Punto Sur

José RiveroEl Sur no parece ser un lugar geográfico ni geofísico, por más que lo aparente; sino un concepto moral, circunstancial y mudable. Incluso puede albergar ese Sur, hasta una ideología oculta y poco desvelada entre los conflictos esbozados por la Geopolítica del Norte contra el Sur, del Desarrollo contra el Subdesarrollo. Tampoco reconocible resulta ser el Sur, cuando decimos cautelosamente eso de «Ser del Sur«, que daría para un juego de palabras tal como «El Sur es«, o incluso «El Sur existe«. Construcciones morales que permiten seguir la deriva opuesta de «El Norte tiene» o «El Norte parece«. Por ello hay que entender la afirmación latinoamericana reivindicativa de ‘Nuestro Norte es el Sur’.

001 Y es que el Sur aparece definido en el DRAE como un «Punto cardinal del horizonte, diametralmente opuesto al Norte«. Cuando bien cierto es que en la definición del Norte, no se cita para nada el Sur; como si sobrara su presencia o como si no existiera el Sur en relación al Norte. Sólo se hace constar en la definición, que ese Norte, prepotente y sobrado de referencias, es, nada más y nada menos, que el «Lugar de la Tierra o  de la esfera celeste que cae del lado del polo ártico«. Y luego para redondear el sofisma del Norte mismo, se empaqueta ese enclave junto a la Estrella Polar y al hemisferio Boreal.

Como si al definir al Sur se hubiera hecho constar otros paralelismos, como La Cruz del Sur, el hemisferio Austral y el Polo Antártico. Todo ello como parte de su definición, a veces imposible, otras difícil. Como si para definir a un hombre negro o de color, se dijera absurdamente de él, que es «lo opuesto o lo contrario al hombre blanco«, en lugar de precisar algunas de sus características y de sus atributos propios. Como si lo negro sólo existiera por oposición a lo blanco; como si lo sureño sólo existiera por oposición a lo norteño; como si el Sur sólo existiera por relación al Norte.002

Y eso que hablando desde Europa, lo hacemos desde el hemisferio Norte; aunque al mismo tiempo, España sea uno de los países del llamado Sur de Europa. Y escribiendo desde Ciudad Real, volvemos a ubicarnos en una provincia con acomodo y localización en el Sur de España y en la llamada Meseta Sur y en la antigua Castilla del Sur o Castilla la Nueva. Con lo que continuamente, dudaremos de nuestra ubicación y de nuestra pertenencia. O esta es rara y contradictoria, al resolverse como el Sur de un país que a su vez es el Sur de un continente ubicado, pese a todo, en el hemisferio Norte.   Quizás de aquí derive la posición de los planos, en el hemisferio Norte, con la cabecera o parte superior orientada siempre al Norte, dejando a los pies al Sur. Y demostrando que la cabeza siempre supera a los pies.

004Pero lo que más me llama la atención es la vinculación del Sur con un punto, por muy singular e importante que se presuma ese enclave y por ello se le apellide como ‘Punto cardinal’ o ‘Punto Sur’. Aunque luego, el punto en el citado DRAE, asuma y tenga toda la importancia que luego se le quiera quitar y reducir. Y es que el punto siendo tan pequeño, escaso y corto, como fijan las acepciones  vigésimo primera y vigésimo segunda del diccionario, aparece más tarde revestido de múltiples sentidos y acepciones, y ello sobre todo en las múltiples acepciones ortográficas, como si fuera una floresta de puntos: Punto final, punto seguido, punto y coma, punto y aparte o puntos suspensivos.

Y hay que llegar, por ello y despacio, a la acepción cuadragésima del repetido diccionario, para encontrar el sentido geométrico profundo, que hace constar que el referido y repetido Punto «es el límite mínimo de la extensión, que se considera sin longitud, sin  latitud y sin profundidad«. Vamos, que un punto es una pura nada dimensional y un puro vacío existencial. Aunque para ser el punto un trozo o porción de vacío, tiene la complejidad entera del enigma mismo; al permitir que por su escasa dimensión pasen infinitas rectas. Que se dice pronto, y que es tanto como pasar súbitamente, y sin solución de continuidad, del ‘Cero al infinito’. ‘El cero y el infinito’, que ese es el título raro y mal traducido, del ‘Darkness at moon’ de Arthur Koestler, que más sería adecuadamente ‘Oscuridad al mediodía’. Con la extraña coincidencia de que para nosotros, los habitantes del hemisferio Norte, el Mediodía es también la forma de designar el Sur. Y por ello la ‘Oscuridad al mediodía’ sería ya la ‘Oscuridad al Sur’ o la ‘Oscuridad en el Sur’ y en el límite forzado ‘Oscuridad del Sur’. Como si tales fenómenos, de falta de luz y de oscuridad abundante, no pudieran acontecer de hecho en el Norte; que suele ser de suyo más umbrío y oscuro que su antagónico e iluminado Sur.

005La otra cuestión tiene que ver con los sentidos complementarios otorgados al misterioso Punto. Desde el famoso y reconocido ‘Punto de vista’ que suele ser un lugar privilegiado o una mirada personal; al Punto neurálgico’ que es algo más que la llamada central de la neurología. Desde ‘La puesta a punto’ como ejercicio de preparación y entrenamiento, al ‘Punto de caramelo’ que advierte del momento idóneo de un trabajo culinario; donde también aparece otro forma bajo el ‘Punto de nieve’. Desde el requerido ‘Punto en boca’ para solicitar un silencio total y enmudecido, a todas las costuras posibles que se articulan como ‘Punto de cruz’ o como ‘Punto de cadeneta‘.

De igual forma que Sur,  puede servir para designar una revista argentina de 1931 y de nombre ‘Sur‘, fundada por Victoria Ocampo y Jorge Luís Borges, al famoso tango de 1948 ‘Sur‘, de Homero Manzi en la letra, y con música circular de Anibal Troilo. Un tango cuya letra según Wikipedia  «es una elegía de un amor perdido enmarcada en los hitos de la zona sur de Buenos Aires, lamentando tanto el final de una historia de amor y los cambios en el barrio«. Que ya será ese Sur del Sur más evidente; en la medida que Buenos Aires es puro hemisferio Austral Por ello, cantaba Edmundo Rivero:

«Sur,
paredón y después…
Sur,
una luz de almacén…
Ya nunca me verás cómo me vieras,
recostado en la vidriera y esperándote
«.

También  unos relatos de Adelaida García Morales  llevados luego al cine por la mano maestra y norteña de Víctor Erice, con nombre idealizado de ‘El Sur’. Produciendo un ajuste luminoso del Sur del Pasado y del Sueño, al Norte del Presente y de la Cotidianeidad. Aunque nunca sabremos cómo pretendia terminar Erice del Norte, esa ciclo su reño, en la muy sureña ciudad de Carmona; a caballo de la Vega que cantara tanto y  con tanta repetición Fernando Villalón:

«Diligencia de Carmona

la que por la Vega pasa

caminito de Sevilla

con siete mulas castañas,

cruza pronto los palmares,
no hagas alto en las posadas
mira que tus huellas huellan
siete ladrones de fama.

Diligencia de Carmona,
la de las mulas castañas».003

Incluso, Armando Lasauca, el que fuera fundador de la línea de confección masculina en los primeros ochenta ‘Massimo Dutti’, al vender a Inditex su franquicia en 1991, se inventó otro nuevo nombre llamado ‘Polo Sur’, dejando al grupo gallego y norteño, el ‘Polo Norte’ de ‘Massimo Dutti’. También Arturo Pérez Reverte y su obra ‘La reina del Sur’ o la escuela de profesiones artísticas, puesta en marcha por ‘La Fábrica’ denominada ‘SUR‘.

«Nostalgias de las cosas que han pasado,
arena que la vida se llevó
pesadumbre de barrios que han cambiado
y amargura del sueño que murió
«.

 

Periferia sentimental
José Rivero

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2 COMENTARIOS

  1. Algunos dicen Manuel, que el mejor Sur es el que se esconde. Yo, a veces, lo creo; aunque no lo sienta por la cosa del frío.

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