Manuel Franco. Afiliado CCOO.- Una noticia relativa a Endesa, aún más importante que el frustrado encuentro con el Director General de Energía sobre la continuidad de Elcogás, ha sido el jugoso reparto de dividendos, 14.600 millones de euros, que la multinacional reparte entre sus accionistas. La venta del negocio en Latinoamérica al principal accionista, Enel, que se embolsa 13.400 de ese reparto, reduce el valor de la firma pero sus accionistas son compensados con creces… y vaya si va a crecer… el bolsillo de los que cierran esta operación.
Hasta aquí, el último jalón de un plan “necesario” para el oligopolio eléctrico español, europeo, occidental y global, plan no exento de complicaciones por las tensiones inter-imperialistas y sociales, y en el que los trabajadores y consumidores nada tenemos que decidir salvo el banco donde nos cargan el recibo de la luz.
Mientras estas operaciones consumen una importante “energía” humana de ejecutivos, financieros (bancos y seguros), leguleyos, cargos “electos” y funcionarios públicos a su servicio, la consolidación de Elcogás en la red eléctrica solo ha necesitado la preparación de unas cuantas declaraciones bobaliconas de buenas intenciones por parte del gobierno, del PP, del PSOE, de las cúpulas sindicales y de la dirección de la central; por parte de Endesa y el resto de socios, ni eso, un silencio que ningunea a los trabajadores afectados y al conjunto de la población en la comarca.
Esto es lo máximo que se puede esperar de la cacareada unidad de los agentes institucionales en la búsqueda de una “solución” que evite cierre de Elcogás. La central tira la pelota al Gobierno, el Gobierno a Elcogás, mientras, los dueños (no se sabe del todo si solo de la central o también del Gobierno) se dedican a los ajustes del “mercado” eléctrico latinoamericano y europeo. Las cúpulas sindicales de las federaciones estatales de industria, junto con las ejecutivas nacionales de CCOO y UGT, o bien son conocedoras de mucha más información que ningunean a los trabajadores o bien son también ninguneadas por patronal y Gobierno a pesar de “las buenas relaciones”, algo muy poco probable a estas alturas de la partida tras los fraudes de los cursos de formación, los Eres y la participación en los consejos de las cajas de ahorro brotando a la superficie. Pero en cualquiera de los dos casos no ofrecer y facilitar a los trabajadores de Elcogás la estructura necesaria para convocar una huelga en la comarca y extender el conflicto al sector eléctrico y laminería solo puede ser considerado como dar la espalda a los trabajadores y sus representantes directos, traicionar a sus afiliados.
Hay que romper con esta forma de abordar el conflicto y por supuesto con la política sindical. Esta última es insostenible para la propia organización de CC.OO. Tras conocerse el tipo de participación “sindical” en los consejos de las cajas y las “condolidas” declaraciones de Toxo de hace unos días, se ha roto el dique que contenía, a duras penas, la crítica interna. Algunas secciones sindicales (Justicia y bomberos de Madrid) han remitido protestas a la Ejecutiva y más de 60 sindicalistas, destacados por décadas y años de oposición y denuncia de las prácticas pro-empresariales en el sindicato han lanzado la campaña “Ganemos CCOO Para los Trabajadores”( ganemosccooo.blogspot.com.es) (elmilitante.net).
No solo hay que dotarse de análisis reales, programas concretos y planes decididos de defensa y lucha, hay que mandar a los dirigentes comprometidos o contemplativos al museo de historia, antes de que los acontecimientos los manden al vertedero histórico, como a Rodolfo Benito, Francisco Baquero…(e igualmente en UGTFernández Villa…) con Pujol y Bárcenas… junto con quienes vendieron la soberanía “constitucional” a los mercaderes de capital Zapatero/Rubalcaba, Rajoy/de Santamaría.Esta gente no son trabajadores, no viven como trabajadores, lo único que tienen que ver con los trabajadores es que viven a nuestra costa, no piensan como trabajadores.
Las decisiones sobre Elcogás se toman sin ninguna defensa consecuente de los intereses sociales de la población y laborales de los trabajadores.
Para dar la vuelta a la actual situación de angustia y desasosiego entre los trabajadores no es necesario esperar un congreso sindical, ni cambiar unas siglas por otras. Si las direcciones sindicales no encauzan una respuesta contundente, clara y decidida todo el peso de la responsabilidad recaería sobre el comité de empresa, las secciones sindicales y los propios trabajadores. Estos últimos han demostrado una enorme capacidad de organización y participación; manifestación, encierros, marcha, paro y concentración en Madrid, participación en la manifestación en defensa de la sanidad pública…, un alto grado de unidad que ha dificultado las maniobras empresariales y evitado la excusa de división con la que las cúpulas de CCOO y UGT dieron la espalda a los trabajadores de Silicio Solar, Solaria, etc… Y lo más importante, el apoyo de la mayoría de trabajadores de la comarca y el de muchos pequeños comerciantes de Puertollano y Ciudad Real como lo tuvieron en su momento los trabajadores de Solaria y Silicio, apoyo que disiparon los prejuicios y la falta de experiencia de los militantes de CGT y el sectarismo rayano en lo “amarillo” de CTI. Errores que no están presentes en este momento.
Todas las multinacionales están procediendo a un ataque brutal a las condiciones de trabajo que rompe el falso corporativismo. Las instituciones a su servicio están salpicadas por corrupción desde la jefatura de estado hasta el “sindicalisto” defensor del sindicalismo de moqueta. La acción independiente de los trabajadores, aunque no encuentre apoyo en los dirigentes y el resto de la “gran unidad” PP-PSOE-CEOE, contaría con el apoyo de los cientos de activistas de Puertollano y de la mayoría de los trabajadores:En el contexto actual sería un error no tomar la iniciativa si no la toma quien corresponde, las uniones provinciales.
No al cierre de ELCOGÁS
Por una Huelga General en Puertollano.
Por la extensión del conflicto al sector eléctrico y la minería.
Ganemos CCOO para los trabajadores.