Se ha ido un buen hombre: ‘Angelito’, el chico de Los Faroles

Anabel Márquez.- El pasado 5 de febrero a las 5:00 horas se fue para siempre la persona más importante de mi vida con la que he compartido 37 años y tres hijos estupendos. Esta persona es ÁNGEL NOTARIO EXPÓSITO, por si alguno no lo conocéis, propietario de los dos bares denominados “Los Faroles” en Ciudad Real capital.

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Ángel era una persona entrañable, bueno, sensible, generoso, nunca decía “no” a nadie, le encantaba ayudar a la gente. Era buen profesional, amigo de sus amigos, excepcional padre y esposo. Su palabra la mantenía siempre hasta el final, aunque no hubieran firmas de por medio. Todas  estas cualidades y más se reunían en él, aunque parezca mentira. Es que Ángel era un BUEN HOMBRE con mayúsculas.

Por casi todos es sabido que la enfermedad tan dura que sufría durante un año, pudo con él, pese al esfuerzo de superación, las ganas de vivir, la ilusión y el coraje que le puso. Desde que se la detectaron hace relativamente poco, luchó lo indecible. Luchó por su familia, por seguir manteniendo sus negocios abiertos, por sus empleados… luchó, claro que luchó, pero al final la maldita enfermedad se apoderó de su cuerpo y le ganó la batalla.

Pero hasta ese momento no perdió la sonrisa, el buen hacer, la dedicación a sus hijos, a sus negocios… Quería continuar como si nada hubiera pasado, como si no fuera con él la enfermedad porque lo que ansiaba era poder con ella y sobre todo luchaba por dejar a su familia sin ningún tipo de carga de ninguna clase.

Sufría por los demás más que por él mismo, pensaba en la situación familiar de cada empleado, de cada amigo…. Y eso solamente lo hacen los buenos hombres, buenos de corazón.

En su vida tuvo muchos obstáculos, y los fue solventando poco a poco, con ayuda de sus amigos, de su mujer y sus hijos y siempre remontaba una y otra vez. Pero esta vez no pudo, esta vez se sentía impotente cuando en los últimos meses estaba tan débil que le faltaba el aliento.

Pero se sentía reconfortado cuando los que le querían, y se preocupaban por él, le llamaban, venían a casa a verle, se acercaban al hospital para ver qué tal se encontraba en los días de ingreso…

Por eso me he decidido a escribir estas letras de AGRADECIMIENTO, que van dirigidas a los verdaderos amigos y familiares que estuvísteis ahí desde el principio, día a día con él. Los que le llamábais casi a diario preocupándoos de su progreso, los que ibais a verle pese a estar pachuchos, los que les mandabais whatsApp desde cientos y cientos de kilómetros, como Madrid, Valencia e incluso desde Miami (¿verdad que sí Bárbaro?), vosotros sí sabíais lo que penaba y que aún así no se rindió hasta el final.

Vosotros os habéis comportado como una verdadera familia, y es a vosotros, los de aquí y los de allí, los que no habéis dudado en haceros kilómetros por estar a su lado para darle el adiós (gracias Vir y Tomás Maza)  y los que estabais a un paso de él; es a vosotros, a los que habéis sufrido con él su dolor, habéis apoyado, habéis hecho que se riera para que se olvidase de su enfermedad,  a los que mis hijos y yo, su esposa, queremos agradeceros en cuerpo y alma la despedida que le disteis.

Sé que la mayoría de vosotros le queríais de corazón, le vais a echar de menos como mis hijos y yo y más de una vez le mencionaréis cuando veáis una farola de cerveza o paséis por la puerta de unos de los dos establecimientos. Seguro que alguno de vosotros hablaréis de Angelito, “el chico de Los Faroles”, como le llamaban desde que empezó con 16 años a trabajar en el de la Plaza del Pilar y hace cinco cuando abrió el que está frente al Hospital.

En fin, esto demuestra que a veces la familia no está formada por los de la misma sangre, si no por aquéllos que te quieren y te acompañan en las duras y en las maduras sin pretender un protagonismo que no corresponde ni nada a cambio. Y es para estos una vez más mi agradecimiento infinito por las muestras de cariño hacia mí y hacia mis hijos.

Queremos agradecer el trato tan exquisito que recibió en Hospital de Día de Oncohematología, a Clara, Vicente,… y demás personal del que Ángel no dejaba de hablar y de ponerlos por las nubes porque sois gente especial, sensible, con gran dedicación y muy humanos, aunque vosotros seguro que también echaréis de menos sus chistes tan malos de cada día cuando iba a veros y con los que sonreíais nada más empezar a contarlos.

Este mismo agradecimiento es para el Servicio de Paliativos a Domicilio de Miguelturra en especial a Cristian y Eugenio que más que médicos han sido para mí personas entrañables a las que no podré olvidar jamás, así como a las enfermeras que venían con ellos (gracias Cristian por tu abrazo en ese momento tan difícil para mí, fuiste de gran ayuda a la hora de tomar una decisión tan complicada).

Por último permitidme un agradecimiento especial a mi familia directa, que tanto respeto, cariño y comprensión me han demostrado durante todo este año; a Agustín Dueñas, amigo en el amplio sentido de la palabra y a Francisco Javier Notario Expósito por estar ahí desde el principio y por abrazar a mi hija cuando estaba rota de dolor, gracias de verdad.

Y, cómo no, a mis HIJOS con mayúsculas por haberse comportado como lo hicieron, por no entrar a la provocación a la que fueron sometidos, por demostrar la entereza y la valía como seres humanos inmensos que son, en un día tan triste. Estoy más que orgullosa de vosotros y sabed que papá esté donde esté se habrá quitado el sombrero por vuestro saber estar.

Gracias, gracias a todos por darle el último adiós a UN BUEN HOMBRE, ÁNGEL NOTARIO EXPÓSITO, EL CHICO DE LOS FAROLES.

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12 COMENTARIOS

  1. Lo siento de veras, no lo he sabido para poder acompañaros en su despedida. Un gran trabajador y buena gente, es verdad, a pesar de las dificultades sabia estar.
    Un abrazo Anabel y a los chicos.

  2. Mi más sentido pésame para la familia de Angel, era una buena persona. Soy un amigo de la infancia, íbamos juntos a la escuela. No sabía que estaba mal y me he enterado de su fallecimiento al ver ésta noticia. D.E.P. Angel, mi recuerdo para ti.

  3. Primo te llamabas Angel, eras un ángel y ahora eres un ángel haya donde estes, sabes que tanto tu tía Isabel como yo no te queriamos, te adorabamos, por desgracia no pudimos estar para despedirte, y eso lo tenemos clavado en nuestro corazón. Siempre estarás con nosotros porque a una persona como tú es difícil de olvidar. Se que cuando vea una luz muy brillante, la que más brille, serás tú, que como siempre has sido, estarás para cuidarnos, eres, y nunca mejor dicho, nuestro Angel de la Guarda.
    Se que por tu forma de ser aunque no te veamos vas a estar siempre ahí para cuidar de los tuyos y sobre todo de tu mujer, que sabes que te adoraba, y de tus hijos que te querian a rabiar. Ya no puedo seguir escribiendo más, sólo decirte que te queríamos, te queremos y te querremos toda la vida. Un beso mi Angel

  4. Un profesional excelente, siempre encantador, un cara para mi inolvidable desde crio. Sinceramente, mi mas sentido pesame, Descanse en Paz

  5. Aunque no tuvimos un trato directo y personal, si teniamos algo en común, Ciudad Real, ya ves que donde estas no necesitas pérgolas, ni firmas, ni políticos indignos que tengan que dejar de serlo, tus faroles nos iluminaran por siempre, un abrazo Quijote, porque no hay que inventarse ser pandorgo para ser historia de tu tierra, de tu ciudad, solo ser Quijote y tu lo eras, descanses en paz.

  6. Estoy pasando unos días en Ciudad Real y no puedo olvidarme de ti, Ángel, como tampoco de quienes trabajaban contigo en LOS FAROLES.
    Verdaderamente Ángel, desde la lejanía, acordarme de Ciudad Real, era acordarme de tu bar, de tus tapas, de tus bocadillos, de tus cervezas, de tu buen hacer… Sobre todo de ese modo tan peculiar y particular, por no decir único, de entender el servicio de la hostelería. Realmente creo que, y he viajado mucho, no he conocido otro camarero tan generoso y entregado, como tú. En concreto recuerdo una anécdota: Estaba una familia, sentada en una de tus mesas, acababas de servir a todos sus consumiciones. De repente, a un niño se le cayó su vaso… No tardaste nada en ponerle otro, al instante, sin reproches, con alegría, a pesar de que los padres del muchacho se oponían, pero tú, con esa generosidad y talante, repusiste ese vaso con su contenido, sin pedir nada a cambio, desinteresadamente… mencionando a aquella «vieja escuela» en la que te formaste y educaste, yo añadiría, la escuela de los hombres honestos, honrados, generosos, sensibles, empáticos, compasivos, misericordiosos e íntegros. Hoy pido a Dios que te conceda la Gloria y el Gozo Eterno y que desde allí sigas velando por tu familia, por tus seres más queridos y por quienes, como yo, hemos sentido tu partida hacia la Casa del Padre, pero que sabemos desde allí intercederás por quienes seguimos aquí, así como quienes aún seguimos en este Valle de Lágrimas, rezaremos por ti. Esperaba reencontrarme de nuevo contigo, estos días de junio de 2015, en Ciudad Real. El día que Dios me llame a su presencia, estoy seguro de que nos reencontraremos y no dudaré en reconocerte, porque los amigos de Dios se conocen siempre y porque tú, amigo de Dios, quiero que Allí seas también mi amigo. Gracias Ángel. Hasta siempre. Hasta pronto. La vida es un soplo, una sombra que pasa. Nos veremos. Recibe un abrazo. Tom.

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