato dimensional de lo profundo. En tal espacio plano y bidimensional, la aproximación al punto de vista del narrador, es siempre un movimiento que se produce solamente hacia delante: de frente hacia él, como la mariposa hacia el foco de luz. De igual forma, que por imposibilidad espacial de esa escena del  lenguaje, el movimiento inverso de huir, fugarse, alejarse o escaparse, no admitiría el giro de 180° del figurante/lector/observador, para conectarse con la espalda del hacedor/actor/narrador.

Y, por ello, el figurante/lector/observador,  tendría que desandar lo andado, marchando de espaldas y sin mirar lo que se interpone en su marcha, que ya es un retroceso palmario a todas luces. En ningún movimiento, ni  en el de huida ni en el de llegada, veríamos la espalda del que huye o del que vuelve, y que por eso ejercita ya un ‘getback’, o ya un ‘come back’.  r_espalda-04

Más allá de ello ‘back’ nos remite, indudable­mente, al pasado como fragmento temporal perdi­do y por ello ‘postrero’. Perdiendo con ello su carácter de adverbio de lugar, para comenzar a enredar con las matrices y derivadas del tiempo. Ello es visible con esas dos expresiones ya aceptadas y comunes, como ‘flash back’, para expresar la escena retrospectiva y ‘Background’, para explicitar nuestros orígenes o  para hacer ver nuestros antecedentes. Este juego temporal que emerge del ‘back’, ha llegado hasta nosotros en el titulo de la novela de Javier Marías ‘Negra espalda del tiempo’ (¿pero tiene el tiempo espalda y aún más, tiene frente?), para expresar justamente el tiempo que está detrás del tiempo o el mismo tiempo con su discurrir oculto y tenebroso como una espada que no vemos pero ya presentimos a nuestras espaldas. No en balde, espalda deriva del latín tardío espátula-spatha y expresa, justamente,  el filo acerado que separa y rasga lo que antes estaba unido y era sólo uno y un único tiempo.

Periferia sentimental
José Rivero

 

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3 COMENTARIOS

  1. Nombrar una cosa es otorgarle realidad.
    Cuanto más amplio sea nuesro léxico mayor(y más precisa) será nuestra realidad.
    Un saludo.

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