Los vecinos de Retamar viven días de fiesta

La pedanía almodovareña de Retamar vivía este martes 5 de agosto el día grande de unas celebraciones patronales que, desde el pasado viernes y por espacio de una semana, organiza el Ayuntamiento del municipio para rendir tributo como es costumbre en estas fechas a la Virgen de las Nieves.

La patrona salía ayer precisamente en procesión a las nueve de la noche por las calles de esta aldea y, como es habitual, rodeada de decenas de vecinos y visitantes entre los que no faltaron las autoridades locales. Por la mañana, ya hubo misa en su honor a la una de la tarde y la jornada se completaba con la verbena popular que desde la medianoche ofrecía la orquesta Bámbola.

Este miércoles el programa de actividades incluye una eucaristía en recuerdo de los difuntos y, como plato fuerte, a las siete de la tarde tendrá lugar una suelta de vaquillas. Para finalizar, el baile popular de la noche lo amenizará el Trío Guadiana.

Será ya mañana jueves, día 7, cuando la programación se cierre con diferentes propuestas. Al mediodía los pequeños podrán disfrutar de un trenecillo y un castillo hinchable. A las dos y cuarto de la tarde, comida de hermandad a la que seguirá, casi a las cuatro, una fiesta de la espuma. Trío Guadiana tocará ya por la noche en la última de las verbenas populares que han sido programadas.

Con concursos de dibujo y truque comenzaban el pasado viernes las actividades. Al día siguiente tenían lugar juegos de mesa, parchís y dominó, así como torneo de cuatrola, carrera de cintas, atletismo infantil y juvenil y un concurso de ‘Sing-Star’. Además, a las nueve y media de la noche arrancaba el triduo religioso en honor a Nuestra Señora de las Nieves.

La jornada dominical arrancaba temprano, pues a las 9,00 horas se celebraba una competición de tiro al plato. Ya a las tres de la tarde se ofrecía una comida solidaria con la finalidad de recaudar fondos destinados a la iglesia y más tarde campeonato de bolos. Además de la segunda cita de triduo, por la noche se compartía una fiesta-guateque en la que los asistentes revivieron los años 60 y 70 del pasado siglo.

Y el lunes hubo chocolatada para despertar el día y coger fuerzas así para que desde la tarde se disfrutase de una gymkana infantil y un desfile de cabezudos. Acto éste que fue la antesala a la ofrenda floral que recibiría la patrona desde las 23,30 horas, una vez había ya finalizado el triduo. Con los fuegos artificiales y la verbena a cargo de Bámbola se daba paso al día grande festivo en Retamar.

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