Manzanares rinde homenaje a Manuel Díaz-Pinés

El acto que dio el pistoletazo de salida a la Feria y Fiestas 2014 también sirvió para que Manzanares rindiera homenaje a un manzanareño que sigue ejerciendo como tal a pesar de haber pasado más de 52 años lejos de su pueblo. Se trata de Manuel Díaz-Pinés, que desde Galicia se ha erigido en las redes sociales como uno de los mejores embajadores de Manzanares y de sus señas de identidad. Teresa Jiménez, concejal de Festejos, le hizo entrega de una placa homenaje. Díaz-Pinés anunció que pronunciará el pregón de las fiestas patronales de septiembre.manzanares_homenaje

Bajo el título de la canción “Bienvenidos” de Miguel Ríos, y portando una bolsa que contenía una especial muñeca de trapo, Manuel Díaz-Pinés se subió al escenario del Auditorio Municipal “La Pérgola”. Visiblemente emocionado, agradeció al Ayuntamiento de Manzanares el homenaje recibido. Tras establecer su residencia en Galicia, el homenajeado explicó que tras su vuelta a Manzanares se ha encontrado una “ciudad asombrosa, llena de innovación y de industria”.

Durante su discurso, Manuel Díaz-Pinés no dudó en desvelar el mensaje que envolvía la muñeca de trapo que portaba. Explicó el truco, y no era otro que su carácter reversible y que, según relató, se asemeja perfectamente con su personalidad, manchego por un lado y gallego por el otro. “Galmango” -gallego de Manzanares- que es como él se define, explicó que le tenía especial cariño a esta muñeca -bautizada como “Galmanguilla”, que le había regalado hace unos meses una mujer manzanareña.

Manuel Díaz-Pinés, hijo de Melchor Díaz-Pinés y hermano de Tere (de la librería Díaz-Pinés) también tuvo tiempo para acordarse de la generación que encumbraron a Manzanares durante la década de los 50 y los 60 del pasado siglo. “Estas personas ensalzaron la ciudad de Manzanares”, indicó Díaz-Pinés, al mismo tiempo que señalaba que gracias a ellos se creó el Polígono Industrial, el Parque del Polígono y el hospital, entre otras cosas.

El homenajeado destacó que Manzanares le ha ayudado a formar dos sentimientos en su interior, el de patria y el de familia. Patria en el sentido en el que cualquier ciudadano quiere a su tierra, como él quiere a Manzanares, mientras que el de familia está relacionado con la transmisión de la tradición de Manzanares a las nuevas generaciones.

Manuel Díaz-Pinés dedicó a las “nuevas reinas” de Manzanares, las zagalillas, un poema en el que les animaba a que disfruten de este año. El homenaje finalizó con la entrega de una cerámica conmemorativa por parte de Teresa Jiménez, concejal de Festejos del Ayuntamiento de Manzanares.

Díaz-Pinés se despidió de los manzanareños entonando otra canción, en esta ocasión en gallego, titulada “Dos amores”, y anunció que el 30 de agosto será el encargado de ofrecer el pregón en las fiestas patronales de Jesús del Perdón.

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