Crónica de la ruta senderista por la Cañada Real Conquense o de los Serranos

Manuel Mohedano Herrero. Ecologistas en Acción-Valle de Alcudia.- Ecologistas en Acción-Valle de Alcudia realizó el pasado domingo una ruta senderista recorriendo un tramo de la Cañada de los Serranos, entre Castellar de Santiago y la Sierra del Cambrón.
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La Cañada Real Conquense o de los Serranos atraviesa la zona oriental de la provincia de Ciudad Real de norte a sur y recibe este nombre porque procede de la provincia de Cuenca, aunque su origen está en las Sierras de Albarracín y de Tragacete, en la provincia de Teruel; también por la denominación de “serranos” que se aplicaba a los pastores procedentes de las sierras de Cuenca y de Teruel, que recorrían dos veces al año estos caminos para trasladarse con sus rebaños en busca de mejores pastos: hacia el sur en otoño y hacia el norte en primavera.
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Para realizar la última ruta diurna de la primavera hemos aprovechado la subvención que el programa “Caminamos por nuestros senderos”, de la Diputación Provincial, concede para el recorrido y conocimiento de los senderos señalizados por la misma, y elegimos el último tramo de la Cañada de los Serranos en la provincia de Ciudad Real, por el término municipal de Castellar de Santiago hasta las estribaciones de la Sierra del Cambrón, límite natural con la provincia de Jaén y la Comunidad de Andalucía. Comenzamos la ruta en un camino que parte de la carretera Castellar-Torrenueva y que, en un ligero ascenso entre olivos, nos lleva hasta la Umbría del Hortelano, punto en el que se une a la Cañada de los Serranos, que ya no abandonaremos en ningún momento. Desde aquí se nos ofrecen unas magníficas vistas del Campo de Montiel, un paisaje formado por pequeñas sierras, cerros y lomas de no mucha altitud, con la Sierra del Cambrón al sur.

El camino inicia ahora un suave descenso por una vaguada entre dos cerros de nombre evocador, Cerro Lobo y la Peña del Tesoro, hasta llegar a un arroyo de nombre no menos curioso, el Arroyo de la Cañada de los Sapos, cuyo cauce, totalmente seco por la escasez de lluvias de esta primavera, pero que presenta una alargada mancha de verdes juncos, seguiremos durante un buen tramo de nuestro caminar. La vegetación también ha cambiado, estando representado el bosque mediterráneo en todo su esplendor: encinas, chaparros, coscojas, lentiscos, cornicabras, labiérnagos, brezos, jaras, tamujos, mejoranas… Junto al arroyo, además de la cañada, discurre el camino viejo de Santa Cruz de Mudela a Castellar o Camino de Andalucía, recuerdo de cuando estos caminos eran el paso natural de Castilla hacia Andalucía oriental, Linares, Baeza, Úbeda, Jaén, Granada…
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Aunque el calor no es aún excesivo y corre una ligera brisa, las sombras que proporcionan las encinas de más porte son aprovechadas para unos breves descansos, tomar líquidos y conversar con los compañeros de ruta.

Cruzamos la carretera Almuradiel-Castellar y continuamos el camino entre terrenos de cultivo, olivares y restos de los encinares que hace tiempo cubrieron estas tierras, hasta llegar a uno de los descansaderos construidos junto a la cañada, con mesas y bancos de piedra a la sombra de viejas encinas, que utilizamos para otro descanso y recuperación de fuerzas, pues ya la exposición al sol va haciendo su mella y se agradece un poco de sombra y la toma de líquidos que compensen lo perdido. Seguimos nuestra ruta junto a otro arroyo también seco. Continuamos entre encinas y llegamos a un puente muy curioso, parece construido sobre un terreno seco, pero es una rambla que imaginamos en algún momento llevará agua y el puente podrá ser útil para cruzarla; algo más allá, alcanzamos otro descansadero, éste junto al Pozo del Cura, cuya sombra y agua fresca utilizamos para una parada algo más prolongada, comer y descansar. Incluso hay quien se atreve a sumergir sus pies en las aguas que sacan del pozo, para aliviar así el recalentamiento sufrido en la caminata. Estamos ya a los pies de la Sierra del Cambrón y el resto de la ruta va siguiendo la ascendente falda del cerro hasta alcanzar el puerto que sirve de límite entre Ciudad Real y Jaén y que pone fin a nuestra ruta por la Cañada de los Serranos.

Aquí nos esperaba el compañero Teodoro Cobos, defensor de los caminos públicos y ex alcalde de Castellar de Santiago, con el que mantuvimos animada charla sobre la problemática de los caminos y del medio ambiente en su localidad, castigada por los abusos de terratenientes y banqueros y la complicidad de las autoridades que debían velar por la defensa de lo público. Decidimos continuar la charla de vuelta a Castellar, mientras nos refrescábamos con unas cervezas, como así hicimos, no sin antes ser saludados por un intenso pero breve aguacero, fruto de una tormenta que llevaba largo rato anunciándose.

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