Cecilio Amores, en el pregón de Manzanares: “Viva la vida que es la feria, viva la feria que es la vida”

Con una clara apología a la vida y a la felicidad, Cecilio Amores puso de manifiesto su talento literario y su profundo amor por Manzanares en el pregón que pronunció este miércoles en “La Pérgola” en la jornada inaugural de la feria 2015. La feria y esta ciudad, con sus muchas peculiaridades, fueron los indiscutibles protagonistas del discurso de este polifacético profesor que nació en Tarragona, creció en Madrid y hace vida en Manzanares desde hace casi treinta años, muchos de ellos vinculado al grupo de teatro “Lazarillo TCE”.
amores
Tras la proclamación de zagalillas, Cecilio Amores ofreció un exquisito pregón de feria, cometido que agradeció al Ayuntamiento antes de tejer un precioso texto salpicado de expresiones y rincones “de este lugar poderoso al que le debo mucho y me ha enseñado mucho”. “Gracias a este pueblo por tratarme tan bien”, dijo en la parte final. Concluyó con un “Viva la vida que es la feria, viva la feria que es la vida”, idea que repitió durante el pregón y que resume a las claras cuál fue su objetivo.

En un pregón de feria, Amores dijo que lo más importante era la feria. Y la vinculó a la vida, a la felicidad y al amor. “La felicidad es una feria, y el amor, y la vida”. Pero también habló de Manzanares. Y lo hizo como sólo él sabe expresarlo, con una prosa que sonaba a poesía y que regaló a los manzanareños mágicos momentos, como cuando dijo que en este pueblo se pueden cruzar “puentes de reina”, caminar por calles empedradas sin piedras “y donde hasta los pinos tienen un paseo”, por citar algunos ejemplos, sin olvidar que ésta es una tierra en la que la vendimia no acaba hasta que se limpian los capachillos.

En la primera parte recordó que, como Serrat, “nació en el Mediterráneo”, y como Sabina se marchó a Madrid, de donde reconoció que le queda el deje “macarra”, que también puso de manifiesto en el pregón cuando, con estilo, propuso “sacarle la lengua en desbandada a la desesperanza, a los campos de hiel y griterío de la falta de clase, de la falta de estilo y a las chillonas puertas de la puta miseria”.

La concejala de Festejos, Esther Nieto-Márquez, tras los aplausos del público que se dio cita en “La Pérgola”, entregó a Cecilio Amores una placa de agradecimiento y de recuerdo como pregonero de la Feria 2015. Inmediatamente después, desde la parte posterior del recinto, los fuegos artificiales iluminaron el cielo manzanareño para anunciar el inicio de la fiesta. El público tuvo que retirarse y cobijarse ya que la proximidad de los cohetes y los restos que caían obligaron a buscar una mejor posición.

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