La Ley de Seguridad Ciudadana, peligro para la convivencia

Miguel Ángel Mora Cuesta.- A finales de los 70 el estado usaba a los grises y después a los maderos (según el uniforme del momento) para evitar por “cualquier medio” protestas en la calle que pudieran importunar al gobernante. Era un sistema heredado de la dictadura con métodos de una violencia atroz en las calles y en muchas comisarías. opinionRecuerdo algún padre diciendo a su hijo con algún moratón en las costillas “Tú te lo has buscado. Sabías donde te metías” tras una manifestación pacífica.

Pasaron los años y poco a poco se fueron erradicando estas prácticas, a la Policía Nacional se le pedía cada vez mayor formación en el momento de ingresar  a la vez que se les formaba en las academias en formas democráticas y técnicas de investigación impensables hasta ese momento.

De este modo, y tras la retirada por edad de la vieja guardia se consiguieron unos cuerpos y unas fuerzas de seguridad decentes a quienes no daba miedo acercarse, servidores públicos serios y honrados preparados para la protección de acuerdo con la Ley con jueces que pueden corregir su errores y no para la persecución o la confrontación.

Estas fuerzas y cuerpos de seguridad, que ha costado más de 30 años reconvertir, con la nueva La Ley de Seguridad Ciudadana pasan a convertirse en jueces que valoran intenciones. De estas valoraciones vendrán sanciones administrativas que el ciudadano deberá abonar de entrada para después, si le quedan ganas o billetes, recurrir en los juzgados pagando las tasas correspondientes.

Teniendo en cuenta el sistema disciplinario de estos cuerpos, sus miembros se verán obligados a ejecutar órdenes más o menos arbitrarias de jefes cuyo puesto depende jerárquicamente del gobierno de turno en muchos casos. El ciudadano de a pie dejará de ver al policía como el que le protege de vándalos que quieran reventar manifestaciones pacíficas, no pasarán a verlo como el enemigo que me sanciona, el enemigo que me golpea, el enemigo que camuflado, bajo la excusa de la investigación, revienta cualquier protesta con la finalidad de demonizar a convocantes e idea origen de la protesta.

Situación peliaguda y peligrosa la que se le plantea al ciudadano ante cualquier abuso policial cuando ni tan siquiera puede documentar gráficamente los hechos por estar prohibido. Situación peliaguda y peligrosa la de encontrarse enfrente a un vecino con órdenes que debe cumplir usando niveles de violencia con los que seguramente no está de acuerdo pero “es su trabajo”, “cumple órdenes”…  y  que me perdone quien lea estas letras si afirmo que el nivel de violencia a la hora de disolver cualquier protesta ciudadana se va a elevar al amparo de esta Ley.

Me resistía a creer que leyes de este tipo se pudieran aprobar por nuestro parlamento a estas alturas. Llegué a creer que era cierto que teníamos una derecha civilizada, con la que no me identifico, y que quienes tenían planteamientos represores como los relejados en la ley eran determinados nostálgicos de avanzada edad que no pintaban nada salvo a la hora de votar.

Gran error el de Miguel Ángel. Según se ve, estos planteamientos se encuentran en el ADN del partido que nos gobierna por mucho que quieran adornarlo. Por suerte el resto de fuerzas políticas, equivocadas todas para el PP, ya han anunciado que en cuanto puedan la derogarán.

Mientras esto ocurre, mientras la padezcamos, no caigamos en el peligroso error de identificar a una Policía o una Guardia Civil mal empleada por el Director General de turno. No caigamos en esta tentación y pidamos a las distintas asociaciones de estos cuerpos que eleven sus voces en contra de la Ley de Seguridad Ciudadana como creo que ya han hecho.

El ciudadano no verá nunca al Ministro. El ciudadano verá al policía que lo para, lo identifica y lo denuncia. El ciudadano verá al policía en una carga, no verá al delegado o al subdelegado del gobierno correspondiente de quien parten las órdenes.

Todo esto, creedme, supone un grave peligro para la convivencia pacífica que venimos manteniendo a pesar de los pesares.

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2 COMENTARIOS

  1. Cuanta razón tien el que escribe esto, quieren ocultar el que la gente, pueda salir a la calle a decirles, que no estamos de acuerdo con los decretos del gobierno (Ya que gobiernan a base de decreto ) que estamos hartos de la pilítica que ha dejado a esta sociedad sin clase media, sin esperanza para los jóvenes, y con una tercera edad, bajo mínimos. Solo nos falta esto.

    el Ministro del Interior cortando la libertad de expresión, y el anterior Ministro de Justicia, poniendo unas tasas judiciales, que no podemos soportar, por lo que tampoco podemos recurrir a la justicia, para que nos defienda, de los abusos que está Ley deja sobre el papel. ¿ Hasta donde está derecha, está dispuesta a llegar, con las leyes que nos imponen ?

    Porqué, hablamos de Le Pen en Francia, y no nos miramos nosotros un poco el ombligo?

    Que impresentable, que desfachatez, que mentiras y que abuso de la mayoría absoluta.

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