Aunque los actos en su honor vienen dándose desde el fin de semana pasado, los festejos se han clausurado este pasado sábado con la función religiosa que ha tenido lugar en la Ermita del Cristo de la Luz y la tradicional procesión con pitada incluida a su paso por las principales calles de Daimiel.
Tras la comida de hermandad y el concurso de habilidad con tráiler que tuvieron lugar el pasado fin de semana, los actos en honor a San Cristóbal tocaron fin este sábado con una solemne función religiosa y posterior procesión. Desde las ocho de la tarde en la Ermita del Cristo de la Luz se concentraron más de un centenar de personas que, acto seguido, fueron testigos de la bendición de vehículos congregados ante el templo.
Una vez concuida la eucaristía, la talla de San Cristóbal fue acomodada sobre un singular trono acoplado a un vehículo para iniciar así una procesión de una treintena de camiones que se extendió durante más de dos horas por las calles de la ciudad y que custodiaban a su Patrón. El desfile se dejó sentir con una sentida pitada de claxón que anunciaba el paso de San Cristóbal dentro de un recorrido que concluyó cerca de las diez y media de la noche en el Recinto Ferial.
El alcalde, Leopoldo Sierra, estuvo acompañando a la asociación daimieleña durante el oficio y las bendiciones. También, en el último vehículo que flanqueaba al Santo, participando así del desfile y apoyando a uno de los sectores con más arraigo en la localidad.
El evento se cerró sin incidentes, y finalmente los dueños de los vehículos y acompañantes pudieron disfrutar de la cena de hermandad que tuvo lugar en los Salones del Lady Gema.
