Puertollano: Cristina García Rodero pronuncia la lección inaugural de los Cursos de Verano de la Complutense

“A mí no me gusta hablar, pero sí contar cosas, por eso soy fotógrafa. Recorro el mundo metiendo las narices donde nadie me llama intentando comprender y hablando de diferentes culturas. Cada día intento hacer un trabajo de mayor calidad”. Así comenzó su intervención la fotógrafa de Puertollano Cristina García Rodero con motivo de la inauguración de la 28ª edición de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense, presidida por el rector Carlos Andradas.
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Rostros con la expresividad a flor de piel, cuerpos en escorzo, niños que rompen una historia de adultos, opuestos y dualidades, blanco y negro, seres humanos con su historia y su cuerpo: el tejido de una creativa excepcional. El universo de García Rodero desemboca en una lección inaugural dominada por la imagen. Hasta cinco series de fotografías, solo interrumpidas por los argumentos de alguien que se mantiene con fuerza y sensibilidad para continuar en su oficio, se muestran en la primera velada sanlorentina.

La España oculta supone un giro copernicano en la fotografía española. Recién licenciada en Bellas Artes, García Rodero obtiene una beca de la Fundación March para dar una visión general de España. En este trabajo invierte quince años (1974-1989) de su vida captando nuestras fiestas populares: “En este proceso me convertí en reportera. Disfruté de la gente cuando España era pobre y hospitalaria”. En algo falló García Rodero porque el término de “España oculta” no se impuso al de “España profunda”, palabras que provocan que le rechinen los dientes. El “meón” del carnaval y la niña de blanco en las puertas de un sombrío cementerio gris han pasado a la historia mundial de la fotografía.
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María Lionza: la diosa de los ojos de agua es otra serie de fotografías que recoge los gestos y la espiritualidad de personas que entran en trance con el fuego. Confesando su escepticismo, García Rodero relata que incluso a una persona que no descontrolaba en este escenario le espetó “que estaba en trance de medio cuerpo para abajo”. Su presencia en una montaña de Venezuela donde se veneran a los ancestros, además de abrirle el paso al mundo digital, le pareció una experiencia “plástica, bella, dura, extraordinaria y diferente”.

Tras la ecléctica Entre el cielo y la tierra, García Rodero se explaya en sus dos experiencias indias: Kumbha Mela, una peregrinación festiva de 85 millones de personas, y la celebración Holi, la estación del amor donde todo lo malo muere –“todavía tengo las uñas pintadas de colores y hace cuatro meses de esto”-.

Imágenes, intensas, en blanco y negro la mayoría, acompañadas de música, que muestran un ayer y un hoy, toda una vida de una fotógrafa que cambió un día los pinceles por la cámara y que no ha parado de recorrer el mundo para mostrarnos otras vidas, otras costumbres, otras religiones, el dolor, la alegría. En definitiva, la vida.

Tras la exposición de García Rodero, Carlos Andradas, rector de la Universidad Complutense, que presidió el acto de inauguración, elogió la obra de la fotógrafa y destacó la creatividad como valor que debe fomentar la universidad. De los Cursos de Verano, destacó tres características esenciales: la variedad, con “un amplio abanico de inquietudes y demandas”, la pluralidad o “diversidad de cerebros y conciencias” y el rigor, la seriedad por comprender la “complejidad del mundo de nuestro tiempo”.

Los Cursos de Verano de la UCM, patrocinador por Banco Santander, se desarrollarán hasta el 24 de julio en San Lorenzo de El Escorial.

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