La Merced rememora el siglo de oro y el bullicio de los corrales de comedias

Luis Mario Sobrino Simal.- El Museo de la Merced acogía esta tarde la conferencia Corral de Comedias: entre cómicos y mesoneros anda el juego (grandezas y miserias de la farándula barroca) impartida por Pedro González Coello. Una charla en la que ha girado en torno al teatro del Siglo de Oro, especialmente en relación con el Corral de Comedias de Almagro, y haciendo hincapié en las costumbres de la vida de la época.

corral-de-comedias-01
Una inmersión en el período del siglo XVII, con la que González Coello, autor del libro Corral de Comedias: Crónica de la farándula trata de dotar al lector de más elementos a la hora de valorar y disfrutar de una obra de teatro del barroco.

Este profesor recuerda que el interior del Corral de Comedias era un lugar con mucha animación donde se veía el reflejo de la clases sociales. Los hombres de clase baja se ubicaban en el patio y normalmente veían la comedia de pie, salvo algunos que pagaban un extra por tener un asiento en un banco lateral. «Eran los mosqueteros y los que provocaban determinadas grescas que dificultaban la representación», comentaba. Las mujeres de clase baja ocupaban la zona denominada la cazuela: el primer corredor enfrente del escenario. Desde allí veían la obra y es en ese lugar donde intervenía la figura conocida como el apretador, «porque como los vestidos de la época eran absolutamente anchos con el miriñaque y demás, tenían que hacer todo el sitio posible para meter cuanta más gente mejor». Por último, la nobleza iba a los aposentos laterales y normalmente entraban por un sitio diferente, a través del edificio anejo al Corral.corral-de-comedias-02

Por otro lado, González Coello explicaba que el en Corral de Comedias existían distintas formas de cobro. «Por una parte se cobraba por entrar, luego se pagaba por asiento o por aposento en función de qué tipo de persona fuera y a qué lugar fuera a situarse. Aparte de eso había una cuota para quienes fabricaban los bancos o las sillas, que normalmente eran pertenecientes a órdenes religiosas y con ese dinero mantenían los hospitales, etc.»

Asistir a las comedias en los corrales se convirtió en un fenómeno de masas y el teatro se erigió en el entretenimiento para la mayoría de la gente, tanto personas con pocos recursos como para la gente noble.

Relacionados

1 COMENTARIO

ESCRIBE UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí


spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img