Efemérides musicales: Hola Bruckner, hasta luego Grieg

con-los-oidos-bien-abiertos-3Audiolectores y audiolectoras de miciudadreal, este medio informativo tiene la valentía de ofrecerles un espacio para el disfrute y la afición hacia la música más entretenida de la humanidad.., la llamada música clásica. Comparen los anodinos y monótonos tres o cuatro minutos que dura una tonada musical actual, con una obra clásica de la misma duración. No es difícil advertir que la canción pop actual mantiene a lo largo de su duración el mismo ritmo, el casi el mismo tempo, el cadencioso e impertinente estribillo, la mismas armonías simplonas y los estandarizados timbres instrumentales. Comparen la insufrible canción Palabras de Amaia Montero con cualquier canción de Schubert y sin duda seguirá escuchando a la primera. Claro.., pero es que todo es cuestión de curiosidad y de hábito. La industria musical ha colonizado nuestras mentes con un tipo de música cuyos patrones estandarizados resulta difícil, en principio, romper. Pero es necesario salirse de los carriles limitantes que ha impuesto la industria musical actual en el cerebro de esa parte de la humanidad que tiene el privilegio de poder acceder a un diversísimo universo de sonidos y productos musicales. La ventaja de la música clásica es que su versatilidad permite con más facilitad aficionarse a otros géneros aparentemente distantes. Ampliar el registro de lo audible. El aficionado a la música clásica está habituado a escuchar tanto las monódicas obras medievales como las estridencias musicales del siglo xx. El melómano clásico está habituado a los cambios de ritmo, de tonalidad, de armonía, de timbres instrumentales, de tempos… Con esa ausencia de límites, el aficionado clásico se encuentra bien ubicado para adentrarse en otros terrenos musicales no clásicos y más experimentales. Aunque parezca contradictorio, nada hay más variado, móvil y dinámico que la aparentemente aburrida y estática música clásica.

En esta sección intentaré dar a conocer obras y personajes vinculados a este vastísimo universo musical, sirviéndome para ello de la agenda de efemérides diarias. Esperemos que sea de su agrado y que ayude a generar afición entre quienes siempre han visto la música clásica como un ladrillo intolerable.

Y para empezar con honores, hoy 4 de septiembre quiero detenerme en dos efemérides notables.

Un 4 de septiembre de 1824 nacía en Ansfelden (Austria) el inmenso y hierático AntonBruckner, compositor severo, grave, que apenas salió de su pueblo durante los 72 años que duró su vida. Es difícil aficionar a un neófito a través de su música, porque es una música árida, casi en blanco y negro, a la que cuesta llegar, pero de la que es imposible irse cuando se la llega a conocer. Son imprescindibles su sinfonías y obras corales, pero quiero traer aquí una obra más modesta, su “Locus iste” (“Este lugar es obra de Dios”). Quizás a algunos les recuerde a la sintonía de “Mr. Bean” («Ecce homo quiest faba» de Howard Goodall), y es que no es improbable que el compositor de la sintonía, Howard Goodall quisiera hacer un cómico contraste musical entre la severidad del motete de Bruckner(“Este lugar es obra de Dios”) y la simplicidad de Mr. Bean (“Este hombre que es un haba”).

Audio: “Locus iste”, de AntonBruckner

…, y por si alguien quiere compararlo con el “Ecce homo quiest faba” de Howard Goodall, ahí queda el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=-LqJD5wm2q4

El segundo homenaje de hoy es para el también grande EdvardGrieg, que moría tal día como hoy de 1907. A él le debemos grandes obras, pero de todas ellas la más popular y también la más profunda es, sin duda, su “Peer Gynt”. Música incidental para acompañar la obra teatral de Ibsen. Muchos de sus pasajes son de gran popularidad. De todos ellos, traigo hoy la celebérrima “La mañana”. Esa mañana en la Peer Gynt decide dejar su pueblo e ir a recorrer el mundo en busca de su sueño: ser emperador. Al final conseguirá serlo en un manicomio de El Cairo. Aquí pueden escuchar este momento y el resto de la suite primera.

Pasen buen día con Bruckner y Grieg.

Con los oídos bien abiertos
Alberto Muñoz

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8 COMENTARIOS

  1. Enhorabuena, sigue así. Te seguiré con gusto. Yo soy un aficionado a la música clásica desde hace 20 años, cuando por suerte me formaron personas con sensibilidad musical.

    Gracias, porque tú también contribuirás a mi formación musical.

    Pasé temporadas viviendo con la comunidad de los jesuitas de Linz de la Alter Dom (vieja catedral de Linz), donde por cierto organizaban unos conciertos magníficos a los que podía asistir gratuitamente. Desde allí dominicalmente Bruckner tocaba el órgano que aún permanece en el templo.

    La música de Bruckner no llegó a atraparme, pero resulta evocador visitar en general, toda Austria, quizás el país más melómano de Europa. En mi residencia de estudiantes por primera vez conocí a jóvenes como yo, que hacían carrera musical, y venían de todo el mundo. Siento decirlo, pero en España no resulta fácil ganarse la vida como músico (yo no lo soy), pero tengo amigos, que después de una larga y exigente formación se las ven negras para vivir de ello.

    En España tenemos buenos centros de formación musical y buena Historia Musical. Es muy emocionante encontrarse con estudiantes de música que interpretan a Falla o a Sarasate. Conocen mejor nuestra música fuera que nosotros aquí dentro.

    ¿Qué se puede hacer? Es importante aprender idiomas, pero también lo es aprender a interpretar música. El rendimiento académico de los estudiantes de música en sus estudios comunes está por encima de la media.

    • Hola Ángel. Soy un simple aficionado.
      En estas cosas se echa en falta divulgación musical por parte de gente formada y con capacidad comunicativa. Sería interesante que esta nueva iniciativa miciudadrealita pudiera servir para crear un grupo de aficionados capaz de hacer iniciativas divulgativas de este tipo que lleguen a todo el mundo, sobre todo al que nunca ha tenido la oportunidad de escuchar obras del repertorio clásico.
      Un saludo.

    • Te propongo pues, que hagas un recorrido por la Historia de la música desde sus inicios. Y explicalo, porque puedes (escribes bien), mascadito y con las ideas principales, para que cualquiera pueda entender qué revoluciones musicales se producen de un período a otro.

      Recurrir a identificar la música clásica con los anuncios o series televisivas es una extraordinaria y brillante idea.

      • Lo primero es excesivo para mi capacidad. Lo segundo sí lo había pensado. Había pensado en utilizar el recurso de las efemérides, porque a partir de conmemoraciones cotidianas se da pie a comentar tal o cual obra o personaje. Algo más sencillo, no académico, desde la humilde perspectiva del aficionado. La agenda de efemérides permite hablar de todas las épocas y géneros de manera aleatoria, sin necesidad de tener que seguir la regla cronológica de la historia, más rígida y quizás menos atractiva para el no aficionado, para el que quizás es más fácil empezar por obras que reconoce grancias a anuncios de fajas o de calcetines.

  2. Para ser aficionado, el artículo está muy bien. Ojalá se animen a participar también los numerosos expertos que hay en Ciudad Real, aunque tu estilo creo que cuadra muy bien para los lectores no especialistas. Bruckner tiene letras mayúsculas en la historia de la música. Su conocida séptima sinfonía podría ser un punto de partida para intentar apreciarlo.

    • SEría ideal que expertos con capacidad divulgativa hicieran más por difundir la música clásica. En un par de ocasiones he organizado algún evento en la Biblioteca para difundir obras clásicas. Por ejemplo, La consagración de la primavera, que fue presentada por un profesor del conservatorio, y de la que luego proyectamos dos versiones. También se hizo con Verdi y Wagner.
      En cuanto a lo de bruckner, yo me quedo siempre con la metafísica novena sinfonía.

      • Alberto, hazlo como tú quieras. Lo harás bien. Yo soy más aficionado que tú. Para mí la música es una bella herramienta para trascender, para acompañar mis horas de estudio y lectura, y no pocas veces para descansar.

        Tengo la suerte de que mi mujer comparte esta misma afición, y ambos tenemos la viva intención de que nuestro bebé tenga cultura musical y aprenda en un futuro algún instrumento, pero en fin, ya se verá.

        Que sepas que esta tarde escucharé la IX sinfonía de Bruckner.

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